🔵Capítulo 103🔴 Soportar

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No sé cómo hago para poder llegar al edificio, ni como hago para subir, de hecho lo pospongo. Voy al sótano solo a cerciorarme que el auto esté estacionado y cuando lo confirmo subo de nuevo.

El problema es que ni siquiera logró entrar por completo, antes de eso alguien me está esperando en la puerta. Janice.

—Ni te molestes en explicar — dice y habla en voz baja —, tienes suerte que aún no se despierta, tienes mucha más suerte que yo haya sido la que te pillo.

—Yo... no tiene sentido que lo explique — le digo encogiéndome de hombros, guardo la esperanza de que no me haya visto abajo, que nos haya visto —, estaba...

—Yo también fui adolescente Na... Hanna — se corrige —, también hice estupideces, y muchas de esas fueron por amor.

La palidez me ha delatado, quizás es por eso que se burla.

—No es lo que crees — le digo —, Claire me llamó en la madrugada, ella me pidió que...

—Ven, te prepararé un café bien cargado, lo necesitas — me interrumpe, invitándome a su apartamento.

No dudo ni un segundo en acompañarla, necesito hablar con alguien. Quizás no desborde de sinceridad, pero es el momento de que me pueda dar unos consejos.

Su apartamento es más pequeño, solo tiene dos habitaciones y la cocina es más reducida. Además Janice no se molesta en adornarlo con cosas lujosas, de hecho la primera vez que entre me sorprendí de ver la cantidad de fotografías que tiene colgadas. De sus padres, hermana, graduaciones. Vacaciones, incluso las de navidad, en donde estamos todos.

—Pasa a la sala, te llevaré café — me dice caminando a la cocina.

—Qué servicial, debes de estar de buen humor — bromeó antes de tomar asiento.

No me acribilla de preguntas, no me presiona para hablar. De hecho terminamos platicando de cosas vagas, como el clima o del tráfico de medio año. Es de un momento a otro cuando ambas nos quedamos en silencio sepulcral.

—La vigilia — es lo único que digo para que me lance una mirada de horror.

—¿Por qué te metiste en ese lugar? — me dice, no salta para gritarme, de hecho su calma es extraña.

—Claire me llamó, al parecer Jack hizo una estupidez y terminó rescatándolo gracias a su novio.

Bufa —, alguien le debió de advertir, meterse con un Vissoni es un riesgo, una estupidez.

—Se lo dije, pero es cosa imposible, este idiota la hechizo — exagero, ganándome una carcajada.

—Bueno, y si eso es así ¿cómo terminaste en otro auto? — la sola pregunta me hace quedarme a medias, me hace replantearme todas las respuestas.

—En el auto de Skandar Cacciatore — admito sin tapujos, cansada de mentir.

Sin embargo sorprendo a Janice, que se queda callada.

—Una cosa llevo a la otra — le digo —, si empiezo ahora terminare en una hora, o más.

—No lo hagas, es tu intimidad — me dice, demasiado seria —, estás bien, viva y demasiado... tranquila para el personaje con el que te viste.

Me encojo de hombros y tomó otro sorbo —, lo merezco, para el día que se viene encima.

—Lo sé — susurra antes de tomar un respiro.

Suelto una carcajada —, ¿y no dirás nada? ¿No me vas a juzgar?

Niega con rapidez —, no eres la única que se ha involucrado con un Cacciatore.

Vindicta (Segunda parte de Mirada Cruel)Where stories live. Discover now