Vindicta (Segunda parte de Mirada Cruel)

🔴Capítulo 84🔵Una relación Insana con la Ciudad

—¿Y en dónde se pudo meter?— dice Joseph, ya nos hemos alejado, pero no nos hemos ido ya que Violet no está por ninguna parte.

—La vi platicando con Valery cerca de la tarima — recuerdo —, pero quizás deberíamos llamarla...

—No hará falta — dice la anciana que me pega un susto, la mujer aparece detrás de mí —, los dejaría ir, pero antes de eso tengo que hablar unas cosas con Sharon.

—¿Te podemos acompañar? — le pregunto, mi relación con la directora se ha descongelado un poco, no creo que le moleste verme.

Niega al instante —, es un caso un tanto delicado, no necesitas tener tanto peso — mira su reloj —, serán unos veinte minutos, entreténganse viendo el partido al menos un rato.

Mi hermano y yo hacemos una mueca.

—¿Podemos pedir un taxi? — le pregunta mi hermano, y Violet se burla de la pregunta.

—No, no y nunca — le dice sin lucir molesta —, pensaba que esa clase de propuestas quedaban claras, no sucederán — mi hermano interna excusarse pero Violet no lo deja hablar —. No insistas, no me importan tus inteligentes argumentos, aprende a perder Liam, así es la vida.

Me cuesta no soltar la carcajada, así que solo me limito a taparme la boca.

—Eso no será tarea fácil — admito guiñándole el ojo a mi hermano —, pero a veces suceden milagros, quien sabe.

—A veces suceden milagros — dice en forma burlona —, por lo menos ayúdame, ¿o te quieres quedar a ver este aburrimiento?

—Pensaba que te gustaba el fútbol, ahora hasta lo juegas — le recuerdo.

—Hay una diferencia entre estar en la cancha y llevar el control, que gritarles a doce que lo hagan — se encoge de hombros.

—Eso se llama complejo de dictador — alzó las cejas.

—Yo lo llamo liderazgo — me corrige, lo que le provoca una carcajada a Violet.

—Eso lo dicen los dictadores, pequeño — dice antes de darle una palmada en la mejilla —, bueno, se nos hace tarde, así que tengo que correr, me esperan aquí — dice antes de esquivarlo y subir el graderío demasiado rápido para mi gusto.

—Se le ve demasiado...

—Ansiosa — termina de decir Joseph —, ¿teorías?

—¡En verdad lo preguntas! — salto a decir —, todo lo que acaba de pasar.

—Lo sé, aún lo estoy procesando, ese par para ser Cacciatore se ven muy...

—Dañados — digo.

—Chiflados iba a decir — me dice mientras vemos como Violet desaparece —, supongo que no se tardará.

—Por nuestro bien — le digo haciéndome la idea que miraré todo este partido estúpido.

Busco a mis amigos, Claire está por alguna parte con su madre y si, ,la madre de Jason. Debo pedirle un recuento de ese acontecimiento, pero ahora se le miraba muy nerviosa. Anni y Ted por otro lado estarán en el palco con su madre, otra novedad fue verla como parte del consejo de padres. Por suerte Edmond sí está en las primeras filas compartiendo frituras con sus padres.

—Pensaba que los partidos te aburrían — me dice mientras nos cede espacio —, que no era tu estilo.

Sonrió —, las circunstancias me obligaron, no creas que de manera voluntaria me tendrás acá — sus padres dicen un par de cosas en voz baja antes de vernos.

—Un gusto Nataly, Joseph — dice el padre, que aunque no sea igual a Edmon alcanzó a ver que comparten el mismo tono pálido de piel y su delgadez —, al fin tengo el agrado de conocerte.

—Lo mismo digo — estrecho su mano después de Joseph —, me ha hablado mucho de usted, es maestro.

—A mucha honra — me dice antes de tocar el hombro de su esposa —, Nadia es artista de jardinería, debes haber visto sus obras en tu jardín.

—Mic, por favor... — le dice.

—Claro, es impresionante, mucho gusto de nuevo — digo saludando a una sonrojada Nadia —, veo que su hijo tuvo mucho talento de donde heredar.

—No lo he hecho del todo... — comienza Edmon.

—Deja la humildad por una vez en tu vida — le dice su madre viéndolo orgullosa —, nuestro pequeño genio nos ha superado.

—Lo sé.

—¿Y ustedes dos? — pregunta el padre de Edmon de repente —, ¿cómo los ha tratado la ciudad?

Mi hermano y yo nos miramos antes de responderle.

—Es como una relación de dependencia — dice mi hermano interrumpiendo, los señores alzan las cejas confusos —, está obsesionado con nosotros, no nos deja hacer mucho pero de ninguna manera nos dejará ir, al menos en términos justos.

El silencio que hacen los Llite me hace querer cargar a Joseph y llevarlo a casa. Imprudencia e indiscreción no están en su diccionario.

—A lo que se refiere es que... — balbuceo un poco antes de carraspear —, ya saben, después de nuestro incidente, con los medios acosando, la escuela y bueno los problemas típicos... hemos llegado a sentir que el estado tiene algo en nuestra contra.

—Oh querida, pero supongo que han hablado de eso con don Alfonso — dice la señora, de hecho se le ve preocupada —, se ve que los estima mucho, no creo que quiera que algo malo les suceda.

Veo a Joseph sonreír y sé que dirá un comentario demasiado estúpido así que me adelanto.

—Lo hace, por suerte los momentos malos son una minoría — digo para tranquilizarlos —, la ciudad demuestra lo mucho que nos ama después de cada tragedia, estamos bien y así seguirá.

—No hay necesidad de exagerar, no los culpó — dice su padre soltando un suspiro —, Nueva York puede ser desgastante, más para los nuevos, si quieren maldecir con nosotros en un lugar seguro, lo mismo si quieren amarla. Es ese efecto lo que la hace... fascinante.

Me quedo en silencio, se le escucha muy nostálgico, la manera que mira hacia el cielo le da cierto dramatismo. Pero sus palabras calan.

—Gracias, por ahora no creo que sea buena idea maldecir — digo —, tenemos público.

—¿Cómo que no? — se cuestiona mi hermano.

—Por qué no, ahora concéntrate que por fin empezará eso — la familia de los Llite se ríe antes de prestar atención al centro del campo. 

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Hola, Hola

Primero, lamento la hora, jeje. Tenia que hacer un par de ajustas y editarlo. 

¿Qué les pareció?

Pasaron muchas cosas, ¿qué tal las ovejas negras?

Interesante las reflexiones que saca el desalmado de vez en cuando. Supongo que andaba inspirado. 

En fin, gracias por leer, votar y comentar. Los adora Lizz.