HELLBOUND WITH YOU TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL

Capítulo 132 Demasiado

[¡ADVERTENCIA! ESTE CAPÍTULO CONTIENE CONTENIDO MADURO NO APTO PARA JÓVENES LECTORES].

Los ojos de Abi se abrieron de golpe. Aunque ya lo había tocado antes, aún no estaba acostumbrada. Alex se dio cuenta y profundizó en su boca, tratando de distraerla. Al cabo de un rato, un gemido volvió a escapar de sus labios y cerró los ojos de placer.

Ella envolvió su mano alrededor de él como lo hizo la última vez. Intentó que su cerebro pensara en lo que tenía que hacer, pero antes de que pudiera empezar, su cuerpo se estremeció, cosa que Alex sintió.

Alex se apartó de sus labios cuando se levantó, rompiendo el agarre de ella sobre él. Luego se quitó los bóxers y Abi mantuvo la mirada en sus ojos, sin atreverse a bajar la vista. Alex entró en la bañera y tiró de Abi para que lo siguiera. Se sentó en el fondo de la bañera y colocó a Abi frente a él, con las piernas a horcajadas.

El calor del agua se filtró en la piel de Abi y le calentó la sangre. Ya no se estremecía por el frío.

Entonces, sin decir nada, retomó lo que había dejado y volvió a besar sus labios ligeramente hinchados. Abi se agarró al borde de la bañera, detrás de él, para no caerse encima, mientras él, de nuevo, guiaba su otra mano hacia el pequeño gran monstruo.

Abi sostuvo el pequeño monstruo en su mano y lo agarró por la base. Luego movió lentamente la mano hacia arriba y hacia abajo, como él le había enseñado. Abi se sintió un poco más confiada y esta vez, sus movimientos fueron un poco más seguros y precisos. Alex mantuvo sus labios ocupados mientras Abi mantenía a su pequeño monstruo ocupado.

Alex estaba muy excitado a estas alturas y su pequeño monstruo no pudo aguantar demasiado tiempo antes de que finalmente explotara en el agua caliente.

Abi se apartó un poco mientras jadeaba y Alex también jadeaba. Se sentía tan bien y la lujuria en sus ojos se desvanecía lentamente. Sin embargo, aún no había terminado. Esa era sólo la primera parte de su castigo. Ahora, era el momento de la segunda parte.

Abi aún intentaba recuperar el aliento cuando Alex se levantó y la llevó consigo. Salió de la bañera y empezó a quitarle la ropa mojada del cuerpo. Abi intentó resistirse porque se sentía extremadamente tímida pero Alex no se lo permitió.

"Abigail, te vas a resfriar si no te quitas esa ropa", razonó y Abi supo que tenía razón.

"Cierra los ojos y no mires", dijo ella, un poco desafiante.

El hombre hizo lo que ella le pedía, con una ligera curva de sus labios. No importaba que le obligara a cerrar los ojos porque, de todos modos, ya había visto su cuerpo desnudo antes.

Cuando Abi estuvo segura de que él no miraba, se quitó la ropa y se secó el cuerpo, antes de agarrar una bata y cubrirse. Una vez que terminó, dijo: "Bien, ya puedes abrir los ojos".

Sin decir nada, el hombre la levantó inmediatamente y la llevó a la cama. Apagó las luces antes de subirse a la cama junto a ella.

"Bien, Abigail. La siguiente parte de tu castigo está a punto de llegar", le susurró al oído antes de volver a taparle los labios. Esta vez, sin embargo, fue muy suave, burlándose y lamiendo y picoteando sus labios, mientras deslizaba sus manos bajo su bata. Colocó la mano en su abdomen y la llevó hasta su pecho. Sus pezones ya estaban duros por el deseo.

Los sentidos de Abi estaban sobrecargados. La suavidad de su beso y su tierno tacto eran extremadamente buenos. Ella le devolvió el beso, lo mejor que pudo, y su cuerpo se arqueó en sus manos sin proponérselo.

Una vez que supo que tenía toda su atención, deslizó las manos hacia su sexo y descubrió que ya estaba húmedo de deseo.

Los ojos de Alex brillaron con algo indescriptible y, mientras introducía un dedo en su húmedo sexo, le pasó la lengua por los labios. El cosquilleo que experimentaba en su cuerpo era sensacional. Luego hizo lo mismo de la noche anterior. Deslizó los dedos hacia dentro y hacia fuera y, al cabo de un rato, introdujo otro dedo, mientras su pulgar acariciaba el pequeño capullo justo encima de su entrada.

La mente de ella se sintió como si una bomba estuviera a punto de explotar mientras sus dedos hacían estragos en su sexo. Subió más y más y sus gemidos se volvieron salvajes a medida que se acercaba esa explosión. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de explotar, Alex se detuvo.

"Alex... ¡Por favor! Oh, por favor", suplicó mientras lo besaba intensamente. Lo deseaba desesperadamente, ¡volver a sentir esa sensación!

"Espera, corderito. Todavía no es el momento...", dijo él sobre sus labios.

Sacando los dedos empapados de su interior, se dio la vuelta para apoyarse en los codos, con Abi entre ellos, y su cara justo por encima de sus pechos expuestos. Empezó a jugar con ellos de nuevo, pero esta vez con la lengua, chupando y lamiendo cada uno antes de bajar los labios hacia su vientre. Pero no se detuvo allí. Siguió bajando hasta que su nariz estuvo justo sobre su sexo. Podía oler el dulce aroma de su excitación y quería saber a qué sabía.

Abi aún intentaba descifrar lo que acababa de suceder, pero él no le dio ninguna oportunidad porque en el momento siguiente, bajó la cabeza y su lengua caliente y húmeda empezó a lamerla allí.

Abi se sintió sorprendida y avergonzada al principio, pero su cerebro se vio obligado a apagarse mientras su lengua la saboreaba. Su boca y lamiendo y chupando - era todo demasiado para que Abi lo manejara.

Se agitó por el placer, sus manos se dirigieron a la cabeza de él pero no sabía si apartarlo o acercarlo.

De repente, Abi empezó a sentir que esa sensación burbujeante empezaba a aumentar. Gimió, arqueó su cuerpo y reaccionó a cada una de sus burlas. Él seguía con la tortura sin aflojar.

"Alex..." susurró entre gemidos. "Alex... yo... mmmm". Ella ya no podía formar las palabras mientras la sensación aumentaba y aumentaba.

Alex sabía que estaba cada vez más cerca y por eso deslizó dos dedos dentro de ella mientras su lengua hacía su magia.

Sólo unos segundos después, Abi se vio finalmente liberada de la tortura. La hizo volar hasta el punto más alto del cielo y fue la sensación más increíble que jamás había experimentado.