🔴Capítulo 116🔵Infame vs Terremoto

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Una parte de mí se imaginaba algo distinto, paredes negras, un arsenal en un armario y en el otro una compuerta secreta en donde lleva a cabo sus torturas o planes macabros. Al contrario, es la habitación más común, en lo que cabe de un Cacciatore. Es más amplia que la mía, tiene un balcón en donde hay una mesa y sillas. En su cama quizás caben tres personas, las sábanas están bien extendidas y un escritorio en donde está su laptop. Sin embargo, ni su baño, ni su armario, me roba la atención como lo hace su librera.

No son los libros, sino que los primeros cuatro niveles están llenos de juegos de mesa, de toda clase y para todas edades. Además hay dados, dos cubos de Rubik resueltos. Le echo solo un vistazo a los tomos, libros de Sherlock Holmes, Agatha Christie, George R. Martin son algunos de sus títulos, pero de nuevo no es lo más interesante. Pensando que puedo encontrar algo más interesante, muevo su ropa a ambos lados, sin embargo la idea de encontrar una puerta a un túnel secreto o una escotilla en el piso es demasiado descabellada. Y lo confirmo, no hay nada.

Mi atención para variar, regresa a la librera. No le presto tanta atención a los libros, sino a los juegos. Ajedrez, Monopoly, Scrabble y hasta el juego de detectives y misterio Clue. De hecho creo que lo acaba de jugar, es el que más está desgastado y no está alineado como al resto. Decido dejarlo así para seguir viendo, pero en su lugar me topo con algo aún más intrigante. Un álbum de fotos.

Solo me basta jalarlo un poco para que un sobre caiga al suelo y varias fotografías y papeles se dispersen. Eso sí me pone alerta.

—Mierda — susurro antes de juntarlas todas y meterlas en el sobre. No obstante, algo me atrapa antes de poder dejarlo en su lugar.

Son tres fotografías de Skandar, estoy segura de que es él, aunque quizás de unos diez u once años atras. Me quedo fría con solo un vistazo, está claro que está en un hospital, no tiene camisa pero está lleno de vendas por todo el pecho y estómago. Además está enyesado en su muñeca derecha y tiene una venda en la nariz. Eso sin contar que está pálido, con los ojos hundidos y con los labios rotos.

La sola imagen es espeluznante, tanto que tengo que apartarla con solo verla unos segundos. Parece que acaba de salir de una pelea. ¿Cómo rayos acabo en esas condiciones? Era un niño. Me atrevo a ver las otras, están en la misma situación, solo que en diferentes ángulos, en algunas hay doctores y sí, alcanzo a ver el cabello rubio de Kathia. En todas Skandar se ve como un zombi, con los ojos abiertos, sin embargo no hay vida en ellos.

Las ordeno antes de meterlas en el sobre, en la torpeza de mis manos inquietas, un papel amarillo metido en el sobre me llama la atención. Guardo las fotos y sacó el papel, está doblado, así que soy cuidadosa para no romperlo.

Es un volante, los bordes están casi marrones, el papel además huele a húmedo, debe ser viejísimo. Leo las palabras y me quedo un poco confusa.

¿Terremoto? ¿Infame?

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¿Terremoto? ¿Infame?

Es evidente que se trata de sobrenombres de luchadores reales, lo que me sigue haciendo ruido es la parte de las apuestas. Me tengo que tomar un respiro para unir las piezas de algo que parece un rompecabezas.

Vindicta (Segunda parte de Mirada Cruel)Where stories live. Discover now