Capítulo 15: Kyungsoo

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Dentro de la oscuridad

tú serás la luz que brillará.

Estamos atrapados en la violencia,

yo puedo ser el hombre

que salve el día.

 (The calling, For you).

 (The calling, For you)

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     Corrí para alejarme de ese idiota, no subí a mi departamento porque no quería que se diera cuenta de dónde vivía, solo le di vuelta a la cuadra y me metí por un callejón que ¡mierda! No tenía salida... ¡Bieen, Kyungsoo! ¿Por qué no te quedas aplaudiéndote a ti mismo?

     Podía escuchar sus pisadas acercándose con velocidad y su vocecita de tonto diciéndome que solo quería ayudar. La única forma de escapar era saltando el muro de concreto, así que subí a la pila de basura y lo brinqué. Hace un tiempo hubiera podido hacer eso hasta con las piernas amarradas, pero ahora tenía un vientre de veinte semanas de embarazo que entorpecía mis movimientos. La lucha con ese par de idiotas me había agotado, sin contar la horrible cortada que el más alto hizo en mi hombro izquierdo, de no haber tenido un parásito dentro de mí, nunca hubiera podido tocarme. En medio brinco tuve un feo calambre, últimamente tenía calambres en mis piernas, eso impidió que cayera bien y doblé mi tobillo de un modo que me hizo gemir del dolor. Me recosté al asqueroso muro, jadeando, me dolía todo, pero al menos había llegado al otro lado. ¡Había escapado!

     —¡Hey, ¿estás bien?! —lo oí preguntar. Cuando incliné mi cabeza hacia atrás pude ver su carota, era como intentar perder a un gato —No te preocupes, llamaré a la policía.

     —¡NOOO! —le grité. Me lleva el diablo con ese metiche— ¡A la policía no!

     —Oh... ok, comprendo, entonces a la ambulancia. Hay sangre aquí, estás herido.

     —No llames a nadie, ¿entiendes?  Solo déjame en paz, desaparece de mi vista. ¿Por qué me has seguido? ¡Chú! ¡Vete de aquí! —Lo espanté como a un perro.

     —No llamaré a nadie si no quieres... ¿Estarás bien?

     —Mejor sin ti —dije de mal modo intentando ponerme de pie, pero mi tobillo traicionero me delató. Caí al piso con un quejido de dolor, no podía soportar mi peso. Luego, tuve uno de esos horribles dolores en mi vientre, empeoraban conforme pasaba el tiempo, a veces eran demasiado intensos, como ahora. Baekhyun decía que se trataba del útero estirándose y aplastando el resto de mis órganos.

     Me sujeté la barriga mientras me quejaba, estaba sudando frío, era una crisis horrible. Cada vez que me sobrevenían esos dolores maldecía al hijo de puta que me había puesto en esa situación. Vi cómo Jongin se brincó el muro con una facilidad envidiable. Claro, él era bastante alto, tenía piernas largas, si yo hubiera tenido unas así, no me hubiera caído.

     —¿Te sientes muy mal? —Estaba jadeando, pero respondí que pronto pasaría. Era verdad, no duraba más que unos minutos, aunque él parecía asustado. —¿Dónde vives?

     —Lejos.

     —Entonces te llevaré a mi casa por esta noche, ¿está bien? —Me cargó como si fuera un bebé y empezó a caminar alejándome cada vez más de mi edificio. Quise llorar mi mala suerte. Si tan solo hubiera ido en Harley ese día al trabajo, nada de esto hubiera ocurrido, ahora incluso montarla se había hecho incómodo para mí.

     Después de algunas cuadras, llegamos a su casa. Me sorprendió que soportara mi peso todo el camino. Cuando entramos, me dejó en su cama y se metió al sanitario, estaba sudado y pálido, creí que se iba a desmayar, de seguro no hacía mucho ejercicio. Lo escuché darse una ducha rápida de la cual salió oliendo bastante bien y se vistió muy de prisa frente a mí. Yo estaba bastante dolorido, pero no era ciego y en ese momento me deleité con su cuerpo, luego me reprendí porque según lo que me explicó Baekhyun, ese tipo podía ser el dueño del parásito que me crecía en el estómago. ¡Menuda gracia! ¡Maldito preñador!

     —Lamento haber tardado —me dijo—. Necesitaba un baño o iba a desmayarme. Voy a ver tu herida, quítate la ropa.

     «Quítate la ropa» demonios, nunca antes había sido tímido, pero ahora tenía un vientre de 5 meses. ¿Por qué no solo me volaba la cabeza? Podía sentir la herida sangrando, sabía que debía vendarme, así que a pesar de mi vergüenza me quité la gabardina y la camiseta. Si Jongin se sintió nauseabundo al verme, lo disimuló bastante bien...

     No es cierto.

     El idiota se quedó con la boca abierta en cuanto me miró. Deseé cerrársela de una patada, pero también me dolía el tobillo. Aun así, hizo un buen trabajo sanando mi herida y vendando mi tobillo también. Me prestó ropa suya para que me cambiara y me dio de cenar.

     —Perdona la pregunta, pero... ¿Estás enfermo?

     —Mmm, hepatitis —mentí.

     —Ya veo, por eso parecía que te dolía tanto el abdomen hace un rato.

     —Ajá.

     —¿Fue por los tatuajes o los piercings como te contagiaste?

     —Ajá.

     —Oh, lo lamento. Me gustan tus tatuajes.

     —¿Puedo descansar aquí solo por hoy? —Como supuse, aquella pregunta funcionó y acabó dejándome solo en la habitación.

     Dormí como hace mucho no lo hacía, no sé si se debía a la pastilla contra el dolor que me dio Jongin o al hecho de estar en un hogar de verdad, con sábanas limpias y una cama tibia. O tal vez fue por sentirme seguro en ese lugar, a nadie se le ocurriría buscarme en casa de Jongin y él no era una mala persona, no me haría daño. Por primera vez en mucho tiempo, no tuve pesadillas. Al despertar me sentía mejor, aún estaba un poco renco, pero ya podía caminar. Me lavé la cara y salí atraído por el olor del café.

     —¡Buenos días! ¿Cómo te sientes hoy? —Me saludó un tipo demasiado animado para esa hora de la mañana. Era un poco molesto.

     —Mucho mejor. Oh... ¿esos son rollos de canela? —pregunté esperanzado. El parásito en mi estómago se removió junto a mis intestinos haciendo un sonido bastante alto. Jongin se rio de mí y eso me molestó, pero se me pasó cuando me ofreció pan.

     —¿Quieres jugo o café?

     —¡Leche! —conseguí decir con medio rollo de canela en mi boca. Me comí todos y luego me fui de su casa con una de sus camisetas porque la mía estaba rota. Ofrecí pagársela, pero él no quiso. Me repitió muchas veces que visitara a un hospital y para que se callara le dije que mi hermano era médico. Cuando llegué al trabajo me despidieron por ser la vez número mil que me presentaba con retraso. El parásito se vengó de mi ex jefe haciéndome vomitar en su piso.

¡Oh, no! ¡Ahí iban mis rollos de canela!  

Continuará...

Continuará

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Kyungsoo

Proyecto Haema [Fanfiction EXO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora