Capítulo 65: Xiumin

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     Decidí que estaría bien tomar un café afuera y me duché en la abandonada casa de Sehun después de que Lay respondiera mi mensaje de texto. Una hora más tarde, nos encontramos en una cafetería bastante bonita. Comíamos crepas con helado y tomábamos café frío. No sé si fue él o yo, pero alguien dijo algo tonto y empezamos a reír. Sujeté su mano bajo la mesa y lo acaricié. De repente éramos los mismos locos que una vez escaparon de una boda. No me importaba si la gente nos veía extraño: dos tipos tatuados actuando de lo más románticos mientras se mimaban en una cafetería. Me acerqué a él para besarlo.

—He estado tan enojado contigo —reclamé. Pero en mi voz no había ni una pizca de molestia y él lo sabía. Tenía que saberlo porque casi fue un susurro. Sin embargo, Lay inclinó su cabeza y murmuró una disculpa. —¿Actuaste así con D.O. solo para enojarme, verdad?

     Yì Xìng asintií y yo volví a besarlo. A mí no me gustaba guardar rencores ni vivir en el pasado. Así como me enojaba fácilmente, perdonaba y olvidaba con la misma rapidez; lo cual era una ventaja porque Lay no soportaba mucha presión y si le reclamara por el mismo tema constantemente, de seguro se convertiría en aire y se esfumaría por la ventana.

—Tú y yo funcionamos. Somos la pareja perfecta —le dije.

     La verdad, no estaba seguro de que lo fuéramos, pero me interesaba que él lo creyera. Tal vez funcionó, porque me besó de vuelta, esta vez con más ternura. Una parte de mí respiró en paz porque de nuevo sentí que estábamos bien, hace mucho no me sentía así con él.

     Llené su nariz de espuma y él se quejó con palabras en chino. Ni siquiera me moví cuando cobró venganza de la misma manera: quise que me limpiara con su boca.

     Vi a un hombre delgado entrar a la cafetería y lo reconocí de inmediato.

—¡Luhan! —brinqué. Mi pareja dio un respingo en la silla y cuando encontró a Luhan, sus mejillas se enrojecieron un poco.

     Me parece extraño que Lay se avergonzara de que Luhan nos haya visto siendo cariñosos. Por lo general, a mi pareja no le importaba que nos vieran de ese modo, tanto que solía ser él quien iniciaba con los mimos.

     Luhan se acercó a saludarnos, pero me pareció que estaba un poco nervioso. Después de abrazarme, le ofreció su mano a Lay y él apenas la estrechó sin verlo a la cara. Luego de las típicas preguntas, invité a Luhan a nuestra mesa, pero él se excusó y desapareció rápido de la cafetería con tan solo un café expreso para llevar.

—¿Qué ha pasado entre Luhan y tú? —pregunté con una inocente curiosidad.

—Nada —respondió secamente—. ¿Nos vamos ya?

     Miré nuestras bebidas aún por la mitad y a mi pareja frente a mí, pero de repente, muy lejos. Sus ojos no me observaban, sus manos no me tocaban, sus labios no me besaban. Y en ese momento, me di cuenta de que las cosas no están bien.

     Decidí guardar silencio, debía ser inteligente y no dejarme llevar por mis emociones en esto. Los siguientes días, él volvió a ser el hombre distante que dormía en mi cama. Yo actué con normalidad. Le di la oportunidad de que arreglara sus mierdas porque le quería, y pasó el tiempo...

     ...Pero no arregló nada.

     Seguía llegando tarde, dándome besos cortos, follándome mientras estaba de cara a la almohada para evitarse el verme. Hasta que hice esa llamada al imbécil de mi mejor amigo y lo convencí para volver. No me importaba si Luhan y él no solucionaban sus cosas hasta que ese chino se metió en mi camino.

     Estaba un poco harto de todo mientras esperaba el regreso de Sehun y esa noche, cuando Lay se preparó para salir sin mí –para variar-, decidí encararlo.

Proyecto Haema [Fanfiction EXO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora