🔵Capítulo 32🔴El Juego de Sóftbol

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El viernes estoy con las chicas comiendo cerca de la entrada del polideportivo. No nos gusta llegar tarde a la clase de Janice porque estamos familiarizadas con su humor.

—Y luego termino tragándose la mitad del pastel — nos está contando Anni —, mi tío tuvo que salir en medio de la nieve a comprar otro y Ted termino vomitando todo en el jardín.

—¿Cómo reaccionaron tus papás? — pregunto mientras tomo un sorbo de agua.

—Mi papá como siempre prefiere lanzar esas miradas amenazantes antes de ordenarle que limpiara el desastre, por otro lado, mi mamá estaba demasiado concentrada viendo El Grinch que no le prestó atención...

—Oww, tu mamá es como yo — dice Claire.

—Aislarte de los problemas en lugar de enfrentarlos — concluye Anni viéndola con los ojos entrecerrados.

—Más bien hacer lo posible por evitarlo — la corrige —, tal como lo hace Nataly o tú en el Lutazio — dice bajando la voz.

—¿Podemos olvidar eso? — pregunto volteando los ojos.

—Tú ni estuviste ahí así que no tienes derecho a abrir la boca — la señala la rubia —, y concuerdo con Nataly, obviemos esa parte de nuestras vidas.

—Claro, lo haré solo porque me gusta evitar problemas — le responde burlona, está por decir algo más, pero un pelirrojo la interrumpe de repente jalándola de la cintura y dándole vueltas por todo el lugar.

Anni y yo compartimos una mirada antes de suspirar.

—A este punto se la va a tragar — comento evitando a toda costa ver a mi amiga besando a ese imbécil.

—¿Les dará un poco de pena? — se cuestiona Anni mientras los ve —, digo, no lo creo ya que arman una escena frente a todos sin pudor.

Ese comentario solo sirvió para traerme recuerdos que no le convienen —, es gracioso que lo digas, tú hacías lo con Gonzalo — le doy un empujoncito juguetón.

La chica se sonroja y me mira de golpe —, no, no de esa manera... — hace una pausa —, ¿lo dices en serio Nataly? — me pregunta insegura.

Me burlo de su reacción —, claro que sí, diablos casi te succiona el alma, eso cada mañana.

Mi amiga que está más colorada que un tomate empieza a negar —, por Dios que vergüenza, Nataly lo siento, eso no volverá a ocurrir — dice casi en un chillido.

Me comienzo a reír —, relájate, supongo que es lo normal en las parejas...

—Aun así, para mí eso es una falta de respeto, y me muero de la pena — suelta dramática —, en todo caso no lo volverás a ver.

—Eso espero — le contesto exagerada —, porque de lo contrario...

Dos sombras se acercan a nosotras, un alta que es la de Vissoni y la otra que está muy pegada es la de Claire.

—Muy buenos días hermosas damas, qué radiantes se ven hoy — nos saluda Ted con una sonrisa de oreja a oreja.

—Hola, ¿qué tal? — le responde Anni, que pone sus manos en la espalda, lo hace para que no se note el temblor de sus manos. Como siempre y a pesar de estar de novia con uno de los norteños más poderosos, el terror que le tiene al círculo cercano del desalmado no se va.

—Bien, gracias rubiecita — le dice el pelirrojo antes de voltearme a ver —, Nataly.

Miro a Claire por un segundo, mi amiga me regresa una mirada suplicante —, hola Ted.

Vindicta (Segunda parte de Mirada Cruel)Where stories live. Discover now