Proyecto Haema [Fanfiction EXO]

Capítulo 77: Joonmyeon

Esta vez no les dejo vídeo con la canción del capítulo. Vero_hgz hizo un vídeo en el que utilizó algunos edits que Mafi hizo. Así fue como nació el trailer de "Protecto Haema" se los dejo.

Secretos he guardado en mi corazón.

Guardarlos es más difícil de lo que pensé.

Quizás solo quiero ser tuyo,

quiero ser tuyo.

(Artic Monkeys,  Iwanna be yours). 

Fuente Mafi

Llamé a su puerta en repetidas ocasiones antes de escucharlo pedirme el password.

—Lo lamento, no me lo sé... —sabía que no me iba a abrir— ¡Soy Jonnmyeon! ¿Me recuerdas? El príncipe. —La puerta se abrió despacio y él asomó su cabecilla con cuidado antes de dejarme pasar. —Traje comida para agradecerte —levanté un poco más alto las bolsas que cargaba como para probar mi punto—, es decir, no es como si te agradeciera con comida como si fueras un perro. Creo que eso sonó mal. Solo... yo creí que sería bueno invitarte a cenar, pero temí que no querrías salir, así que pensé en traer la cena hasta acá. Pero si no quieres compañía, puedo dejarla e irme. Yo solo quiero decirte que estoy muy agradecido contigo.

—E-está bien.

—¿Qué está bien? —me cercioré.

—Comer juntos... está bien.

—¡Oh, por Dios! —me emocioné— ¡Estaba muy asustado! —dejé una bolsa en el piso y sujeté una mano de Chen para llevármela al pecho y que constatara la velocidad de mi corazón— Estaba tan convencido de que odiarías mi visita y me correrías a patadas... Me alegra que no fuera así. —Él recogió su mano y la abrazó contra su pecho. Seguía siendo tan tímido y odiando el contacto físico tanto como cuando lo conocí—. He traído todo para un picnic casero. ¿Quieres ir por un par de vasos y platos mientras yo acomodo las cosas aquí? —él asintió. Me apresuré a sacar el enorme mantel, que extendí en el piso, donde coloqué el paquete de seis cervezas y las tazas con comida. Él se asomó por la puerta de la cocina.

—L-los platos están sucios. Estoy tardando porque debo lavarlos m-muy bien.

—Entiendo —sonreí. Para distraerme mientras lo esperaba, eché un vistazo en su computadora y lo que vi me dejó helado.

     En su pantalla principal, abierta mi cuenta de Twitter, no como un seguidor revisando mi perfil, sino como el dueño de la cuenta, o sea, como yo.

—¿Por qué has hackeado mi Twitter? —le pregunté en cuanto salió de la cocina. En su sorpresa por hallarse descubierto, dejó caer los utensilios de comida al suelo y corrió a cerrar la ventana, pero detrás de esa, apareció mi perfil en Instagram y detrás de ese, el de mi Facebook. Cuando al fin los cerró todos, su fondo de pantalla era la foto de mi identificación personal. —¿Por qué me estás acechando? —pregunté con una mezcla entre tristeza y miedo— ¡Creí que nos llevábamos bien!