🔴Capítulo 12🔵 Declaración de Guerra

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Nuestro nuevo hogar está en la avenida Madison. En un edificio de apartamentos, que cuando lo veo por completo la quijada se me cae. Es un rascacielos, o es lo que puedo apreciar desde abajo. 

Toda la estructura está hecha de vidrio color azul, y viviremos en el piso diez, lo cual agradezco por mi temor a las alturas. Y para agregarle más sorpresas a mi día, resulta que seremos vecinos de Janice, lo que me pone muy contenta.

La mudanza fue hace una semana, al parecer a Violet le costó mucho que Fabiola accediera. La mujer no nos quería dejar ir, y la pobre Kalia se entristeció mucho. Eso es lo único que me rompe el corazón, dejar a la pobre Kali sola. Incluso puedo ver a mi hermano afectado con la noticia, aunque intenta maquillarlo con indiferencia.

Cuando entramos, un pequeño pasillo nos recibe, del lado izquierdo está el baño de visitas. Nos adentramos un poco más, la sala de estar está muy bien conservada, en realidad no parece recién estrenada. Los sillones son de cuero y el piso es de madera. Las lámparas son de cristal, pero no son tan lujosas como las de Fabiola. 

La sala además tiene una televisión de plasma y una mesa de madera en el centro. Al lado está la entrada de la cocina, que desde afuera puedo sentir un delicioso olor. Al entrar me doy cuenta de que todo está hecho de mármol.

—Vengan a ver sus habitaciones — nos dice Violet muy emocionada. Del otro lado de la sala está el pasillo con las tres habitaciones, mi hermano y yo nos acercamos aún con desconfianza —, esta es la de Joseph — abre la primera puerta.

—Wow, está todo — mi hermano entra emocionado a su nueva habitación. Está pintada de azul y tiene un ventanal al fondo. Es un poco más pequeña que la que teníamos con los Cacciatore, pero le cabe su escritorio, su cama, closet y baño al fondo. Tiene espacio de sobra para hacer sus tonterías. — Gracias Violet — dice dándole un abrazo.

La habitación de Violet está del otro lado, ambos le echamos un vistazo veloz, no queremos invadir su privacidad. Es la más grande de las tres y en lugar de bañera tiene una tina que cubre mucho espacio.

La mía es la que está al fondo, y que además tiene un pequeño balcón que da a las escaleras de emergencia. Me quedo muda al presenciar la vista de la ciudad. Dios mío, a pesar de todo lo que he pasado aquí, nada será capaz de sacarme de la cabeza lo enigmático que es Nueva York. 

 Mi habitación está pintada de un color crema, y tiene lo mismo que tenía en la casa de los Cacciatore. Aun así le agradezco a Violet antes de que nos invite a desayunar en el comedor, que está dentro de la cocina.

Joseph y yo nos devoramos los huevos y el tocino en tiempo récord, y creo que llevamos tres tazas de café.

—La cosa es así — dice Violet cambiando de tema, al parecer por fin nos hablará de lo que haremos en este estrepitoso día —, a las once debemos estar en la corte suprema, la audiencia empezará una hora después.

—¿Debemos estar presentes? — pregunta mi hermano, me sorprendo al no verlo nervioso.

—Sí, ustedes deben de estar, serán el tema principal — nos dice segundos después —, no se preocupen por los medios, serán prudentes y no podrán acercarse a ustedes por ser menores de edad.

Genial, eso no los ha detenido a la hora de ponernos en los titulares de sus revistas, y ni menciono las redes sociales.

—¿De qué van a hablar específicamente? — me arriesgo a preguntar.

Violet resopla antes de responder.

—De su destino, pero también el de la relación de ambas familias.

Vindicta (Segunda parte de Mirada Cruel)Where stories live. Discover now