🔴Capítulo 36🔵Enfrentarme a lo Peor.

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Mi camino al auto es corto, Violet decidió estacionarse casi al frente. Cuando abro la puerta un silencio me recibe, solo me dice buenas tardes antes de salir disparadas al apartamento. Todo el camino es así de silencioso, cuando se estaciona igual. Cuando subimos también.

La cosa cambia cuando entramos al apartamento.

No alcanzo a llegar a mi habitación cuando escucho a Violet llamarme.

—Me vas a explicar parte por parte, sin saltarte nada lo que paso en la escuela — me dice tomando asiento en el sofá —, y me lo vas a decir ahora, porque de lo contrario me veré en la penosa obligación de creerle los padres de familia.

Me acerco a la sala dando tres zancadas —, ¿qué es lo que están diciendo?

—Mentiras, puras mentiras — se recuesta y cruza una pierna —, es por eso que necesito que tú seas la que me diga la verdad.

Trago y tomo asiento en el sofá al frente de ella —, promete que no me gritaras o juzgaras, no fue algo bonito para mí y...

—¿Para ti? — se carcajea —, ¿ya le viste la cara a Cacciatore? Hasta ahora es la única imperfección que le he visto a ese muchacho.

<<Eso y su espalda>> Un escalofrío me pasa por la columna vertebral, esa imagen prefiero borrarla de mi sistema. Por ahora.

Carraspeo —, te aseguro que eso no le afecta.

—Al parecer a ti te afecto más — menciona con desdén —, cuéntame entonces...

—No tengo una buena relación con Skandar — le digo y ella alza ambas cejas —, de hecho, me desagrada por completo.

—Y no solo hoy me lo has dejado claro — se arregla un mechón de cabello —, ese desagrado parece recíproco sobre todo...

—No es algo que no sepa, quizás es lo único en lo que nos ponemos de acuerdo.

—Sí y no — me señala —, hay una clara diferencia entre los tratos.

—¿Los tratos? — alzo una ceja. Hasta donde yo sé el chico se esfuerza por aparentar que nos llevamos demasiado bien, mientras que yo intento ignorarlo lo mejor que puedo.

—Sí, tú pareces que quisiera fulminarlo cada vez que aparece, o solo desaparecer — me dice —, él al contrario parece disfrutarlo demasiado.

—¿Disfrutarlo? — suelto un bufido y niego.

—Sí, pero a la manera que un hijo de Donato lo haría — me dice como si eso fuera suficiente respuesta. —. Ahora, no desvíes el tema, cuéntame y con confianza.

Me quedo viendo su rostro por un momento, se le ve tan serena, que no me creo que sea verdad.

—Con confianza, vamos Violet te conozco — le digo sonriéndome —, grítame, regáñame, oblígame a hablar — le pido y me regresa una mirada ceñuda —, porque esa tranquilidad no me la creo.

Se acomoda en el sofá —, estuve leyendo un libro de cómo educar de manera correcta — me dice sonando franca —, una de las reglas fundamentales es nunca forzar porque eso dañaría la confianza, con eso el adolescente se sentirá mejor y empezara a expresar de manera honesta.

—¿En verdad estás leyendo un libro de crianza? — tartamudeo —, ¿por qué?

—Creí que era obvio, a pesar de que fui la directora de una escuela por años nunca tuve experiencia con los niños y adolescentes — me responde —, y consideré responsable informarme.

—¿Nunca tuviste hijos? — le preguntó antes de poder arrepentirme.

—No — me dice sin lucir incómoda

Vindicta (Segunda parte de Mirada Cruel)Where stories live. Discover now