🔴Capítulo 23🔵 La misma Saint Lincoln

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La cosa empeora muchísimo. 

El partido va empatado, lo cual hace que la tensión en el público se vuelva palpable. Y para muestra un botón, las porras de ambos lados se han vuelto más intensas y hasta vulgares, lo que ha enfurecido a varios chicos. Eso para ellos es motivo suficiente para entrar a los golpes. Incluso Anni que se encontraba en las primeras filas para poderle tomar fotos a su novio mientras jugaba, se tuvo que acercar a nosotros para evitar ser golpeada.

El escándalo se vuelve tan grande, que hasta los mismos jugadores se involucran en la cancha. Desde lo lejos me doy cuenta de cómo Dante le mete zancadilla a Jack, Gonzalo consciente de la situación se entromete para detener a Jack, pero solo termina siendo golpeado por el puño de Jason. El grito de parte de mis dos amigas me hace darme cuenta de la gravedad de la situación. Ambas se ponen de pie al mismo tiempo y sin poder reaccionar empieza a bajar para detenerlos.

—¿Qué demonios piensan hacer? — les pregunto en un grito, mientras logró jalar la mano de Anni —, solo van a terminar lastimadas, esperen a que algún adulto los venga a separar.

—No podemos esperar a que alguien lo haga, podrían terminar en un hospital — me responde desesperada —, lo siento, pero tengo que hacer algo.

—Anni, por favor, es una locura — le pido asustada —, si te metes será mucho peor — miro hacia Claire que, aunque está un poco más lejos, nos logra escuchar —, por favor, ten sentido común, son más fuertes y encima están enojados.

Ambas comparten una mirada, sé que estaba por ceder. Estaban, porque el aumento de alaridos las hace regresar la mirada. El graderío se está vaciando porque ya no pretenden ser público de un partido, sino el de un ring de boxeo. Y mis amigas no pierden el tiempo para unirse a él. Desesperada por ayuda, volteó hacia mis ya desaparecidos amigos, tanto Ted como Edmon corren hacia la cancha.

—¿¡Ustedes también!? — les gritó—, por favor regresen, esto es una locura.

—¿Y perdernos esto? — me responde Ted mientras siguen bajando —, no gracias.

—Ven — me anima Edmon —, no seas aburrida Nataly.

—No voy a animarlos, esto es estúpido y... — ya ninguno me puede escuchar porque han decidido unirse a las porras de los golpes.

Volteo a todas partes buscando a un conocido, pero en el graderío solo quedamos unos cuantos —, joder, ¿por qué siempre tienen que actuar como animales aquí?

—Porque no te pones en su lugar — me responde de repente el mismísimo diablo —, el orgullo, el enojo y la necesidad de poder pueden ser mortales. Y ser el orgullo de la escuela requiere ganar y dar un par de golpes de vez en cuando — solo tengo que voltear hacia el lado sureño para encontrármelo.

Skandar en definitiva está disfrutando esto, el chico se encuentra sentado en la misma fila que yo, tiene una bolsa de frituras en sus manos y para rematar su indiferencia ante la escena, se puso unos lentes de sol, tiene las piernas estiradas y para nada se le ve incómodo.

Me mira de reojo y sonríe —, ¿quieres? — me ofrece la bolsa.

—¿Y tú qué? — le pregunto volteándome hacia él —, deberías estar en la pelea, digo es lo que haces en un día normal. Dar puños y patadas es tu especialidad.

—Me he tomado un descanso de eso — me responde siguiéndome la corriente —, no sabía que tenías tantas ganas de verme pelear Han... — me voltea a ver —, solo por curiosidad, ¿cuál de tus cuatro nombres prefieres?

—Para ti soy Nataly Sanderson — le repito, aunque esta vez no me molesto. Regreso mi mirada a la multitud que ahora se está poniendo más eufórica. Han hecho un círculo para poder dejar a los golpeadores en el centro —, deberías parar esto, tu amigo podría resultar herido.

Vindicta (Segunda parte de Mirada Cruel)Where stories live. Discover now