🔴Capítulo 97🔵 Desafíame

759 87 25
                                    


Me quedo así un par de segundos, él se ve muy feliz consigo mismo.

—No era ningún juego — me atrevo a decir, podría arrastrarme debajo de nuevo, aunque lo más probable es que me rodee o salte del otro lado de la mesa.

—Oh, para mí sí, me estaba divirtiendo — dice cruzándose de brazos —, aunque aceptó que lo que más me gusto fue la dificultad.

—Eh — alzo una ceja —, me estás... — trago saliva conteniendo —, ¿para ti fue difícil?

—Claro, te escondes bien — me responde ignorando mi alarmismo —, comencé por el auto, pero estaba vacío, así que creí que te metiste por el lado sureño, aunque la idea era estúpida — continúa muy cómoda.

—No sé que te... — intento decir, pero no tiene intenciones de parar.

—Me hice muchas preguntas, donde te podrías meter, con quienes y... — hace una pausa —, tal vez la clave eran los vagones, arriba, adentro o abajo — me mira —, esa era la clave.

Me burlo de sus palabras —, qué astuto.

—No tanto, no te encontramos — me dice, confirmando que no era el único —, hasta que tuve un golpe de suerte, ¿quieres saber cuál? — me dice, dando un paso, por conveniente que sea, su altura tapa la única luz que tenía, la de la luna.

—No, me da igual... — se burla de mis palabras.

—Escuche tu voz — dice, cosa que no me esperaba —, en un teléfono, un grupo de idiotas corrió para cazarte y solo los tuve que seguir.

—Yo ya no estaba ahí — le respondo —, así que no, no me encontraste — la idea de golpearlo hace que mis manos piquen.

Se me queda viendo con esa misma sonrisa, que ha logrado mantener, una sarcástica.

—Después de ver como dejas casi ciego a ese tipo sabía que habías estado ahí — se vuelve a reír —, ¿usas las mismas técnicas de defensa? ¿tierra en los ojos?

—Solo con los idiotas.

Se ríe y pone su mano en el pecho —, y yo pensaba que era especial.

—Ya basta — suelto —, ¿a dónde vas con todo esto?

—A nada, ya que no estabas ahí me tocó encontrarte, no eres tan rápida, aunque escurridiza — continúa —, pero alguien te alcanzo...

Suelto un suspiro —, ¿lo escuchaste?

—Por supuesto que lo vi — me interrumpe dejándome sorprendida —, buena puntería...

—No te... — hago una pausa —, nadie me estaba siguiendo, me asegure que...

—Solo había una salida, o terminabas aquí o regresabas al laberinto de vagones — me dice —, lo demas fue pan comido.

Me quedo sentada viendo la situación. Como este idiota paso de defenderse hasta formar una trata en mi contra. Una maldita cacería de brujas dejándome sin opciones, sin escape.

El enfado llega de golpe.

—¿Por qué? — le digo de repente —, porque armaste todo esto, literalmente me tuve que esconder entre la tierra, para que ninguno de esas bestias me capturara — le digo sin darme cuenta de que subí el tono —. Me tuve que defender de un idiota, estoy herida y... — alzo la vista por completo —, ¿¡Que demonios hubiera pasado si ellos me tomaban imbécil!?

Se queda en silencio para mi mala suerte.

—O tu, porque no sé que es aún peor — retomo con las pocas fuerzas —, si Gonzalo o el idiota que genero todo esto, maldición — tengo que tomar aire mientras el me sigue contemplando —. Por lo menos intenta defenderte, cobarde.

Vindicta (Segunda parte de Mirada Cruel)Onde histórias criam vida. Descubra agora