🔴Capítulo 117🔵La ciudad secreta

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Termino intentando conciliar el sueño con esas palabras rondando en mi mente. Y sucede lo mismo en la mañana, un joven del servicio me llama con cierta pena en su voz. El chico parece ser de unos veinte años, casi me ruega que lo deje limpiar la habitación, después me invita a bajar al comedor, mi desayuno está casi listo.

Me cambio rápido, termino con shorts y una blusa holgada. Salgo un poco insegura y miro la puerta frente a mí, se abre, pero es otro chico del servicio.

Oh, alguien es madrugador.

Bajo y aunque por unos instantes me pierdo, logro reconocer algunos cuadros, además en el primer nivel alcanzo a ver unas gradas que descienden a lo que debe ser el sótano. Escucho voces antes de entrar al comedor, así que solo tomo la iniciativa y paso de un solo. Está Kathia y el hermano menor Baldassare.

El niño es el primero en verme, hace una expresión de asombro que parece de película.

—Así que es verdad...

—Baldassare, lo que hablamos — le dice Kathia en modo de reprimenda.

El niño la mira dos veces antes que enfrentarme, lo hace cuando uno de los chefs me jala la silla, le sonrió cuando me da la bienvenida.

—Bienvenida Nataly, es un honor tenerte aquí, cualquier cosa no dudes en pedirlo — me dice como si se lo hubiera aprendido de memoria, como si fuera algo de la escuela y su rostro es tan aburrido que me dan ganas de carcajearme.

—Hijo, eso estuvo fatal, sonríe y se lo dices de nuevo — el niño la mira con la boca abierta —, ahora Baldassare.

—Bienveni... — comienza, pero lo paro en seco.

—No hace falta — lo interrumpo con un indicio de sonrisa —, lo aprecio pequeño.

—Oh no quiero que pienses mal de él — me dice Kathia sonrojada —, es solo que no está acostumbrado a... bueno a esto.

—No es eso — le dice el niño antes de verme —, no le pagaré ni un centavo a tu hermano, hizo trampa, así que si lo miras dile que solo le pagaré si me ata los nudos de los...

—¡Baldassare! — exclama Kathia —, creo que terminaste tu comida, ve a terminar los deberes, no quiero más quejas de tus profesores.

Me debería de ofender la manera de hablar de Joseph, pero su expresión, sus imprudencias solo me hacen reír. Termino diciéndole a Kathia que no me molesta, y solo así se relaja.

Desayuno sin novedad, y charlo un rato con Kathia, que es mucho más sencillo que con su hijo. O Fabiola, o Violet o Janice... 

Algo me dice que ignora muchas cosas de las movidas de su esposo o solo vive una vida de fantasía en donde no le importa. Es mejor que sea así, por mi paz mental.

No le pregunto del paradero de Skandar, sé que está con su padre y sé que deben estar haciendo planes, el solo pensamiento me hace mal, sentirme impotente es insoportable. Sé que estoy metida en eso, y el no saber de lo que puede deparar mi destino si me quedo de brazos cruzados es lo peor parte.

Paso las siguientes analizando la nota, busco notas de Violet firmadas, pero a penas recuerdo como es mi propia letra. Además, es imposible que haya logrado meter esa nota antes de alejarme, o es demasiado audaz para que nadie lo notara.

No fui tan osada en buscar las coordenadas, primero porque estoy conectada al internet de los Cacciatore y la idea de que puedan ver mi historial me perturba. Así me que dedico a ver tutoriales de gente que se queda perdidas en bosques y como regresa a la civilización. Un hombre explica cómo se logra ubicar no solo con mapas, sino con una brújula. Eso es aún más complicado, así que mejor decido dar una vuelta por la casa.

Vindicta (Segunda parte de Mirada Cruel)Where stories live. Discover now