🔴Capítulo 74🔵 Declaraciones de Guerra.

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—De verdad quieres que nos humillemos ambos aquí — empiezo a decir —, porque estaría dispuesta a trapear el piso contigo.

Sí, una pequeña sonrisa que sale de sus labios me hace querer retroceder —, al fin.

Estoy por responder pero alguien más se adelanta.

—Sí, al fin, te largas de aquí — dice Gonzalo, sin tener reparos en acercarse, como siempre no viene solo, sino con todo su maldito sequito de amigos y miradas de la cafetería entera —. Sabes muy bien las reglas, tuvimos una discusión hace poco, y ya abusaste lo suficiente. O te largas ahora o te sacaré de una patada...

—Sé las reglas, pero esto era una emergencia — le responde Skandar sin lucir intimidado por el grupo entero —, no habrá necesidad, Bianchi.

—No tuviste que haber pasado en primer lugar — replica —, sal ahora.

—Emergencia — le dice pero Gonzalo no lo deja terminar.

—¿No entiendo qué clase de emergencia? — cuestiona —, al parecer te ves bien, solo alguien que te quiso hacer una broma.

—Eso ya no es tu asunto — dice antes de volver a presionar un poco más mi brazo —, ya nos vamos.

Mi cabeza se voltea al instante y lo tomo por la muñeca que me tiene aprisionada —, ¿estás bromeando? — murmuro. 

Niega —, no compliques más las cosas, no ves que tenemos espías.

—Este es tu problema, no el mío... — intento dar un jalón, pero parece una piedra.

—Tú te metiste por voluntad propia — me contesta antes de intentar dar un paso.

De hecho estaba por dar el siguiente pero algo terrible pasa antes de poder evitarlo.

—¡Te ha dicho que la sueltes hijo de puta! — grita el ser humano asqueroso de Dante Montessori, y sin darme cuenta me jala con fuerza del otro brazo haciendo que Skandar me suelte. El tipo tiene la audacia de ponerse al frente de mí, como muro, pero soy más rápida al darle un codazo y evitar que me toque —. ¿acaso no entiendes imbécil?

Entre el tenso silencio, a Skandar le alcanza a reírse, una carcajada discreta, pero burlona.

—No te metas Montessori — le dice, antes de mirarme —, ¿en verdad vamos a alargar esto?

—No te dirijas a ella estúpido, o te voy a quemar vivo tus asquerosas bolas — grita de manera exagerada moviendo los brazos, pero al parecer eso a Skandar no le mueve ni un pelo.

Skandar sigue sin quitarme la mirada —, esta vez lo digo en serio, me estoy aburriendo.

—Ya te vas a aburrir cuando...

—¡Basta es suficiente! — dice Gonzalo demandante —, Cacciatore es momento de que te largues.

—Claro, pero primero debo irme con esa emergencia... — sigue sin dejar de mirarme.

Este tipo en verdad me va hacer explotar.

—Tú no te vas a ir a ningún jodido lado con ella — grita Dante de nuevo y sin previo aviso se voltea hacia mí, intentó retroceder pero el idiota se pone a mi lado y me jala de la cintura con fuerza.

El asco y náuseas me deja paralizada por un segundo —, ¡suéltame idiota! — logró gritar mientras le meto un codazo con todas mis fuerzas.

Pero mi prisión dura un parpadeo, porque algo que no me esperaba sucede.

No sé como sucede, pero Skandar cierra la distancia, me logra jalar con fuerza liberándome de Dante, lo que me da tiempo de alejarme lo más que puedo de ese idiota. Es en esos segundos que pasa algo que no puedo explicarme.

Vindicta (Segunda parte de Mirada Cruel)Where stories live. Discover now