⚫Capítulo 133 ⚪Bingo

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Nos asignan habitaciones, por suerte me ponen con mi hermano, a un lado de la de nuestra abuela. A Claire la asignan con Anni y a Ted con Edmon, las habitaciones en su mayoría están el cuarto nivel, por eso mis amigos compartirán con alguien más. Violet dormirá con nosotros.

Ya hay catres asignados, al parecer esa fue la parte complicada, ver entrar nuestras bolsas llenas de ropa no es algo sencillo de cubrir. No existe un comedor como tal, algunos se reúnen a comer en sus habitaciones, pero el olor se queda encerrado, así que prefieren hacerlo en el auditorio o en el primer nivel, cosa que Violet no le agrada. La idea de que los puedan escuchar es más posible, así que limita mucho el acceso.

Ha pasado una semana, y de no ser por el calendario del viejo Benny no sabría decir que día es. No poder ver el cielo se vuelve sofocante, de hecho solo con compañía de seguridad Violet me ha permitido tomar el sol en una salida lateral.

Aún nos estamos acostumbrando, fue solo un grupo minúsculo el que se mudó un mes antes del ataque, o como le llaman el regreso de los días rojos.

Y resulto peor de lo que creí.

Al parecer los pocos periodistas que no se exiliaron brindan las noticias de manera remota, la mayoría de escuelas cancelaron las clases y quizás un cuarto de la población huyo de la ciudad. Hay ataques armados en lugares públicos, y aumentaron los desaparecidos. Al parecer es más probable respirar cenizas que aire fresco.

Pienso en mis conocidos, pienso en Janice, en Sharon, en Kalia, en el pequeño Baldassare. Y sobre todo pienso en los chicos de Port Morris. El corazón se me desborda de la ansiedad.

Y solo ha pasado una semana.

Dice Violet que ha logrado ganar terreno en ciertas zonas fronterizas, al parecer Brooklyn es de los sureños, lo mismo con Queens terreno norteño. No veo a Violet y al general Roca preocupados por eso, creo que no es primordial. Y eso es sencillo, los tres bandos solo tienen dos puntos en mira, Manhathan y Staten Island. En especial esta última, en donde están los puertos.

Según cuentan algunos soldados que han salido, han vuelto a ver las bandanas rojas y azules como manera de reconocerse, algo que no sucedía desde hace cincuenta años.

Y es eso lo que más deja en claro, los días rojos han regresado.

—¿Y saben en dónde está Anni? — pregunta Claire mientras se restriega los ojos, la pobre ha padecido de mí mismo mal, insomnio casi toda la semana.

—Con Hector Roca — le responde Ted, el chico es el hijo del general, al parecer ya conocían a los mellizos desde antes —, creo que necesita estar con alguien que le regrese a nuestra antigua vida, además que está sorprendida que el general haya traiciona... — carraspea —, sea del otro nuevo bando.

—Siempre existió ese bando — le recuerda Edmon —, y no será la antigua vida, esto terminará.

—A este punto ya dejé de esperar — dice Claire recostándose.

Estamos en mi habitación, Joseph salió con Violet a dar un paseo, aunque ya nos dieron una visita guiada a las partes públicas. No hay nada interesante, más que papeles, computadoras y teléfonos satelitales para poder tener señal. Por suerte un chico nos prestó sus juegos de mesa, a la quinta partida de UNO, decidimos platicar. Era demasiada tensión por el momento.

—Y deberías seguir así — le digo y no se toma bien mi sinceridad —, al menos ya sabes que tus padres están bien.

—Sí, afuera de la ciudad quien no lo estaría, espero que la capital los esté tratando bien — dice, la pobre solo ha podido hacerles una llamada, casi termina sollozando en el baño, sus padres estaban desesperados pero logró tranquilizarlos —. Y que no haya pelea con tus padres Ed.

Vindicta (Segunda parte de Mirada Cruel)Where stories live. Discover now