🔵Capítulo 57🔴 El legado de mis padres

794 81 4
                                    


Sí, estoy segura de que el equipo de seguridad se triplicó. Lo sé porque el uniforme de las guardias luce distinto, o más bien más detallado. Llevan cascos, guantes de cuero y las armas ya no son simples pistolas, sino metralletas, de esas que solo se ven en los videojuegos.

Como siempre es Violet la que mejor sabe escoger el vestuario, llevo un traje color marrón de pantalones, unos tacones abiertos y una coleta alta. Mi hermano no está tan formal, en lugar de saco se pone una chaqueta de lona, pero se sigue viendo adorable. Violet prefiere una falda negra que le llega a los tobillos.

Nos levantó muy temprano y nos preparó no solo en la logística, sino que se tomó el tiempo de darnos una breve terapia sobre lo que va a suceder. Cosa que ha hecho durante las últimas dos semanas. En las cuales solo he escuchado: no hay presiones, es su elección, escuchen, pregunten, cuestionen y mi favorita: no se dejen manipular, ustedes tienen el control.

Al salir Janice no pierde el tiempo en despedirse, ya no pude platicar con ella por su extraño comportamiento de ayer. Se está empeñado en ignorarlo, lo que me pone aún más nerviosa porque debe ser muy malo como para querer obviarlo por completo. En todo caso no la pienso presionar, sé que se querrá expresar si no la empujo a hablar. Me lo ha demostrado antes. 

Nos desea buena suerte y a pesar de que quiere ocultar esa pequeña mirada melancólica con una sonrisa, es demasiado obvia.

El camino a Long Island es largo, cosa que me esperaba con la caravana que llevamos por delante y detrás. En todo caso no lo siento eterno como el chofer dijo, quizás se debe a mis nervios. Me entretengo en ese tiempo perdido leyendo de nuevo los expedientes.

Por una parte, me alivia que la lista se haya reducido, por a otra me aterra porque eso reduce el tiempo de elección de sobremanera. Lo único capaz de devolverme la calma es la actitud calmada de mi hermano menor.

—Nos pondremos en una fila, los guardias harán un círculo a nuestro alrededor, por nada del mundo se distraigan... — nos dice Violet en cuanto ve la entrada los puertos, que son dos puertas metálicas de unos veinte metros de largo. Oh Dios, la simple vista me hace temblar, está claro que la impotente vista es solo una probadita de lo que será por dentro.

—Un poco de seguridad en la entrada — comento interrumpiéndola.

—Sí, y eso que no has visto la entrada trasera, es aún peor que la de la CIA  — me dice siguiendo mi punto de vista.

—¿En dónde están las oficinas? — pregunta Joseph sin lucir asombrado.

—Ah, según tengo entendido hace un par de años hicieron una remodelación, así que las deben de haber cambiado de lugar — le contesta —, no vengo desde hace más de una década.

—Dijiste que serían Alfonso y Donato lo que nos estarían esperando — le menciono esperando que me refute esa afirmación.

—Sí, la jueza Gómez lo especifico, nos estarán esperando adentro en el lobby — nos dice con cierto enojo, además niega cuanto termina de hablar.

Creo entender esa rabia, todo esto se está haciendo por debajo de la mesa. Solo los círculos allegados a los Cacciatore saben de estas elecciones y de nuestra mera existencia. Lo que en algún punto no me molesta, prefiero no tener el acoso de los medios, pero, por otro lado, me preocupa que esa familia demoniaca tenga otras intenciones.

Esperamos poco tiempo antes de que los portones empiecen a deslizarse, y es a ese ritmo lento que mi corazón bombea. Lo primero que se alcanza a ver es un edificio de vidrio, quizás de unos cinco pisos. Esta lejano, ya que aún debemos pasar por el sendero, que cada vez se hace más corto. En realidad, me sorprendo por lo bonito...no, más bien lujoso que luce todo. No parece un lugar que recibe embarcaciones, sino la sede de Google o de alguna compañía internacional.

Vindicta (Segunda parte de Mirada Cruel)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt