🔵Capítulo 99🔴Una probadita del poder

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Sé que algo va mal cuando no toma el atajo hacia los vagones, sino que sale directamente a la autopista.

—Espero que mi auto esté por aquí — le digo volteándolo a ver —, porque no lo deje...

—Claire se lo llevo — me para, intento decir algo pero no me deja ni empezar —, fue a llamar a la policía, por suerte Jason la encontró antes de hacerlo...

—Como que llamar a la... — digo tratando de procesar toda esta información.

—Sí, iba a toda velocidad, Jason logró alcanzarla en su moto y pararla — continúa —, tu amiga casi lo mata a golpes, antes de que terminaran en beso apasionado — hace una pausa y se ríe de sí mismo —, ¿te suena familiar la anécdota?

Quizás se deba a mi cansancio, pero esta vez no le pongo tanta importancia al sonrojo.

—¿Cómo sabes todo eso? — ignoró su pregunta, me voy a lo importante.

Saca su teléfono y lo deja en la guantera—, puedes escuchar los audios, son largos pero de una vez te adelanto que Vissoni puede ser un dramático empedernido — acelera un poco más —, algo que también me logra entretener.

—Tengo que hablar con Claire — saco mi teléfono —, ¿sabes en dónde están?

—Claire fue a lavar el auto con Ben, es de confianza — me responde —, lo dejarán en tu estacionamiento antes de irse...

—Jason también te explico eso — asiente aunque no era pregunta —, supongo que sabe con quién estoy.

—Ese fue el problema, quería ir en tu búsqueda, por suerte Jason la logró tranquilizar...

Los vellos se me erizan al escuchar eso —, ¿cómo?

—Conmigo — dice y esa respuesta es aún peor —, me la comunicaron, y no hagas esa cara, logre relajarla.

—¿Qué cara? —lo volteo a ver.

—Esa, cuando no sabes si llorar de miedo o del enojo — me responde.

Me quedo en silencio, y él decide hacer lo mismo. Me doy el lujo de olvidarme de todo, solo acostarme y cerrar los ojos, incluso la idea de quedarme dormida no parece mala. Hasta que algo me distrae, el olor. Ese olor que se ha impregnado.

Bajo el vidrio y volteo hacia Skandar. No parece inmutarse, de hecho creo que poco le importa el olor que ha inundado el auto.

—De verdad no lo sientes — le digo sorprendida.

—¿Y ahora de qué estamos hablando? — me mira por un segundo.

—El olor — suelto señalando lo obvio —, es insoportable.

Se encoge de hombros —, abre la ventana.

Espero que se burle pero no lo hace, solo sigue el rumbo.

—¿No te molesta? —vuelvo a la carga.

—Lo único que me molesta es esa música electrónica — dice apagando el radio —, y quizás la publicidad de perfumes.

—Hablo en serio Cacciatore — alzó el tono.

—Yo también — un atisbo de lo que podría ser una sonrisa sobresale de sus labios.

—Oh, así que ahora estamos de comediantes...

—Soy pésimo contando chistes — me interrumpe —, aunque podría hacer el intento...

—No gracias — le digo adelantando a otro escenario lamentable —, limítate a manejar.

Menos mal el tráfico sigue al mínimo, solo nos acompañan las luces de la ciudad y los fiesteros.

Vindicta (Segunda parte de Mirada Cruel)Where stories live. Discover now