—Pensaba que ya habíamos pasado esa etapa de la comida — es lo primero que me dice Skandar, después de saludar de manera fugaz a una delirante y sonrojada Cindy.
—Y yo pensaba que no te ibas a meter en mis asuntos — le respondo mientras veo a la cocinera servir mi desayuno, el de Cindy y si el del jodido Skandar.
—Pues qué manera tenemos siempre de llevarnos la contraria —me dice divertido. En verdad no es consciente de mi molestia, de ese maldito hoyo de angustia e ira que siento cada vez que lo tengo cerca.
—Es molesto — comentó viendo su estúpida sonrisa.
—¿Qué cosa? — pregunta sin razón aparente —, la comida, el clima, el café, Cindy, Bel...
—Tú — lo interrumpo exasperada por su humor tan eufórico.
—Uff, que bueno que lo aclaraste, para ahorrar malentendidos — seguido de eso le guiña un ojo a mi compañera, que suelta una carcajada nerviosa.
Pongo los ojos en blanco e intento quitármelo de encima, pero su agarre sobre mí permanece.
—Ya me puedes soltar — le digo retorciéndome de su agarre.
—Esa idea no me agrada del todo — suelto un bufido por su respuesta —, dado el historial que hemos tenido...
—¿A dónde carajos puedo ir? — le señalo todas las puertas de salida vigiladas por policías —, esto es ridículo, suéltame...
—Nataly, hemos repetido la misma escena en tres ocasiones, en todas te terminamos atrapando — me recuerda alzando una ceja.
—No exageres, solo iba a dar una vuelta...
—Pasaste empujando a dos pacientes y le votaste la sopa a la pobre Cindy — cierro los ojos, bien eso también tiene una buena explicación, pero no tengo tiempo de recordarla ahora. — Si eso no es una huida, no sé qué más puede serlo.
—¡Te aseguro que nada de eso hubiera sucedido si no me tendrías como una maldita rea en una penitenciaría! — exclamó retorciéndome en su brazo.
—Sí, pero esa rea necesita comer o si no pasara de rea a paciente en un hospital — me dice inclinándose un poco hacia mi oído —. Pero te daré mi voto de confianza, y te soltaré, además no sé si ya lo notaste, pero reforzamos la seguridad.
Sí lo hice.
—Y si no te quedas sosegada y se te mete ese espíritu libertador e intentas huir, esos gorilas no dudarán en regresarte — me advierte volviendo a sonreír —. Tú decides, otra humillación y escándalo más de la señorita Sanderson o un delicioso desayuno con maravillosa compañía. ¿Qué vas a hacer?
Odio con toda mi alma a ese hijo de puta.
—Voy a desayunar — le digo cortante, evado su orgullosa y estúpida mirada de superioridad.
—Menos mal — responde viéndome con atención, se queda ahí por unos desesperantes segundos.
Me volteo fastidiada.
—Ya accedí, ahora quítame tu asquerosa mano de encima — le digo entre dientes.
No me responde, pero siento como me libera de su agarre. Mi pulso comienza a moderarse de nuevo, resoplo aliviada.
—Me alegro mucho que ya estés comportándote de manera civilizada, vas por buen camino Sanderson — me cruzo de brazos y me acerco a la barra. No lo voy a contestar, no le daré el gusto.
No digo nada por los siguientes minutos, en lo que esperamos a que nos sirvan la comida. Minutos que siento eternos al ver como mi "amiga" me abandona por completo al hablar con Skandar, o más bien ligar con él.
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Vindicta (Segunda parte de Mirada Cruel)
Teen Fiction"En la venganza, como en el amor, la mujer es más bárbara que el hombre" -Friedrich Nietzsche Segunda parte de Mirada Cruel. [Precaución, spoilers de la primera parte] Nataly lo ha perdido todo, o eso es lo que ella cree. De haber sido parte de u...