Proyecto Haema [Fanfiction EXO]

Capítulo 110: Kyungsoo

  La canción infantil que se menciona en este capítulo es "Thank you for the music" (J.Rabbit cover):

Intento seguir adelante con mi vida, pero en mi camino estás tú.

Intento pasar sobre todas esas mentiras y eso es todo lo que hago.

Solo no lo niego, solo no lo niego y lidio con eso, sí, lidio con eso.

Intentas destrozarme. Quieres destrozarme poco a poco,

solo se trata de eso.

(Apocalyptica, I Don't Care).

     Asher estaba solo en la habitación, asustado, lo que seguramente empeoró cuando me vio entrar lleno de sangre. Lo cargué y me apresuré a la salida. El auto de Jongin aún tenía puestas las llaves. Senté al pequeño a mi lado y salí de ahí como si me siguiera el mismo demonio. Solo pensaba en huir, en salvarnos a mi hijo y a mí de todo lo que acaecía en ese lugar. Había asesinado a Jeong Hyuk; al fin, había vivido el momento por el que esperé desde que era solo un niño. Ya no iba a dañarme ni a mí ni a mi bebé. Había vengado la muerte de papá, de mamá, de la madre de Baekhyun, mi rapto y el de mi propio hijo. Había saldado todas las cuentas y manejaba a casa vivo, con Asher; debía estar feliz... debía ser el mejor puto día de mi vida, debía... pero Jongin.

     La lluvia no me permitía ver bien y se colaba por los vidrios rotos del auto, mojando a Asher, quien no hacía más que llorar a voz en cuello. Vi una manta en los asientos traseros y estiré todo mi cuerpo alcanzándola con la intención de cubrir con ella a mi bebé, pero fue una pésima idea hacerlo cuando iba manejando a toda velocidad. El fuerte sonido de una bocina me hizo aferrarme al volante y di un par de giros en la carretera intentando evitar un maldito tráiler. Asher resbaló del asiento hasta el piso y se golpeó con la sacudida. Por suerte, no pasó nada grave. Estacioné a la orilla de la carretera, asustado. Miré a mi hijo llorar sin consuelo sobre la alfombra del auto y recordé a Jongin suplicándome para que no asesinara a su padre.

—Cállate, Asher.

     Sin embargo, el pequeño gritó con más fuerza. Me cubrí los oídos, pero seguía escuchándolo a él y a Jongin. Despeiné mi cabello; me sentía desesperado, adolorido, asustado.

—¡CÁLLATE, MALDITA SEA, CÁLLATE!

     Y Asher guardó silencio. Se arrinconó en una esquina, abrazado a sus pequeñas piernas flexionadas sobre las que apoyó su cabecita. Entonces, lloré yo. Lloré, lloré y lloré sin poder detenerme hasta que aminoró la lluvia. Respiré profundo y limpié mis ojos antes de volver a la carretera.