🔴Capítulo 75🔵Confesiones.

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Me mira con las cejas alzadas.

—¡Respóndeme maldito cobarde! — me acercó de nuevo.

—¿Qué es lo que quieres escuchar realmente? — dice sin tocarse la mejilla, como si apenas hubiera sido un roce.

—La verdad...

—Qué me preocupo por ti o que lo hice porque ese imbécil no me agrada — hace una pausa —, que estaba celoso porque se dignó a tocarte, que no me gusta que toquen a la heredera y que tengo que cuidarte...

La otra bofetada si se la esperaba, porque una sonrisa a medias me deja sorprendida.

—No tienes las agallas de admitir nada de esas cosas — me digo anestesiada del terror que antes me causaba —, eres un maldito cobarde.

—Sí claro, repítelo hasta que te lo creas, tengo que recordarte que tu venganza fue una dona con picante — hace una pausa y se acerca más —, vamos, sé que eres capaz de mucho...

—Cierra la boca — le advierto.

—Eres brillante y una maldita a la vez, mandaste a una familia entera a la cárcel — me recuerda y se siente como un balde de agua fría —, le arruinaste la vida a un niño y lo dejaste sin padre.

Esta vez no son bofetadas, los puños vienen uno tras otro y se deja por unos segundos antes de aferrarse a ellos dejándome inmóvil.

—¿Qué carajos quieres? — me atrevo a preguntarle —, que te envíe a la calle, que incendie tu casa, dejarte si padre... — murmuró —, quieres que te haga daño...

—No a mí, eso déjalo a los verdaderos culpables — me dice —, abre más los ojos Nataly.

—Eso estoy haciendo idiota — le digo centrándome en esos malditos zafiros que me están torturando —, y solo desearía hacerte desaparecer.

—Eso no se va a poder — dice —, todavía tengo una cuenta pendiente.

—¿Conmigo? — suelto con ironía mientras niego —, es sobre ese enganche — se queda en silencio —, vamos maldito cobarde, respóndeme eso por lo menos, ten las malditas agallas — hago una pausa —, o tendré que ir yo misma con Bianchi, ¿esa idea te gusta?

Un muy ligero cambio en su mirada, es su postura y todo su cuerpo.

—Te irá mucho peor con él, y terminarás regresando a mí antes de poder evitarlo — dice en un susurro.

—Creo que le caigo bien — suelto con y aunque sé que es mentira, parece creerlo —, se me ha acercado a advertirme de ti, y me invitó a bailar — mientras digo eso siento como su agarre en mis muñecas se aprieta.

—No — me dice simplemente.

—No — me burlo —, no me puedes obligar.

—No Stella... — vuelve a repetir.

—Si Skandar — le digo —, si y te puedo dar la primicia...

—No la necesito, eso no va a pasar — repite, y de nuevo me sorprende cómo logra lanzar una orden sin alocarse, solo con esa cara de muerto en vida.

—¿Por qué Skandar? — suelto de nuevo —, dímelo...

Una pausa en la que solo nos miramos, una respiración a distancia y el sonido del viento.

—¿Por qué te importa tanto...?

—Porque el destino nos ha tenido unidos te guste o no   — suelta con la mirada más tenebrosa y la seguridad más potente. 

Vindicta (Segunda parte de Mirada Cruel)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang