Vindicta (Segunda parte de Mirada Cruel)

🔴Capítulo 31🔵 Nuevo año, mismos problemas

Antes de empezar, otro poquito de contexto del lema de mi hijita. 

Lo van a disfrutar. 

Estoy en la prueba final del vestido, una semana antes de la gala. Escogí uno verde musgo que llega al suelo y es de un solo hombro. Me cautivo desde que lo vi en los bocetos y no puede deshacerme de la idea de tenerlo. Me queda muy bien, y eso que no me he medido con la dieta.

—¿Crees que puedes controlarlos? — me pregunta Violet que está sentada en el sofá, a un lado de mi hermano —, yo los veo algo altos.

—Pero tienen plataforma — respondo viendo mis tacones plateados —, por ahora no me he cansado.

—Eso es porque te los acabas de poner, debes practicar — me dice la modista mientras termina de ajustarme los cordones de la espalda.

—Eso es, camina Hanna, por todo el apartamento, finge que bailas incluso — me ordena Violet poniéndose de pie —, si te caes o tropiezas podemos dar por hecho que tendrás que llevar unos tenis.

La modista y yo compartimos una mirada de horror.

—Ni loca — le digo cruzada de brazos —, es esto o nada — sueno un poco dramática, pero es gracioso ver a la anciana sin opciones.

—Abogada eso ni lo considere, el glamour es parte fundamental del ser humano — la mujer se pone a mi lado y me sonríe —, solo es de practicar, vamos.

Termino dando un par de vueltas por todo el salón, desde la cocina hasta mi habitación, así un par de veces más. Solo he perdido el equilibrio una vez, y fue cuando inicie. Supongo que esto será sencillo.

—Creo que estoy lista — les digo regresando a la sala, doy una vuelta dejando que los vuelos de la falda revoloteen —, ¿qué dicen?

—Me encanta — responde la modista.

—Me gusta — afirma Violet satisfecha.

Le sonrió y me quedo esperando la única respuesta que falta, pero al parecer mi hermano no tiene deseos de cooperar porque está demasiado absorto en la película que están pasando en la televisión.

—Debe estar muy buena la película como para que te olvides de tu hermana — alzo la voz haciendo que mi hermano brinque del susto.

—Te ves muy bien... — comienza a decir sonrojándose.

—Bah, ¿de qué va? — pregunto viendo a la pantalla, está Jennifer López unos años más joven poniéndose unas botas, seguido de unos guantes, pero eso no es lo que se roba mi atención, sino que antes de ponerse los guantes se pone tres anillos en cada dedo —, ¿por qué está haciendo eso?

—Es una película viejísima llamada Nunca Más — me contesta Violet uniéndose —, Jlo era una camarera que termina casada con un abusador con el que tiene una hija. Ya harta de sus abusos decide huir de él, algo que no solo le salva la vida sino la de su hija — me resume —. En la escena final ella se prepara para darle una paliza, ahora si bien un puñetazo normal duele, imagínate un puñetazo con piedras preciosas directas en tu rostro, una barbarie.