🔵Capítulo 147⚪ Imposible

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Había barajado las posibilidades, y acertó en una sin embargo, el sabor amargo no se iba a quitar nunca. Skandar se encontraba de nuevo viendo a las estrellas, que ahora veo más brillantes que antes. La mirada perdida, y con mil dudas más.

—¿Nunca los fuiste a buscar? — le pregunto de repente —, nunca viste los cuerpos, no tienes la certeza de que estén muertos.

—Regresé un par de meses después, fui al mismo basurero en donde dejamos las cosas y... — cierra los ojos —, eran dos maletas y solo había una.

Es fácil entender lo que está insinuando —, crees que ellos la dejaron ahí por si salías ileso...

—Es una incertidumbre absurda, aunque puede que tenga lógica — me dice —, cuando llegaron los bomberos, la fiscalía busco los cadáveres, sin embargo, no se pudo reconocer a nadie — regresa la mirada a la ventana —. No había cuerpos de niños, al parecer se identificaron solo adultos.

Entrecierro la mirada y me pongo de pie de nuevo, sé que lo pone nervioso porque no me despega un ojo de encima. A veces creo que teme que me ponga peor, que lo encierre por días o que simplemente lo ataque sin pensar.

—¿Nunca intentaste buscarlos? — le pregunto —, nunca los viste morir, no tienes la certeza de que estén muertos.

—Sabes que lo hice — afirma encogiéndose de hombros —, mi búsqueda formal comenzó hace tres años, sin éxito con detectives privados, así que tuve que hacerla por mí mismo...

—Oh, un poco de orgullo de tu parte, si me preguntas — mi comentario hace que alce ambas cejas —. Supongo que los detectives eran incompetentes o espías de tu padre.

—Acertaste en ambas — medio sonríe —, no sabía si iban a intentar manipular algo, así que lo hice bajo el radar.

—No te veo tan atormentado como creí...

—Ya derramé todas las lágrimas que tenía que derramar — dice con la mandíbula tensa —, quizás la infame eres tú por querer verme convulsionando en el suelo, pidiéndote piedad...

Me río —, Skandar, los encontraste, ¿verdad?

Da una pausa demasiado larga para mi gusto, luego me voltea a ver —, sí.

Acertar a veces no se siente tan bien, en este caso es un poco de ambas. Para haber reencontrado a quienes fueron sus casi salvadores, no se le ve emocionado, siquiera una mirada de ilusión. Parece sombrío de nuevo.

—Y ellos están bien, ¿no es así?

—No me les acerque, si esa es tu pregunta — me dice —, ellos no tienen ni idea de que los encontré, y es mejor así.

—Y eso es por...

—Viven en Los Angeles, llegaron sanos y salvos es lo que quiero creer — me aclara —, Carl tiene un hijo, está casado con una camarera, ambos administran una cafetería en el sur, Tom vive con ellos.

Quiero creer que eso lo alivia, aunque no deja su pierna quieta —, ¿qué pasa con los otros?

—Parece que a Kenny no le apetecía una vida normal con un sueldo básico — empieza a decir —, se unió poco después a una pandilla...

—¿Los otros lo siguieron?

Asiente —, Coco se salió poco después con Set, ambos son empleados de Carl, según me dijo una fuente. Ambos intentaron convencerlo, pero Kenny ya era adicto no solo a la piedra, sino también a la violencia...

Deja la frase en el aire, y solo me queda unir los puntos.

—¿La policía lo atrapó?

—Fue durante una redada en un supermercado. A él y a otro tipo los abandonaron en medio del robo, y la policía tardó cinco horas en encontrarlo. Se escondió en la casa de Carl y le rogó que lo dejara quedarse unos días mientras sus amigos pandilleros lo rescataban. — continúa mientras se acomoda —. A pesar de todo, Carl llamó a la policía. Era lo conveniente para su familia y la mejor decisión para Kenny. Lo condenaron a veinte años por intento de robo y por una bala perdida que mato a un anciano.

Vindicta (Segunda parte de Mirada Cruel)Where stories live. Discover now