Proyecto Haema [Fanfiction EXO]

Capítulo 123: Chanyeol

Yo solo quiero tenerte cerca

cuando te puedas quedar para siempre.

Puedes estar seguro de que sería lo mejor.

Tú y yo juntos durante los días y las noches.

No me preocupa porque todo va a salir bien.

La gente sigue hablando.

¡Qué hablen lo que ellos quieran!

Pero todo lo que yo sé es que todo va a estar bien.

Nadie, nadie, nadie puede entender lo que estoy sintiendo.

Nadie, nadie, nadie puede entender lo que siento por ti.

(Alicia Keys, No one).

  El día de mi cumpleaños, desperté deseando abrazar más a Baekhyun. Era una fecha en la que ninguno de los dos teníamos que ir a la clínica, lo que para mí significaba «quedémonos toda la mañana teniendo sexo». Pero después de tantear por todo el colchón sin abrir los ojos, me di cuenta de que estaba solo en esa cama que de repente se sentía como la más enorme del mundo.

     Me levanté de mala gana para ir a mear y me lavé la cara. Luego, revisé por toda la casa, pero no había rastros de Baek.

—Me pregunto a dónde habrá ido —le comenté a Peter Pan, quien me respondió con un pequeño ladrido. Me metí a la ducha y cuando salí, recibí una llamada de mi padre.

—Feliz cumpleaños, Chan.

—Gracias, papá.

—¿Qué harás hoy? Deberíamos cenar.

—Sí, claro, es buena idea.

—¿Podría ir a su casa? Creo que es tiempo de conocerla.

—Emmm, sí, bien.

—¿Estará bien por Baekhyun?

—Claro, no te preocupes. También creo que es tiempo de una buena cena entre todos —pensaba que era un buen modo de hacer notar que Baek y yo lo estábamos haciendo bien.

—De acuerdo. Llegaré a las siete entonces.

     Cuando colgué, recibí una llamada de mamá, así que la invité a la cena. Ella seguía soñando con que yo volviera con Joy; era hora de que aceptara la realidad.

     Desayuné un poco de pan y jugo mientras mi mascota luchaba con un hueso de juguete que parecía más grande que él. Marqué tres veces el celular de Baekhyun, pero no contestaba. Había empezado a inquietarme hasta que lo escuché gritar mi nombre fuera de la casa. Corrí hasta la salida y lo vi dar vueltas en la calle manejando una bicicleta, con esa sonrisa enorme y preciosa en su rostro.