HELLBOUND WITH YOU TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL

Capítulo 91 Congelado en el tiempo

Ese día, Abi y Kelly recorrieron la capital del Reino. Visitaron muchos lugares y comieron diferentes variedades de comida. El lugar era muy agradable y simplemente encantador y limpio, la ciudad más limpia en la que Abi había estado. No había rascacielos imponentes ni tráfico pesado, ni contaminación ni caos. Los árboles que se alineaban a ambos lados de cada carretera y autopista estaban floreciendo ese día y su aspecto era majestuosamente sobrecogedor.

El lugar estaba lleno de gente y cosas hermosas.

Las dos mejores amigas se hicieron innumerables fotos mientras continuaban su alegre recorrido hasta que finalmente llegó la noche.

Abi y Kelly volvieron pronto a su hotel porque la escapada de todo el día las había cansado.

Abi también estaba contenta porque no sentía mucho la soledad de echar de menos a Alex ese día. Sentía que su aventura había aliviado su corazón, así que por primera vez desde la última vez que lo vio, durmió profundamente esa noche.

Antes de darse cuenta, el sol ya brillaba en el cielo cuando se despertaron.

El baile al que tenían que asistir no era hasta las seis de la tarde, así que tenían tiempo de sobra. Las dos chicas fueron a comprar los vestidos más bonitos que pudieron encontrar y luego buscaron los zapatos a juego. Después de eso, pasaron el resto del día recibiendo masajes, manicuras, pedicuras y arreglándose el pelo y el maquillaje cuando se acercaba la hora.

Se habían preparado mucho para esta ocasión, por lo que, a pesar de que este país tiene fama de tener la gente más guapa del mundo, Abi y Kelly encajaban perfectamente.

Una vez que las chicas estuvieron finalmente vestidas, se dirigieron a la salida del hotel.

El viaje hacia el palacio fue inesperadamente largo. Kelly le dijo a Abi que se dirigían al palacio del país, el lugar donde residían el Rey y su familia, así que Abi estaba emocionada y esperaba ver un lugar tan soñado.

Sin embargo, una vez que el palacio estuvo a la vista, Abi se quedó con la boca abierta como un niño pequeño que va a Disneylandia y acaba de ver por primera vez el lugar mágico. Sus expectativas fallaron drásticamente en comparación con la belleza que vio en ese momento.

Abi estaba asombrada al contemplar el palacio que se encontraba en una colina escarpada, con vistas a la ciudad. La colosal estructura de seis pisos en forma de dos enormes cubos estaba conectada en un ángulo plano y cubierta por dos altos tejados a dos aguas adyacentes. La vista de las montañas cubiertas de nieve que había detrás del palacio, los altos pinos que lo rodeaban y las luces que se veían a través de las ventanas hicieron que Abi se sintiera como si hubiera entrado en un armario y hubiera salido al País de Narnia. El palacio parecía estar congelado en el tiempo.

El lugar parecía casi sagrado por su historia. Kelly dijo que este palacio había estado en esa misma colina durante siglos, se decía que la familia real enterraba a sus antepasados bajo esa colina. Abi no podía dejar de mirarlo.

Abi y Kelly entraron en el complejo del palacio a través de la puerta simétrica flanqueada por dos torres de escaleras. Bajaron por el pasillo que atravesaba la puerta de entrada y que las condujo directamente al vasto patio. Había guardias por todas partes y la seguridad era extremadamente estricta, pero gracias a la invitación que Kelly llevaba en la mano, las chicas entraron fácilmente en el lugar.

Cuando las chicas se bajaron del coche, sus ojos recorrieron el lugar para asimilarlo todo. Todo el palacio estaba salpicado de numerosas chimeneas decorativas y torretas ornamentales, la fachada de la corte con coloridos frescos mientras que el frontón de la corte estaba coronado con un dragón de color negro.

Ver esos dragones de color negro le recordó inmediatamente a Abi el tatuaje de Alex. Se sintió un poco extraña al verlo, pero rápidamente se encogió de hombros pensando que era una simple coincidencia.

Las chicas fueron llevadas al enorme salón de baile, situado en el ala oriental del palacio, un lugar diseñado para las festividades de la corte.

El gran baile se celebraba para festejar el cumpleaños del Rey y el magnífico y lujoso salón de baile estaba ya repleto de mucha gente vestida con sus mejores galas. Este evento se celebraba todos los años y cada año acudían casi todos los invitados porque era una rara oportunidad para ver a la familia real de este país y también para hablar de negocios con ellos.

Eran exactamente las seis de la tarde cuando las dos chicas, absolutamente impresionantes, entraron en el salón de baile. Todas las miradas se volvieron hacia ellas, haciendo que Kelly sonriera interiormente. Aunque sabía que la mayoría de esas miradas eran atraídas por la belleza de Abi, no dejaba de estar encantada porque su amiga había eclipsado fácilmente a esas bellas nativas sólo con vestirse.

Sin embargo, a Abi no le importaba y ni siquiera prestaba mucha atención a las miradas que recibía porque estaba demasiado asombrada por la escena que tenían delante.

El salón de baile era simplemente impresionante. Las dos paredes a lo largo de la sala rectangular tenían grandes y hermosas ventanas bajo arcos a intervalos de 2 metros. Del techo, a ambos lados de la sala y en el centro de la misma, colgaban candelabros dorados con 24 velas en cada uno. Pero la creme de la creme de la sala era su techo. El gran techo arqueado que unía las dos paredes tenía muchos cuadros que parecían haber sido pintados allí arriba, parecidos a los de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina. Si uno quisiera saber cómo era la vida en el Renacimiento, sólo tendría que ir a esta habitación y mirar hacia arriba para transportarse instantáneamente al pasado.

Abi no podía apartar los ojos de la intrincada exposición hasta que Kelly la devolvió al presente tomándola del brazo y caminando hacia un lugar diferente en el que quedarse, que estaba cerca de la terraza abierta con vistas a un hermoso lago desde lejos. Se quedaron allí un rato para disfrutar de la vista fuera de este mundo.

El sol ya se había ido y el cielo había empezado a volverse gris, pero la impresionante vista dentro y fuera del palacio sólo se volvía aún más cegadora.