Proyecto Haema [Fanfiction EXO]

Capítulo 109: Jongin

En una montaña él se sienta,

no es de oro, pero sí de mierda.

A través de la sangre él puede aprender a ver la vida como ha cambiado.

Del consejo de uno él decidirá cuándo acabar

con la inocencia en su cara, hay un mapa del mundo.

(30 Seconds to mars, From yesterday). 

     Kyungsoo se lanzó de lleno a tomar a Tae Oh en sus brazos. Yo apenas y cobré sentido de mi cuerpo para caminar hasta ellos.

—¡Asher! ¡Estoy aquí, mi bebé! ¡Ya te tengo! —Le oía decirle mientras lo presionaba contra su pecho— ¿Sabes quién soy? —El pequeño negó con su cabecita y se frotó los ojillos con el dorso de la mano—. ¡Soy tu papá Kyungsoo! Mírame —se abrió su abrigo y bajó su camiseta para mostrarle el tatuaje del caballo de mar que tenía en su corazón.

—Caballito... —pronunció Tae con su tímida vocesita.

—¡Sí! El caballito de mar, ¿recuerdas eso?

Asher asintió —¿Elles mi papá?

—Sí, pequeño, lo soy.

—¿Poll qué me llegalaste?

     Nos quedamos helados. Estaba a punto de intervenir cuando Kyungsoo le lanzó una manta encima y se apresuró hacia la salida. Yo lo seguía de cerca.

—¿Qué demonios está pasando, Kyungsoo? —pregunté mientras corríamos escaleras abajo.

—¡Como si no lo supieras! —escupió.

—Te juro que no lo sé. ¿Es Tae Oh? ¿De verdad es mi bebé?

—¡No! —se volteó a encararme— Es MI bebé. Tú no volverás a acercarte a él.

     No pude protestar porque dos hombres aparecieron y nos apuntaron con sus armas. En realidad, le apuntaron a él y nos obligaron a devolvernos. Kyungsoo a su vez, señalaba a uno y luego al otro con su propio revólver.

—No puedes dispararnos a los dos al mismo tiempo —dijo con calma uno de esos hombres vestidos con ropa elegante aunque apenas el sol estaba saliendo—. Puedes elegir asesinar a cualquiera y justo en ese instante, el otro disparará al chico que cargas en tus brazos.

—¿Qué? ¡No! —protesté— ¿De qué demonios hablan? ¡Es solo un niño!

     Tae Oh se mantenía aferrado al cuello de su papá, cubierto por la sábana de diseño infantil, con sus piernitas rodeándole la cintura mucho más de lo que podía hacerlo antes, señal del montón que había crecido en su ausencia. El eco de unos pasos acercándose nos hizo voltear. Mi padre se aproximaba con calma y lentitud.