Proyecto Haema [Fanfiction EXO]

Capítulo 65: Xiumin

Extraño el sabor de una vida más dulce.

Extraño la conversación.

Esta noche estoy buscando una estación, cambiando todas las estaciones.

Me gustaba pensar que lo teníamos todo.

Dibujamos un mapa a un mejor lugar.

Pero en esta calle, pagué los platos rotos, mi amor.

¿Por qué huiste?

(Maroon 5, Maps).

Edit Dominik

     Conozco muy bien a Yì Xìng. Sé exactamente a quién yo quería y por qué. Él era transparente como el agua y no podía ocultarme las cosas durante mucho tiempo. Ese chino mentía peor que un chiquillo de cinco años.

     No éramos de esa clase de parejas cuya vida dependía del otro. A veces yo salía solo con mis amigos Sehun y Key, en especial porque teníamos una banda, y Lay no andaba detrás de cada presentación como un sasaeng. En ocasiones, también visitaba a mi familia yo solo. Y así como yo lo hacía, él igual. Hubo noches en las que salió y bebió con algún amigo o familiar. A veces nos encontrábamos por ahí y nos íbamos juntos a casa, otras veces yo estaba dormido cuando él se colaba entre mis sábanas y me besaba con olor a cerveza y cigarrillos de su más reciente fiesta.

     No es que si nunca salíamos juntos, la mayoría de las veces lo hacíamos, pero también teníamos nuestros espacios fuera de la relación de pareja. Me gustaba de esa manera. Era agradable porque desde hacía bastante vivíamos juntos y mi intención no era acapararlo para siempre. Sé que a él también le gustaba así, pero más que eso, Lay NECESITABA que fuera de ese modo, porque él era como el aire.

     Yì Xìng era como el aire.

     No podía ser atrapado. Se deslizaba por cualquier ranura ante el encierro o la presión. Con él aprendí que si lo quería a mi lado siempre tenía que dejar la puerta abierta. A veces era un poco difícil de manejar porque él era apuesto y amable; había muchas personas –hombres y mujeres- que le coquetean. Sé que era voluble. Hubo ocasiones en las que sentí miedo y me comporté como un dictador, no encerrándolo, sino actuando con mucha superioridad. De algún modo debía hacerle saber que él me necesitaba. Y él iba a quejarse y a lloriquear porque «eres malo, Min». Pero después de todo eso, me abrazaría. Se quedaría conmigo. Siempre funcionamos así. Hasta ahora.

     Las últimas noches llegaba muy tarde a casa. Con el taller solo a mi cargo, tuve demasiado trabajo y Lay ha salía todos los días, no sé bien a dónde. Cuando le preguntaba, mencionaba el Hard Rock Beer, a veces a Kris, a veces a Luhan. Y en un inicio, creí que estaba bien con ello. Decidí ignorar ese extraño presentimiento, esa voz que me decía que hacía un buen rato no hacíamos el amor y que nuestras charlas se simplificaron a cosas cotidianas.