⚪Capítulo 132 ⚫¡A vencer!

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—Dejen que sea ella la que hable, que ella lleve el control de la conversación, lo necesita — nos dice mientras nos lleva a la habitación del fondo, aún no hemos visto al resto, aunque a diferencia de la última vez que vine, hay mucha más gente rondando. Todos nos ceden el paso, no sin antes saludarnos con emoción.

—¿Crees que nos rechace? — le pregunta mi hermano —, o que este de mal humor, me da miedo.

—Estará sensible, pero desde hace tanto desea aferrarse a algo por lo que vivir, ustedes le han dado esa razón — dice antes de parar frente a la puerta. Toca dos veces antes de escuchar un adelante, sin pensarlo Violet abre  con paciencia. Entra de primero, después Joseph y de último yo, que cierro la puerta.

La habitación no está a oscuras, de hecho lo acompañan un par de candelabros y una linterna sobre su escritorio. Donde ella, se encuentra sentada, está leyendo un libro y un estéreo de los antiguos la acompaña con música clásica.

Se voltea con lentitud, y nos mira. Primero a Joseph con el que se queda callada, hasta que una sonrisa surca su rostro, una tímida. Después va mi turno, en donde se queda por más tiempo. De hecho yo también lo hago. Su cabello está casi blanco, lo deja suelto y le cae por sus hombros. Su piel la acompañan las arrugas, aunque no es lo más llamativo, sino su mirada. Sus ojos marrones expresan demasiado, más cuando se humedecen.

Está con un poco de maquillaje, sus labios rojos hacen juego con un vestido del mismo color que le llega a los tobillos. Es casi adorable, aunque ese sentimiento se ve eclipsado cuando sus mejillas se empapan de lágrimas.

Joseph y yo nos acercamos un poco desconfiados, me agacho y mi hermano me imita.

—Parece que nunca se fueron — dice por fin entre lágrimas, me mira con más atención —, oh, que maravilloso, porque me los quitaron tan pronto.

—Pero ya nos tiene de regreso — le digo un poco nerviosa, creo que estoy por ponerme a llorar, me acerco más pero es ella la que pone su mano en mi mejilla, después hace lo mismo con Joseph, su piel es suave y un poco helada —. No sabe lo que...

—Tutéame cariño, soy tu abuela — dice, y se ve demasiado eufórica solo de decirlo, se seca las lágrimas aunque siguen saliendo —, no puedo creer que esté diciendo esto.

—Y nosotros que tengamos a una — le dice Joseph —, te pareces a nuestra madre...

—Tú madre era aún más hermosa, igual que tu hermana... que mi nieta — me dice, sus ojos brillan —. Te pareces a Dylan cariño, ambos tienen la misma mirada, ¿a que eres igual de inteligente?

—Lo es — le digo orgullosa —, ya verás sus calificaciones y premios, es un cerebrito.

—No lo dudo — me dice —, y es que... deseo ponerme al día, pero el resentimiento del tiempo perdido aún es un impedimento, me tendrán que dar tiempo, aunque no puedo esperar.

—Y lo habrá Aretha — interviene Violet acercándose —, por fin vas a salir con tu familia, con lo que te pertenece y vas a estar bien.

Su sonrisa se ensancha al verla —, ¿cuándo? — suspira —, perdona que me escuche pesimista, pero la vida no me ha tratado de lo mejor, y  tengo ese presentimiento de que es un sueño y despertaré más sola que nunca.

—Es más real de lo que crees — le digo en su lugar —, no has sido la única en perderlo todo, nosotros también, pero poco a poco nos hemos recuperado... — me atrevo a tomarla de la mano —. Y ganaremos, vamos a vengar a su hija, a mi madre a mi padre a mi hermano, lo haremos.

—Eso es imposible, esos infames son indestructibles...

—Creo que tenemos un as bajo la manga — le dice Joseph —, uno que no se esperan...

Vindicta (Segunda parte de Mirada Cruel)Where stories live. Discover now