Capítulo 108: Kyungsoo

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—Explícame por qué se supone que debemos ir hasta dónde está mi padre —insistió.

—Conduce más rápido. —Santa Mónica quedaba lejos y mi ansiedad sobrepasaba cada señal de alto mentalmente en tanto que Jongin manejaba como una abuela.

—No hasta que no me expliques qué... —se calló cuando le di un golpe en la frente con la culata del arma— ¡Kyungsoo!

—¡Maldita sea, Jongin! ¡Conduce el jodido auto y cierra la puta boca!

     Después de un rato, siguió insistiendo porque él nunca sabía cuándo carajos debía callarse.

—No entiendo qué está pasando... ¿Por qué estás enojado conmigo?

     Su tono inocente y lastimero perjudicó mi corta tolerancia. Yo movía mis piernas de una incesante manera mientras miraba por la ventana, pensando en tener a Jeong Hyuk de frente para meterle una bala en el pecho. Lejos de torturarlo como a los demás, solo quería librarme de él. Estaba harto, había tenido suficiente. Me sentía herido en todas las formas posibles. Lo único que ansiaba era saber que esa persona no permanecería en el mismo mundo que yo; de una vez por todas, ansiaba hacerlo partir, ya, ya, ya. Cada minuto que pasaba, él continuaba vivo mientras yo estaba muriéndome.

—¡Sigue! —mandé con hastío al ver que Jongin no aceleraba después de que el semáforo se puso en verde.

—No, Kyungsoo, no más hasta que me expliques qué ocurre —respondió decidido y mirándome a la cara. Ladeé mi cabeza a la vez que contestaba con un molesto bufido. Él no estaba en posición de exigirme nada, y se lo hice saber con tres puñetazos en la cara. Luego, metí el cañón de mi arma en su boca, asegurándome de lastimar sus dientes y encías. Se lo advertí con susurros.

—Escúchame muy bien, hijo de puta —sujeté su cabello con fuerza y él puso ambas manos en mi pecho, como si eso fuera a protegerlo de mí—. Estoy deseando cortarte en pedacitos frente a tu padre y servirte en mi cena. Si no te he volado la cabeza es porque quiero hacerlo ante él. ¿Sientes eso? —golpeé su boca moviendo el arma— ¿Sientes mi cañón firme en tu boca como cuando te metía mi pene en ella? No me tiembla la mano para llenar el tapizado de tu mugroso auto de toda la mierda que te rellena la cabeza.

     Sus ojos eran el terror puro. Cuando lo solté, se sujetó del volante, respirando con dificultad y escupiendo un poco de sangre.

—Arranca —ordené, pero el imbécil parecía a punto de tener una hipoxia. Coloqué el cañón del arma en sus costillas y presioné para hacerle daño—. No lo repetiré una vez más, acelera—. Y con manos temblorosas, puso el auto en marcha.

     El resto del camino, fue respirando con profundidad, intentando no llorar, intercalando su mirada desde la carretera hasta mis manos. Al fin, dejé de amenazarlo con el arma porque se me había cansado el brazo. Mucho más lento de lo que deseé, teníamos recorrida la mitad del camino en medio de una noche bastante oscura. Había empezado a llover a cantaros y él tuvo que encender el limpia parabrisas.

—Kyungsoo... Hippocampus... Déjame disculparme, pero no me asustes así. No me gusta cómo te estás comportando. Solo, por favor, explícame qué pasa. ¿Qué hice mal? ...Este no eres tú.

Lo miré de reojo.

—Este soy yo, pero fuiste estúpido como para no haberlo notado antes. Fuiste tan ingenuo como para pensar que yo no sería capaz de lastimarte si me traicionabas, así como yo fui ingenuo al confiar en ti.

—¿Traición? ¿Qué traición? Yo no sería capaz de traicionarte, Soo. Te adoro y lo sabes.

—Puse a Asher en tus brazos como si fueran los míos —contesté mirándolo a los ojos—. Todo el temor que él pudo haber sentido en sus últimos días de vida lo vas a experimentar tú con creces.

Proyecto Haema [Fanfiction EXO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora