Vindicta (Segunda parte de Mirada Cruel)

🔴Capítulo 77🔵 La parte más fea es el arrepentimiento

Sus manos me acarician, pasando de mis pechos a mis estómago, y así hasta mi cintura. Me duele el cuello por la posición; sin embargo, no quiero interrumpir el beso, no quiero romper este temporal lazo, su olor, su toque me embriaga que podía pasar así todo el día. El solo pensamiento me enoja. 

—Vámonos — lo escucho decirme entre besos.

—No — le suelto mientras le doy acceso a mi boca, lo escuchó soltar un gemido. — No sería bueno que regrese así a clase.

—Me refería a salir de aquí, de la escuela — me dice, me tengo que alejar un poco de su rostro para ver si habla en serio.

—Estás loco — le suelto —, ¿a dónde podríamos ir?

—No tengo la más mínima idea — me dice, mientras trato de no distraerme con sus caricias —, a donde quieras...

La sola idea de que lo esté considerando me entorpece.

—No, claro que no — le digo, aunque no encuentro una reacción palpable en él —, eso no está bien.

—Escapar de clases — alza una ceja.

—Lo que llevamos haciendo desde hace veinte minutos...

—Creo que ha sido más tiempo — me corrige.

—Lo que sea, tú y yo sabemos que no está bien... — le digo —, no con todo esto, con lo que me has hecho y con el hecho de que te...

—Al menos ese odio lo sabes guardar muy bien, casi no lo noto — me dice cerrando la distancia y dándome otro beso —, por lo menos no se nota tanto.

—Imbécil — susurro, tratando de no analizar esta situación, ese embrollo del que me arrepentiré dentro de un par de horas —, tienes razón, es momento de irnos y aprovechó que aflojo su agarre para separarme lo suficiente.

—Claro, quieres ahorrarte el sentimiento de culpa, es normal — me dice —, sobre todo mañana.

Mañana. La junta donde estarán los representantes y futuros candidatos. Como olvidarlo, será resolver lo que no se pudo en los puertos.

—Que, lo vas a gritar a toda la junta — me encojo de hombros —, nadie te creería.

Se queda en silencio por un momento —, puede que tengas razón.

Oh sí, la culpa será la peor parte de todas, pero mi mejor opción ahora es huir.

—Dame tiempo — le digo —, ni se te ocurra ir detrás de mí, eso sería...

—Divertido — sonríe.

—Desastroso — niego —, por favor — digo antes de ponerme a buscar mi chaqueta que deje tirada en alguna parte — sabes en donde quedó... — digo antes de voltear a verlo, el muy idiota esta de brazos cruzados riéndose.

—¿Qué? — imito su posición —, por lo menos ayúdame a buscarla.

—Te imaginas si nos ven entrar juntos — dice —, sería un escenario maravilloso.

—No me hagas repetir las cosas — le digo —, eso me enteraría, nos enterraría.

—No quiero asustarte pero es lo que piensan muchos...

Niego —, no mientas.

—No lo hago, y será mejor que te acostumbres a la idea — dice de manera descarada —, no es el fin del mundo.

—Para mí lo es — digo en voz baja, mi intimidad no debería ser un chisme de pasillo, y mucho menos con este idiota.

—No lo parecía hace unos minutos — me recuerda —, además tendrás que... — se calla de repente. Y los dos compartimos una mirada antes de ver hacia arriba.