🔵Capítulo 83🔴 Las Ovejas Negras

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—¿Qué pasa? — digo dándome cuenta de que se acercó mucho más. Además echo un vistazo a los demás, la poca distancia entre ambos ya ha atraído demasiada atención. 

—No te parece bizarro que al ver que una generación ya estaba arruinada en lugar de arreglarla, hicieran otra — dice, aunque suena como una pregunta, creo que no espera una respuesta. Su mirada regresa a mi pero se le ve perdida. 

Y no tendrá respuesta porque me quedo atónita pensando en sus palabras. No es fácil entender entrelíneas lo que quiere decir. En esta fotografía saldrán miembros de tres familias, en todas hay hermanos mayores perdidos y dos que ya no existen por circunstancias desconocidas.

Ciara, Leandro, Federico y mi hermano mayor, Evan

Lo volteo a ver, ambos debemos tener la misma expresión de angustia. — ¿Te refieres a ti, Baldassare y Kalia?

—Ustedes dos hacen parte de esta Nataly — me confiesa lo que hace aumentar ese dolor en el pecho —, aunque no nos apellidamos igual. 

—Menos mal — susurro.

—Menos mal — asiente antes de ver a los niños, especialmente en la niña que no ha dejado de parlotear —, a veces siento pena por la chiquilla.

Alzó una ceja —, no deberías, ella vive bien y feliz.

—Eso será temporal — me dice y para mi mala suerte suena muy seguro. Como si supiera algo que yo no y eso me enfada. — Tiene demasiado peso sobre sus hombros.

Claro, su futuro se ve demasiado claro ahora. Con un hijo lunático y con problemas de adicciones es evidente quién será el sucesor del norte. Y lo peor es que recuerdo algo que me dijo Violet hace meses. La idea de comprometer a Kalia con mi hermano.

Carajo.

No, de ninguna manera.

—Alfonso es joven — le digo en un intento de ordenar mis pensamientos, volver a lo paranoico no me conviene —, todavía le queda mucho por vivir...

—Claro, pero el tiempo pasa rápido y la niña necesita aprender para su futuro cargo — me responde.

—La he visto declamar, cantar, leer y es buena con las ciencias — le digo —, su padre no la puede obligar, no puede hacerle eso — digo aunque apenas y me puedo convencer.

Skandar no me dice nada por lo que creo es una eternidad, hasta que suspira y niega —, si puede y lo hará. Y no sé a quiénes involucrara, pero algo me dice que será a ustedes dos...

Proceso sus palabras, la encrucijada de estar entre un nido de serpientes comienza a cobrar factura. No puedo darme el lujo de tenerle confianza ciega a Skandar, no alguien que tiene los mismos objetivos que Alfonso. La idea de que me está envenenando surge de repente y me cuesta sacarla de mi cabeza.

—Deberás ser más específico, si sabes algo y necesitas de mi confianza entonces...

Me quedo callada al ver quién entra en escena. Ciara camina decidida, aunque la veo retorcerse las manos. Primero espera que salga la foto, luego se acerca a su madre, le da un beso en ambas mejillas y un abrazo.

Con Donato la cosa se pone extraña. Es cautelosa, como si temiera enfadarlo, se acerca y le dice algo antes de tomar su mano y darle un beso, para ser específica en su anillo. Su padre le sonríe antes de que ella se dirija a saludar a Fabiola y Alfonso en donde es más rápida. Sigue con los niños, admito que sonrió un poco al ver como le jala las mejillas a su hermano menor, le da un beso en la frente a Kalia y le estrecha la mano a Joseph. Creo que va a seguir con nosotros, pero no es así.

Si pensaba que la cosa era muy rara con Donato, estaba equivocada, porque Leonardo entra en este escandalo.

Ambos se ven por un momento, pero es ella la que toma el primer paso, se acerca y le da un abrazo. Estoy segura de que escuche un suspiro general por parte de todos. Leonardo se queda parado como estatua, poco a poco le regresa el abrazo, pero no es tan fuerte o intenso que el agarre de Ciara. Me atrevo a ver a los padres de estos, y es aún más maravilloso.

Donato se le ve serio, es esa misma expresión que no demuestra nada que Skandar sabe hacer a la perfección. Kathia se tapa la boca del asombro. Alfonso solo se le ve serio, como si no estuviera impresionado. La que más resalta es Fabiola, que si pudiera meterle una bala en este momento a Ciara estoy segura de que no lo dudaría.

El abrazo se rompe y es debido a Ciara que toma distancia, le sonríe y le dice algo en voz baja, algo que hace sonreír a Leonardo de la misma manera.

—Vaya — susurro.

—Y tú que te querías ir — se burla Skandar —, de lo que te hubieras perdido.

—¿Se llevaban bien? — me atrevo a preguntar mientras los veo platicando.

—Supongo que cuando tienen muchas cosas en común eso es inevitable — me contesta.

Nos llama el fotógrafo muy incómodo para que nos reunamos todos.

Los patriarcas se quedan en las sillas, los niños en bancas al frente de ellos y el resto detrás de las sillas. Quedó al centro detrás de Alfonso, me enseñan la postura y hago caso. Término al lado de Skandar. Es Leonardo y Ciara los que quedan al costado de las fotografías. Un pensamiento intrusivo se hace la idea de que serán más fáciles de remover con un programa de edición.

Espero que no crucen ese límite.

Cinco flashes después mi hermano es el primero en buscarme para sacarme de aquí. Y no le pongo resistencia. Ya está demasiado caótico para agregarle otra situación peor, además tenemos que mañana sea peor, hoy solo es una final tonta de un intercolegial, mañana será una audiencia trascendental.

Será mejor que lo olvide por hoy, por un poco de paz mental. 

Vindicta (Segunda parte de Mirada Cruel)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora