🔴Capítulo 146⚫ Vivir con dolor

320 38 2
                                    


Skandar se desmayó antes de entrar al hospital, no sabe si por su estado de shock o por el dolor infernal. Pero recupera la consciencia, hasta un par de días después.

La cadena de pesadillas inició desde ese día. No sabía explicarlo, pero durante años tuvo las mismas pesadillas, con acciones distintas, pero escenario parecidos. Soñaba con los gritos de sus amigos siendo quemados vivos, intentaba llegar a ellos, pero Bart lo jalaba había un hoyo negro. Soñaba también con la perrera, con él, pero arrancándole un brazo a Tom o atacando a Carl. Soñaba con el mercado siendo derrumbado con sus amigos adentro. En todas terminaba gritando, en todas solo él sobrevivía encima de los cadáveres de sus amigos. En todas le pedían ayuda, en todas nunca los salvaba.

La de ese día,  aún la mantiene atascada en su memoria. Es justo cuando intenta sacar de los escombros a Kenny, cuando sus ojos se abrieron. El pitido de una maquina es lo primero que escuchó, un olor a comida lo hace inhalar con más fuerza.

—Oh, gracias a Dios — escucha la voz de una mujer, sintió algo cálido en su mejilla, lo siguiente que ve es la mirada de su madre.

Su madre.

A pesar de los años no había podido olvidar esa mirada, ese olor, todo lo que ella era. Sus ojos están enrojecidos y sus mejillas iguales.

—Estás bien, mi amor — le dice presionando su frente con la de Skandar —, todo estará bien...

Skandar intenta decir un par de palabras, pero su voz parece atascada es su garganta. Quizás sea porque en verdad no tiene ni la menor idea de lo que la va a decir a su madre.

—¿Quieres agua Mike? — dice otra persona a su lado, los rizos dorados los sorprenden cuando ve a su hermana mayor con una bandeja. Está pálida, con las ojeras igual de marcadas que las de su madre —. Hay sopa de pollo, según nos dice el doctor es mejor si comes liviano por las siguientes 24 horas.

¿Comer? No tenía tiempo para eso, pero necesitaba mantenerse despierto o esas malditas pesadillas lo volvería a acosar.

—¿Qué...? — intenta decir, pero apenas se escucha un gemido —, ¿qué me paso? — dice creyendo que es lo correcto.

—Oh, es obvio que no lo recuerda — le dice su madre acariciando el cabello de Skandar —, te desmayaste a medio camino.

—No creo que sea el momento adecuado cariño — le dice Ciara —, es muy reciente, y tendrás que lidiar con eso después, pero ahora esa carga es demasiado...

Oh, entonces ya debían de saber las acciones de su padre. Aunque se le hacía ilógico que lo supieran y no verlas horrorizadas. Sabia de la sensibilidad de ambas, sabía que muchas veces no estaban de acuerdo con las decisiones de Donato, por eso no podía entender su reacción tan pasiva.

—¿Saben de dónde vengo? — se aventuró a preguntar, tras una pausa.

Ambas comparten una mirada antes de suspirar.

—Lo sabemos Skandar, lo sabemos todo — dice en voz baja —, no queríamos asustarte a penas despertabas...

—Madre, no es el momento, apenas se está recuperando — Ciara deja la bandeja en la mesa del lado y se sienta en la orilla de la camilla —, tiene que seguir descansando, recuperar fuerzas...

—¿Cuánto tiempo llevo aquí? — la interrumpe —, no me molesta que lo sepan, solo quiero saber qué carajos está pasando... — se muerde la lengua poco después, mientras las ve con la boca abierta, ninguna le contesta en los próximos segundos —. Perdonen por el lenguaje, no debí...

—No importa amor — le dice Kathia —, no importa lo que paso, lo que te obligaron a hacer, lo que piensas, no me importa nada — suspira mientras se pone de pie —. Si piensas que te vamos a juzgar, entonces estás equivocado, porque lo único que pienso hacer a partir de hoy es buscar que te sientas mejor, que este feliz... no pienso cometer los mismos errores — traga mientras sus mejillas se empapan.

Vindicta (Segunda parte de Mirada Cruel)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt