🔵Capítulo 93🔵El castigo

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Para lo siguiente ya no tengo opción, no tengo defensa, salida y sé que estaré frita. Como si ya estuviera ensayado, en menos de cinco segundos estamos rodeadas, y no se molestan en relucir sus armas.

Recuerdo las palabras de Janice, su consejo de defensa, el más valioso según ella. No tengo oportunidad en contra de  las balas, no tengo huida. Y sé que intentarlo ahora sería estúpido. Claire me ve con horror, pero tampoco está de ánimos para actividades audaces, así que ambos levantamos las manos.

—Las felicito, han tomado el camino correcto — nos dice Gonzalo antes de intentar abrir las puertas —, salgan las dos.

Trago mientras veo como Claire niega.

—Podemos manejar, ,no es necesario... — balbucea.

Tomo su mano —, créeme que no es el momento de pelear con ellos — mi voz suena aguda, pareciera que he llorado por horas.

Le quito el seguro y aprovechó a meter mi billetera junto con el arma debajo del sillón.  En menos de que lo piense abren nuestras puertas, me sacan a la fuerza y por los gritos de Claire con ella son igual de bruscos. 

Estoy segura que todos se pondrán del lado de Gonzalo, pero me sorprendo de la actitud demasiado enfada de Carol. La chica se acerca a Bianchi corriendo y le pega un empujón, es demasiado brusca.

—¿Qué carajos te sucede? — le grita mientras le da otro empujón —, estás enfermo, lo estás arruinando todo.

—Carol, relájate — le dice como advertencia, hasta su amiga interna alejarla pero solo se gana que Carol la empuje.

—No, no es útil, solo complicas las cosas, estás haciendo que duden de ti — repite mientras lo vuelve a empujar —, no sé porque diablos piensas que ganaras, no es tan valiosa, no es tan relevante, íbamos demasiado bien pedazo de imbécil

—¡Ya basta Bardi! — dice tomándola de lo hombros y parándola con brusquedad, así mismo llama con la mirada a dos de sus amigos para alejarla —, podremos ser muy cómplices, pero no te permito que me golpees, no te permito que faltes el respeto y mucho menos que dudes de mí, no soy el imbécil de Dante para que creas que me puedes controlar con solo mover el culo...

Carol no lo deja terminar, antes de eso le pega un bofetón que truena, hasta el mismo ruido me hace hacer una mueca.

Eso a Gonzalo no le cae muy bien, se acerca a ella pero se asegura que todos podamos escuchar —, una más y te meto al vagón, no me jodas Bardi.

La chica retrocede al instante antes de asentir.

—Bien — suelta antes de verme —, las llaves.

Estoy tan estupefacta por la demostración de hace unos segundos que me demoro en responder. Tanto que le da tiempo de acercarse.

—En el auto — le digo —, Bianchi, no me quiero entrometer pero debe de ir a un hospital.

El chico se sienta del lado del copiloto —, igual que Dante lo necesito — me dice antes de encenderlo —, suban ambas, las llevaré a dar un paseo.

Ambas compartimos una mirada pero no nos movemos.

—Vamos, no es lejos y les puede interesar...

Mi amiga bufa por lo bajo.

—Esperemos que sea rápido — le digo, el tipo alza ambas cejas.

—Sí, lo será — nos dice —, ¿quién de las dos será mi copiloto?

Ambas no les respondemos y nos metemos en la fila de atrás, cierro la puerta mientras Claire mueve a Jack, el chico gime de nuevo, creo que apenas tiene fuerzas para pelear.

Vindicta (Segunda parte de Mirada Cruel)Where stories live. Discover now