🔴Capítulo 81🔵Grande genética

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El escándalo no termina, el primero que no pierde el tiempo en dar un ultimátum es Skandar.

—¿Cuántos estupefacientes te metiste? — le dice, lo suelta a los pocos segundos —, no estás un poco viejo para eso... — se aleja poco después, quizás para no ocasionar un problema con Alfonso que sí se toma su tiempo en alejarlo más.

—Lo siento mucho — dice la que menos lo pensaba, Fabiola pone su palma en mi mejilla, la miro y me encuentro un rostro pálido. Oh Dios, esto la tomó desprevenida —, lo trajimos porque llevaba tiempo encerrado, no ha pisado el estado desde hace más de una década y al verte...

La última vez que estuvo aquí mi madre debió de haber estado viva... aunque a juzgar por su alarmismo debió de estar al borde de la muerte. O muerta.

—Debió de significar mucho para él — digo dando un paso atrás, traga y asiente. — Sería bueno que me... — carraspeo —, que él se vaya.

Alza las cejas, suspira antes de contestar pero es su mismo esposo el que me roba la atención.

—Relájate Leonardo — le está diciendo con su típica actitud de pacificador, lo toma de los hombros —, ve a tomar un poco de aire...

Un padre frío, pero de vez en cuando saca cierto lado fraternal.

—Es ella, pero es ella... yo... — sigue balbuceando mientras me ve y señala , su padre lo retiene y es firme —, no, no me saques, tengo que... es ella...

—Vas a ir a tomar aire, le diré a Bob que te dé un té y caminaras — le dice y por su tono no está para negociaciones. — Regresarás cuando él te lo indique.

Lo mira, y es ahí donde le prestó especial atención a su rostro. Es similar a su padre, pero hay algo en este hombre que me hace sentir... desolada. Esta muy delgado, los pómulos se le marcan de manera exagerada y su mirada perdida me hace creer que está ansioso.

—Me vas a echar aquí también... — su voz se vuelve un susurro.

Fabiola se acerca, que parece que se teletransporto a penas note cuando se alejó —, respira, y camina, respira y camina — repite, voltea y llama a un señor de mediana edad. Este le susurra una indicación a Leonardo y así se llevan al hombre, es como si ya hubieran sufrido situaciones parecidas y este fue el modus operandi de siempre.

Fabiola se dedica a compartir palabras con Alfonso mientras su equipo se acerca, y es en ese lapso de tiempo de que soy consiste en que el escándalo acaparó toda la atención. Murmullos, miradas y hasta gritos no se hacen de esperar. Me siento diminuta al notar como me miran, esperaba que fuera al hijo pródigo de Alfonso, pero no. Resulta que soy el foco de atención sin siquiera pedirlo.

—Deberíamos irnos — me dice Joseph agarrando mi mano con fuerza —, esta gente me tiene harto...

—Son solo unas fotos y... — trato de decir.

—Los voy a excusar — dice Skandar de repente, se pone a mi lado, mientras ve cómo el equipo sureño también se reúne —, ¿estás bien? — me pregunta cuando se cerciora que nadie tiene intenciones de acercarse.

Asiento, todavía procesando la escena. El asombro de Leonardo, lo muy... asustado que lo miraba. Su desesperación tratando de comprobar si era real. Dios, ¿qué fue lo último que vio de Lenina Miller? ¿Habrá querido a mi madre? ¿Tuvo que ver con su muerte? En ambas respuestas pueden justificar su reacción.

—No, vamos a tomarnos esa foto y nos vamos — le digo a Joseph.

—La idea de Cacciatore me gusta más — me dice encogiéndose de hombros —, solo salgamos de aquí Naty — me dice aunque suena como una súplica.

Vindicta (Segunda parte de Mirada Cruel)Where stories live. Discover now