🔴Capítulo 126🔵Es el Armagedón

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—¿Las guardas todo el tiempo? — le digo resignada guardando la galleta en mi bolsillo —, siempre tienes una de repuesto.

—Nunca se sabe cuándo tendrás hambre — me dice encogiéndose de hombros —, en tu caso cada vez que tienes ansiedad.

Alzo las cejas —, ¿y cómo sabes que tengo ansiedad?

Se queda parado antes de alzar mi mano sin previo aviso —, te quedaste sin uñas.

Quizás me las estuve mordiendo, pero no recuerdo en que momento me las arranque —, después del día que tuve no esperaría menos.

—Esto no fue ayer — me recuerda aún con su mano sobre la mía —, pero puedes comer la galleta, no le diré a Janice.

—Creo que a ella no me importa, menos a mí — le digo, me doy cuenta de que ve la hora por un segundo, una de sus piernas zapatea inquieta. —Skandar...

Siento que la presión aumenta en mi mano, alza ambas cejas antes de mirarme —, pero que palidez, parece que visto algo terrible, déjame adivinar... es la letra de Jason, la cara de tu amiga Claire o...

—¿La cara de Claire? —alzo una ceja —, en verdad la estás ofendiendo frente a mí.

—¿Acaso no le viste la mejilla? — alza una ceja.

—Claro, pero no se miraba tan mal... — hago una pausa —, mi palidez es porque te estaba viendo a ti.

—Lo que no me extraña — dice con todo arrogante.

Pongo los ojos en blanco —, lo hice porque tú me estabas viendo de primero — trago —, ¿qué pasa? — susurro poco después.

Se demora un poco en responder —, desde ya escucho los pasos, los gigantes.

Por alguna razón ese comentario me eriza la piel —, ¿son amigables?

—Ninguno lo es — me dice —, pero los puedes evadir.

—Prefiero vencer — menciono sintiéndome un poco tonta —, ¿puedes ser más específico?

—No.

—Entonces esos pasos son los tuyos — le digo, a lo que no me responde —, creo que ya me respondiste.

—Parte de esos pasos lo son — me dice antes de tomar mi otra mano de repente, da un paso y se inclina a mi oído —, si la señal que me dieron es cierta, solo tengo que dar una orden para atacar — lo volteo a ver, creo que la casi nula distancia empeora las cosas, su voz se vuelve un susurro —, y si eso pasa ellos van a venir por ti, y no será como en la audiencia, no será como en la asamblea.

Creo que estoy por caer de rodillas, sus brazos me sostienen para evitarlo —, Ska... ya hay suficientes norteños aquí, es raro que no lo hayan hecho — intento dar excusas para no alarmarme, a juzgar por su mirada no está funcionando —. ¿Ahora quién más puede hacerlo? Ya me tienen, tienen a mi hermano, ¿qué más pueden tomar?

—No les funciona solo uno, y ambos bandos se dieron cuenta de eso — su respuesta me hiela la sangre —, van por ambos.

—¿Vas por Joseph? — suelto en un susurro, de nuevo recibo ese silencio —, porque carajos no me respondes si... — estoy tan débil que mis intentos de alejarme son en vano —, dime por lo menos si planeas secuestrarlo, dime si...

—No tengo la más mínima idea de la ubicación de tu hermano, por ahora solo me importa la tuya — me interrumpe —, y lo que pase con ella es mi prioridad.

—¿Por qué no me escondiste? — le pregunto harta de todo —, me pudiste haber encerrado en tu casa, me pudiste haber sedado o amarrado — hago una pausa —, si tanto te importa mi vida no entiendo por qué me trajiste aquí... como si fuera un...

Vindicta (Segunda parte de Mirada Cruel)Where stories live. Discover now