Vindicta (Segunda parte de Mi...

Por Belendreamers

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"En la venganza, como en el amor, la mujer es más bárbara que el hombre" -Friedrich Nietzsche Segunda parte... Más

🔴Avisos🔵
🔴Capítulo 1🔵 Mi Propio Purgatorio
🔵Capítulo 2🔴 Las dos caras de mi verdugo
🔵Capítulo 3🔴 Que gane el mejor.
🔴Capítulo 4🔵Yo siempre te voy a encontrar
🔴Capítulo 5🔵 ShiShi
🔴Capítulo 6🔵 "De ti depende el futuro de muchos"
🔵Capítulo 7🔴 Brote de sinceridad
🔵Capítulo 8🔴 Las teorías de mi desgracia.
🔵Capítulo 9🔴 El has bajo la manga de mis enemigos
🔵Capítulo 10🔴 Mi regreso a la vida.
🔴Capítulo 11🔵 Un adiós esperando nunca volver.
🔴Capítulo 12🔵 Declaración de Guerra
🔴Capítulo 13🔵
🔴Capítulo 14🔵 La audiencia tormentosa.
🔵Capítulo 16🔴Conformarse y Adaptarse
🔵Capítulo 16🔴La generación anterior
🔵Capitulo 17🔴 Un recargo de conciencia
🔴Capítulo 18🔵Que empiece la caminata al infierno
🔴Capítulo 19🔵Un Regreso Agridulce
🔵Capítulo 20🔴Fiereza y Valentia
🔵Capítulo🔴 21 El Club de los Cinco
🔴Capítulo 22🔵Un peligro inminente
🔴Capítulo 23🔵 La misma Saint Lincoln
🔵Capítulo 24🔴 Que se maten entre ellos
🔵Capítulo 25🔴 Nuevas sospechas
🔵Capítulo 26🔴¿Buscar la paz que merezco o quedarme a luchar?
🔴Capítulo 27🔵 Primer trabajo de Testigo
🔴Capítulo 28🔵Es hora
🔵Capítulo 29🔵 Una Agonizante Reunión
⏳Capítulo 30🩸 Un cierre y una Promesa
🔵Avisos🔴
🔴Capítulo 31🔵 Nuevo año, mismos problemas
🔵Capítulo 32🔴El Juego de Sóftbol
🔴Capítulo 33🔵Una verdad letal.
🔴Capítulo 34🔵 El arranque y la Promesa Letal.
🔵Capítulo 35🔴Consecuencias
🔴Capítulo 36🔵Enfrentarme a lo Peor.
🔴Capítulo 37🔵La Utopía de los Escándalos
🔴Capítulo 38🔵 Un Encuentro Interesante
🔴Capítulo 39🔵 Un Golpe de Realidad
🔴Capítulo 40🔵Pero yo también tengo mis planes
🔵Capítulo 41🔴Mi revancha
🔴Capítulo 42🔵 Su revancha
🔴Capítulo 43🔵Aún no sabe en lo que me puedo convertir
🔵Capítulo 44🔴 Una venganza no planeada
🔴Capítulo 45🔵Los sutiles pretendientes
🔵Capítulo 46🔴Un relato agridulce
🔵Capítulo 47🔴Tensiones
🔴Capítulo 48🔵 Salvada
🔴Capítulo 49🔵 Es un Reto
🔵Capítulo 50 🔴 Mala Influencia
🔴Capítulo 51🔵3 Rounds
🔵Capítulo 52🔴Cautela
🔴Capítulo 53🔵Un enemigo a su altura
🔴Capítulo 54🔵 Precauciones
🔴Capítulo 55🔵 Libramos una batalla
🔵Capítulo 56🔴Enfrentarme
🔵Capítulo 57🔴 El legado de mis padres
🔴Capítulo 58🔵No más que una extranjera
🔴Capítulo 59🔵No más secuestros
🔴Capítulo 60🔵Se me hace fácil sacar respuestas
🔵Capítulo 61🔴Advertencia Inusual
🔴Capítulo 62🔵 Nos encontramos
🔵Capítulo 63🔴 Pronto...
🔴Capítulo 64🔵 Port Morris
🔴Capítulo 65🔵 La Perrera
🔴Capítulo🔵 66 Mi Salvavidas
🔴Capítulo 67🔵 Demasiado Conveniente
🔴Capítulo 68🔵Un regalo, una Venganza
🔵Capítulo 69🔴¿Coincidencia o mentiras?
🔵Capítulo 70🔴Esto se termina cuando yo lo diga.
🔵Capítulo 71🔴Yo sonrió.
🔵Capítulo 72🔴Mi propia sentencia de muerte
🔴Capítulo 73🔵Chantaje
🔴Capítulo 74🔵 Declaraciones de Guerra.
🔴Capítulo 75🔵Confesiones.
🔴Capítulo 76🔵 Estábamos atados desde siempre
🔴Capítulo 77🔵 La parte más fea es el arrepentimiento
🔵Capítulo 78🔴 Su lugar seguro
🔵Capítulo 79🔴Una tarde muy larga
🔵Capítulo 80🔴Un malentendido atroz
🔴Capítulo 81🔵Grande genética
🔵Capítulo 82🔴 Traumas y Relaciones Rotas
🔵Capítulo 83🔴 Las Ovejas Negras
🔴Capítulo 84🔵Una relación Insana con la Ciudad
🔵Capítulo 85🔴 Anestesiada de los golpes
🔵Capítulo 86🔴 Quizás no esta tan loco
🔴Capítulo 87 🔵Mi especialidad es el contragolpe
🔴Capítulo 88🔵 Un llamado inesperado
🔵Capítulo 89🔴La Vigilia
🔴Capítulo 90🔵 Lo que puedo ocasionar
🔵Capítulo 91🔵 La cereza de esta pesadilla
🔵Capítulo 92🔵 La moneda de Cambio
🔵Capítulo 93🔵El castigo
🔴Capítulo 94🔵El siguiente cordero a sacrificar
🔴Capítulo 95🔵 La pestilencia me acompaña
🔴Capítulo 96🔵 Un lobo cazando a su presa.
🔴Capítulo 97🔵 Desafíame
🔴Capítulo 98🔵Un rumbo desafortunado
🔵Capítulo 99🔴Una probadita del poder
🔴Capítulo 100🔵Armagedón
🔵Capítulo 101🔴Mi mejor castigo
🔵Capítulo 102🔴Confianza
🔵Capítulo 103🔴 Soportar
🔵Capítulo 104🔴Plan A
🔵Capítulo 105🔴La limpia
🔵Capítulo 106🔴La elección
🔴Capítulo 107🔵Las cartas sobre la mesa
🔴Capítulo 108🔵 Bienvenida al caos.
🔵Capítulo 109🔴Aun no hay ganadores
🔴Capítulo 110🔴 Sola
🔴Capítulo 111🔵 Una promesa
🔴Capítulo 112🔵Aliado omnisciente
🔴Capítulo 113🔵Pretender
🔵Capítulo 114🔴El Tercer Enemigo
🔵Capítulo 115🔴 Aquí nos hundimos todos
🔴Capítulo 116🔵Infame vs Terremoto
🔴Capítulo 117🔵La ciudad secreta
🔴Capítulo 118🔵 Revelaciones
🔵Capítulo 119🔴 Un peso menos encima
🔴Capítulo 120🔵Señales
🔴Capítulo 121 🔵No es mi Problema
🔴Capítulo 122🔵 Los último cartuchos
🔵Capítulo 123🔴 Ganar
🔴Capítulo 124🔵 Si esta de buenas
🔵Capítulo 125🔴 Mal Presagio
🔴Capítulo 126🔵Es el Armagedón
🔵Capítulo 127🔴Huyendo en mi Jaula
🔴Capítulo 128🔵 Encrucijada
🔵Capítulo 129 🔴Crisis
🔵Capítulo 130🔴 Obtienes poder cediendo pero aún más sometiendo.
🔴Capítulo 131🔴 El Caos
⚪Capítulo 132 ⚫¡A vencer!
⚫Capítulo 133 ⚪Bingo
⚫Capítulo 134 ⚪Master en Venganzas
⚪Capítulo 135⚫ As Bajo la Manga
⚫Capítulo 136🔴 El Encuentro
⚫Capítulo 137 ⚪¿Hogar?
⚫Capítulo 138⚪ Cautivo
⚪Capítulo 139⚫ Aprendí del Mejor
⚫Capítulo 140⚪ No es una historia bonita
⚪Capítulo 141⚫El repuesto.
⚪Capítulo 142 ⚫ Desperdicios
⚫Capítulo 143⚪Cuesta arriba, y abajo, y arriba y abajo.
⚫Capítulo 144🔴 Infame
🔴Capítulo 146⚫ Vivir con dolor
🔵Capítulo 147⚪ Imposible
🔴Noticias🔵
⚪Capítulo 148⚫ Inusual
⚫Capítulo 149⚪ Solo un día de gracia
⚪Capítulo 150⚫ Mi misión
⚫Capítulo 151⚪Sentencia o victoria

⚫Capítulo 145🔴 El desalmado

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Por Belendreamers

—Ya están listas — preguntó contando las maletas —, Tom las dejará en los contenedores de la tercera calle, así que mejor no te quedes a celebrar.

—Aún podría perder — le dice Skandar con una media sonrisa, una que se le borra cuando entrar a Tom.

—Sabes que eso no va a pasar — le dice el pequeño, en realidad ya no lo era, estaba por cumplir los diez años y estaba tomando el mismo rumbo que el resto. — Vas a ganar, y nos convertirás en leyendas.

Los campeonatos, las victorias de Skandar no solo le habían beneficiado a él. Sus amigos habían ganado confianza, y cierta reputación en las calles. Ya no eran los desperdicios de Bart, eran los indeseables. Y las leyendas que contaban de ellos, aunque muchas eran inventadas, algunas resultaron reales. No sabía como pero su entrenamiento inusual con los vendedores se había vuelto un rumor que gano más fuerza con sus victorias. Eso les gano no solo el respaldo de muchos, sino que nadie los jodiera por estupideces.

Pero no todo eran cosas buenas.

Así de rápido se acercó a Tom y le arranco esa cajetilla de cigarros —, ¿quién mierda te dio esto?

El niño retrocede un poco a la defensiva, intenta arrebatarle la caja, pero Skandar antes de eso alza su brazo.

—Responde pequeño — demanda esta vez Carl, igual de consternado.

—Nunca he fumado, ¿acaso soy el único que no puede hacerlo? — se cruza de brazos.

—No fumo Tom, ¿de qué hablas? — Skandar alzo una ceja —, responde, es la última vez que lo demandaré.

—Fue Kol, el de... — Skandar volteo a ver a Carl.

—De nuevo ese bastardo — murmuró —, ¿cuánto le diste por esta mierda?

—Veinte dólares, los necesitará más que nosotros...

—Ya lo creo, para comprar más piedra — dice Carl poniendo los ojos en blanco —, y va a terminar con otra deuda.

—Las voy a quemar, al igual que lo hice con esas dos malditas botellas de cerveza — le dice Skandar ignorando sus alegatos.

—Al menos déjame probarlo por una vez — le intenta decir —, todos ustedes lo hacen.

—Yo no — repite Skandar.

—Ni yo — le sigue Carl sonriendo por lo bajo.

—Pues Coco, Kenny y Set lo hacen, los vi con unas cervezas hace dos días, y no era solo por celebración — le dice cruzado de brazos —, ¿por qué solo son así conmigo?

Y esa era una respuesta que le costó formular. Skandar sabía que no era el remplazo de Fife, sin embargo, se lo termino creyendo al darse cuenta de que le importaba ese pequeño. Lo comenzó a proteger de manera inconsciente, lo comenzó a querer como un hermano mayor. Algo que, si estaba en sus planes, pero que su propio padre le arrebato la oportunidad.

—Porque eres el menor — le dijo con simpleza antes de que entraran los demás.

—¿Listo? — entro de primero Coco dándole un apretón de hombros.

—Patéale el culo a ese hijo de puta — le dice Kenny lanzándose sin previo aviso, al chico le gustaban los abrazos.

—Lo dices como si nunca lo hace — le dice Set estrechando su brazo —, pero por si acaso, el premio es más gordo, y cuando lleguemos a Los Angeles quiero comerme una hamburguesa.

—Prefiero tacos — le dice Coco —, además siempre que escoges lugar es una mierda.

—Eso es mentira, el único que tiene un gusto de porquería eres tú...

—Aquí vamos de nuevo — dice Kenny —, podrían por lo menos hoy cerrar el hocico.

—Sí, será un viaje largo en tren, así que espero que se comporten — les dice Tom antes de ver a Skandar —, solo gana eso y larguémonos.

Skandar se toma el tiempo de abrazarlos a todos, es un momento muy nostálgico, lo sintió como el fin de algo, sin saber que es efecto, eso era.

—Kenny, va a escoger el restaurante, Set se hará cargo de comprarnos atuendos civilizados, Coco pondrá la música, Tom va a escoger la vivienda y Carl y yo el empleo — les dijo dándose cuenta de que el ánimo no hacía más que subir.

Bien, eso lo necesitaba.

—Y vamos a celebrar la victoria largándonos de aquí, porque voy a ganar esta mierda — les dice antes de celebrar con gritos.

Los demás se adelantan excepto Tom y Carl, el pequeño se queda para darle otro abrazo —, suerte, aunque nunca la has necesitado.

—Sé que Fife nos estará viendo, va a estar orgulloso de ti, de tu resistencia, de la mejor vida que tendrás — las lágrimas del niño son contenidas por sus propias fuerzas, lo abraza de nuevo —, síguelos, te veo más tarde.

El chico sale corriendo, no sin antes limpiarse la cara, sabe que los demás lo molestaran de por vida si lo ven llorar.

Skandar se termina de poner los guantes, y la máscara, cuando ve a Bart entrar a la sala, Carl rápido se pone a su lado.

—Lo tenemos controlado borracho, no tienes que hacer nada aquí — le dice Carl.

—Me importa una mierda estorbo... — le dice antes de tratar de acercarse a Skandar, este se vuelve a interponer.

—Tu luchador estrella necesita estar bien, de lo contrario no tendrás más dinero para los pasatiempos lujuriosos y las drogas de tu hijo — le dice Carl antes de que Bart alce su brazo, pero de nuevo es inútil.

Skandar se interpone sin antes darle un empujón en el estómago, el tipo termina cayéndose de espaldas y gimoteando —, ni siquiera lo pienses, di lo que tengas que decir y lárgate, ya no vamos a perder el tiempo contigo.

Tiene que esperar que termine de toser antes de enfrentarlos —, hay nuevos compradores, nuevos entrenamientos, te quieren incluir para otras peleas, tienes que aceptar, es mucho dinero.

—¿Y cuánto te van a dar a ti?

—Es mucho dinero niño estúpido, no me... — tosió de nuevo —, no nos puedes hacer esto, piensa en todos.

Skandar puso los ojos en blanco —, no sé cuántas veces te lo debo de repetir, no me voy a ir sin mis amigos, no me interesan nuevos compradores.

—Pero al menos deja que te los presente, puede ser una gran oportunidad — le dijo arrastrándose a sus pies, es casi como una súplica.

No, es una maldita súplica.

Y sabía a qué venía esa humillación, el mismo Skandar le había quitado parte de las ganancias que de manera injusta se quedaba. Él no ponía el pecho, y pretendía quedarse con más de la mitad. Tuvo que usar la fuerza para dejarle claro que las cosas ya no eran las mismas, el idiota de su hijo intento robarle, pero solo se ganó una fractura por su intento.

—No puedo contar las horas para deshacerme de ti — susurro mientras se alejaba de él, Carl aprovecho para escupirle en la cara y burlarse.

Se fueron discutiendo el itinerario y como sería la lucha. La mitad del mercado le lanzaba porras y chocaban los puños, querían que el chico ganara, eso está claro.

—Toma, sé que es tu comida de la suerte — le dijo Carl regalándole un chocolate.

—Ya era hora — le sonrió antes de tragarse la golosina —, te veo nervioso... — menciona mientras ve a Carl con las manos inquietas.

—Lo estoy, no por la pelea, sino lo que viene después — suspiro —, nos podrían detener, nos podrían eliminar... que pasa si al llegar a Los Ángeles nada sale como pensamos, o terminamos en lo mismo...

—Basta Carl — le dijo cesando el paso —, no va a pasar, te conozco y siempre tienes preparado hasta el último detalle, vamos a estar bien — se ríe poco después —. Y si hacemos algo mal,  nos tenemos a nosotros, ¿acaso recuerdas como me descalificaron? Éramos la burla de todos.

Por suerte el chico se río —, no sé cómo me convencí de que estabas listo para pelear, te mirabas muy estúpido intentando golpear.

—Ah, gracias por el apoyo — se volvió a reír —, quizás termine en las grandes ligas de boxeo y tú seas mi manager.

—Hay que soñar en grande, sobre todo a donde vamos — le dijo antes de darle un abrazo —, esa idea me agrada, ¿has visto a las chicas de Los Ángeles? Nos lloverían en menos de un segundo...

Skandar hizo una mueca, eso era el menor de sus pensamientos.

—Oh, a veces me olvido que eres una cría de doce — aprovecho para apretarle sus mejillas, cosa que Skandar soporta por unos segundos antes de alejarse —. Espera a que cumplas quince, me entenderás.

—Prefiero que me llueva dinero, gracias...

—Lo hará hoy, seremos grandes — le dijo, antes de darle un abrazo, más fuerte que el resto —, gracias Mike, gracias por todo amigo.

—Gracias a ti — dijo mordiéndose la lengua para no llorar —, vamos a ganar Carl, hoy vamos a ganar.

La perrera estaba más llena de lo habitual, se debió de correr la voz de que el infame estaba de nuevo en el rodeo. Los apostadores no paran de pasar billetes, cheques por todas partes. Es una locura que no se esperaba.

El competidor es El Degollador, había ganado fama hacía un año, al parecer es reconocido por quebrar huesos de un movimiento. Había estado en otras temporadas, pero decidió tomarse un descanso. Hasta que vio que el Infame había tenido cuatro victorias invicto y no podía permitir una quinta.

La pelea comienza emocionante desde el inicio, los dos buscan una manera de aventajar al otro, pero prevén muy bien los movimientos. Hay un par de horas de descanso. Hasta que de un segundo al otro el tipo lo derriba, intenta atacar su rodilla, a pesar del griterío Skandar logra deslizarse y tomarlo del cuello. El tipo le mete codazos, fuertes pero que apenas logra sentir. En menos de un minuto el tipo se desmalla, y Skandar lo deja caer.

Nunca había gritado tanto una victoria, nunca. Desde aquí puede escuchar a sus amigos celebrando y el resto hace lo mismo. Parecería una victoria cualquiera, sin embargo, el jurado nunca sube. No se oficializa sin ellos, y pronto se dio cuenta del porqué.

Nunca había entendido el dignificado del nombre La Perrera, hasta ese momento. Hasta que vio correr a esa bestia.

Sabía que era un perro, adivinar la raza no era su fuerte, mucho menos en aquel momento. Poco después se enteraría que era un pitbull, que mantenían drogado para volverlo más agresivo. Un perro que venía directo hacia él.

—Felicidades Infame, por tu victoria, te tenemos un regalo que, si lo ganas, te convertirás en él invicto de Port — escucha decir al presentador por las bocinas.

Mira al público por un milisegundo antes de darse cuenta de que una nueva oleada de ovaciones lo está envolviendo. Esta gente no lo va a proteger y esperan que esto se vuelva un baño de sangre.

Con rapidez busca a sus amigos, intenta acercarse, pero tiene asegurada las salidas del cuadrilátero.

No tiene alternativa que enfrentarlo, así que solo le tocan medidas desesperadas.

—Saquen a Tom y lárguense de aquí — les grita, y no espera su reacción, no cuando una sentencia de muerte viene directa hacia él.

Luchar con un perro es algo que nunca se imaginó. Por lo regular le gustaban, nunca perdía el tiempo en acariciarlos y darles comida. En este momento no importo su amable relación con los caninos, porque tenía al animal encima.

La mordida la sintió en todo el cuerpo, a pesar de que solo fue en su brazo derecho, recordó los puntos débiles más comunes y le pincho los ojos con todas sus fuerzas, el aullido del animal fue señal para poder librar su brazo. Pero el perro no tenía suficiente, mientras Skandar se arrastraba por el cuadrilátero, la bestia comenzó a rasgar su espalda.

Intento ir más rápido, pero era imposible. Tenía que quebrarle el cuello o alguna extremidad o esto iba a resultar en una sola víctima, el mismo.

Envolvió su mano sana en una de las patas y con las pocas fuerzas que le quedaban se puso de pie y jalo al perro de ellas. No tuvo reparos en darle vueltas, mientras la bestia le ladraba. Intento hincarle los colmillos en su muñeca, pero para eso Skandar ya había buscado dislocarle la pata, el animal apenas y podía caminar. Sin embargo, no se había rendido, con menos ventaja, Skandar alcanzo a ver cómo la gente celebrará su casi doble victoria. Pero las cosas no habían terminado, todo se vino abajo al ubicar a sus amigos.

Se encontraban en una discusión con Gabriel y Bart, este último tenía al que había considerado su hermano pequeño del cuello mientras el resto intentaba quitárselo de encima.

Se podría decir que perdió la compostura, pero eso se queda corto. Era la furia personificada. Tenía que llegar a él, tenía que salvarlos. Así que por desesperación la adrenalina lo controlo y sin poder sentir ninguna pizca de dolor agarro al perro del cuello y lo tiro a una parte del público. Al segundo se estaba dirigiendo hacia sus amigos, no sin antes escuchar los aullidos de las personas que estaba siendo atacadas por el animal.

—Me van a pagar más de la mitad o le voy a reventar el maldito cuello — les estaba diciendo cuando se acercó.

—Suéltalo ya — le grita Carl —, o Mike se hará cargo, no tienes idea.

—La tengo, ya es un ganador, pero fui yo el que logro que lo inscribieran, es mi adquisición, es mi maldito dinero — le dice apretando más a un sollozante Tom.

—No porque...

Skandar apareció desde las sombras, con todas las fuerzas de su puño, logro hacerlo perder el conocimiento con un golpe en la nuca. Tom casi se desliza de no ser por Carl que lo sostiene.

—Síganme, nos vamos ahora — les dice Skandar, sin aceptar ninguna palabra —, esto se va a poner feo...

Y no mentía, cuando empezó a escuchar los disparos y golpes del público. Los cinco no dudaron en seguirlo, a pesar de los lloriqueos de Gabriel.

Salieron por los abarrotados pasillos, en silencio hasta alejarse lo más posible. Llegaron al centro del mercado, y aprovecharon la oscuridad para tomar un descanso.

—Tenemos que irnos ahora, o este hijo de puta nos va a seguir — les está diciendo.

—No, antes te vamos a curar — le dice Kenny viendo los hilos de sangre caer por su brazo —, no llegarás lejos así.

—No tenemos tiempo — le responde Skandar —, no solo ellos me van a querer muerto, les lancé a uno de los luchadores, empezaron a atacarse por mi culpa.

—Te estás quedando pálido, creo que deberíamos llevarte a un hospital — le dice Carl —, no deberíamos...

—Tiene razón, debemos salir ya, Bart está loco — dice Set.

—Podría seguirnos — dice Coco —, vi que algunos querían salir y...

Los pasos aumentan, y está seguro que es la voz de Gabriel.

O sí, viene por ellos, por Skandar.

—Adelántense — les dice de repente —, voy a tener que salir, desorientarlos...

—Eso no va a pasar — le dice Tom —, yo me quedo contigo, no pienso dejarte.

—Yo también — dijo Set.

—Y yo...

—Acaso quieres que te dejemos — le pregunto Carl —, porque te adelanto que no pasará.

—Se van a tener que ocultar — le dijo Skandar —, ahora todo el mundo quiere salir y es más probable que los encuentren. Ocúltense, y yo me encargo de distraerlo... — hace una pausa cuando se da cuenta de algo horrible.

—¿Acaso huelen a quemado? — pregunta Kenny viendo hacia el techo.

—Debe ser en el cuadrilátero — dice Coco —, no creo que llegue aquí.

—Quizás, pero es mejor si toman el rumbo de la salida trasera — les dice Skandar sintiendo cada vez más cerca a esos bastardos —, si no me reúno con ustedes en la salida trasera en quince minutos, lárguense, tomen el mismo rumbo y no miren atrás.

Eso los deja en silencio, excepto a Tom, que le toma muchas promesas a Skandar dejarlo ir. Los seis se dan un abrazo grupal y una promesa de que regresará a Tom, antes de dejarlo solo.

Espera un minuto en lo que se envuelve la herida con una de sus bandanas, antes de ponerse de pie.

Sabe que están aquí, que solo están esperando que salga para perseguirlo. Lo escucha, los puede sentir viéndolo.

Y va a aprovechar para alejarlo de sus amigos, aun si su vida corre peligro.

Toma la salida principal y sale a la intemperie a la misma velocidad. Los escucha seguirlo, sabe que lo van a chantajear, sabe que si se deja manipular es el fin.

Sigue corriendo cuando llega al centro de un callejón, las fuerzas cesaron y la resistencia acaba de llegar a su caducidad. Toma un respiro y se toma su tiempo para voltearse.

Oh, Gabriel sí que no viene solo. Bart se acerca poco después y sí, diez hombres más lo acompañan con bates, y cuchillos.

—¿En dónde está el resto de desperdicios? — le pregunta Gabriel.

—Ustedes solo me quieren a mí — le responde Skandar haciéndoles tiempo.

—No, quiero mi paquete completo — le dice Bart —, aunque contigo llevamos ventaja.

—Se acabó — le dice volteando a ver una estructura ya en llamas, parece tan poético ver ese infierno caer en sus propias brazas —, búscate un empleo, pero ellos ya no están.

—Oh, no me sorprendería que estén ocultándose para protegerte cuando lo necesites — le dijo Gabriel, mientras ve a sus cómplices —, vigilen el lugar, deben de estar por ahí.

Solo bastan un par de minutos para que se den por vencidos.

La risa de Bart es lo que más lo molesta —, entonces ellos también te abandonaron como tus padres, mierda, que patético eres...

—¿Quieres el dinero? — lo interrumpió —, es todo tuyo, métetelo en el culo si eso te place, no necesito ningún centavo, pero me vas a dejar ir.

Eso provoca más risas —, quien diría que el obeso que conocí hace años se convertiría en esto — dio un paso acercándose —. No eres nadie, no sin mí, y no solo me voy a quedar con el dinero, sino con mi boleto de lotería, ese eres tú y me vas a hacer rico.

—Mi oferta no está a discusión Bart — le repite —, quédate con el dinero, pero de mí no tendrás nada. Nada.

—Pueden creerlo, la rata se revela — dice haciendo que el resto se burle, el tipo da otro paso mientras el resto lo imita —, te quedaran conmigo, y harás lo que te digo, o de lo contrario haré que te arrepientas ahora...

—Quiero ver que lo intentes, borracho, inmundicia humana...

Bart cierra la distancia, tomándolo del brazo herido y a pesar de que Skandar logra desviar su brazo, logra alcanzar su mejilla cuando Gabriel lo inmoviliza. Intenta luchar, aunque con la poca fuerza y la ventaja de los otros le resulta imposible, lo golpean de todas partes. Lo escupen, lo insultan, mientras Skandar intenta removerse.

—No eres nadie, nadie más que un desperdicio...

—Mi nombre es Infame, y te vas a arrepentir — le dice con una sonrisa en sus labios. — Cuando me vuelvas a rogar como la perra asquerosa que eres...

—Oh, eso no pasará, maldito desperdicio, yo te hice y así será, no eres más que un muer...

Algo lo hace callar, o más bien alguien.

Una de las cabezas de sus secuaces explota de repente y la sangre lo alcanza, es la del mismo que lo tenía inmovilizado de los hombros. Skandar logra retroceder, aunque es muy tarde para escabullirse. Los demás gritan mientras ven a todas partes, asustados.

—Qué carajos... — susurra uno cuando ve la fila de autos acercándose a toda velocidad. Autos inusuales, autos lujosos.

Autos que no se ven en estas zonas.

—¡Quien llamo a la maldita policía! — grita Bart mientras ve a Skandar —, fuiste tú, hijo de puta te mataré...

No tiene tiempo de atacar, cuando las decenas de hombres salen de los autos al segundo, en menos de un segundo una voz es capaz de dejarlo rígido.

Oh, esa voz...

—Debió pensarlo dos veces antes de ponerle una mano a mi hijo — Donato Cacciatore no necesita presentación, al segundo los miles de curiosos ocultos en los callejones se acercan —. Su nombre es Skandar Cacciatore, el hijo del patriarca y futuro patriarca, así que más le vale a usted y a todos tenerle respeto, porque no dudaré en deshacerme de todos los que no lo hagan.

El silencio que dominaba la calle no podía igualar el estruendo que resonaba en la mente de Skandar. Su padre no había cambiado ni un ápice; se presentaba impecable, con una mirada gélida e impenetrable.

Donato hace una seña para que dos guardaespaldas se acerquen, pero el chico retrocede al instante. Uno hace el intento de tocarlo, pero Skandar desvía su brazo.

—No me toquen — los amenaza, mientras trata de no ver a su padre, busca una salida para poder huir y cuando la encuentra logra correr hacia ella.

No se puede quedar aquí, no cuando sus amigos lo están esperando. No cuando...

La peor imagen que había visto en su vida la tenía justo enfrente. Ya no era solo el cuadrilátero en llamas, era más de la mitad del mercado cayéndose a pedazos entre las llamas.

—No, no, no — Skandar intenta correr , pero los guardias son más rápidos —, no me toquen, suéltenme — grita con todas sus fuerzas —, ¡Tom! ¡Tom! Necesito encontrar a Carl, Set, Kenny, Coco — la voz se comienza a debilitar mientras los guardias lo inmovilizan —, Tom, Tom...

Alcanza a ver su propia vida derretirse entre las llamas, las de sus amigos, las de sus recuerdos.

—Tom — apenas y es consciente de sus lágrimas, hasta que deja de ver el incendio por ver a Donato.

Su padre lo toma de las mejillas y le seca las lágrimas con delicadeza. Incluso fue capaz de ver lágrimas en su padre.

—Se acabó Skandar, se acabó, te voy a llevar a casa.

¿Skandar? ¿Quién es Skandar? 

Mierda, llevaba años sin escuchar ese nombre. ¿Casa? Hasta ahora su hogar era un colchón mohoso con comida chatarra.

—No, no, no, mi casa es ahí, mi casa ya no...

Existe.

No se percata cuando los guardias lo sueltan, tampoco cuando su padre le da un abrazo y lo besa en las mejillas. Tampoco cuando intenta luchar de nuevo, pero Donato lo carga en menos de un segundo y lo mete de nuevo a su auto.

Es como si perdiera las ganas de luchar, de sentir, de recordar.

Hasta que ve como la rata asquerosa de Bart intenta huir con ayuda de su hijo. Ambos se levantan e intentan tomar el camino de un callejón aledaño.

De repente comienza a ver rojo.

Abre la puerta y en sus ataques de adrenalina que solo tenía en el cuadrilátero lo comienza a perseguir, prevé los intentos de atraparlo, los logra esquivar, podrán hacerlo cuando termine con ese malnacido.

En menos de un minuto lo tiene a centímetros, aprovecha a darle una patada a Bart y  hacerlo caer. El tipo no necesita de mucha fuerza para derribarlo, suelta un grito cuando lo ve. Gabriel intenta golpearlo, pero solo necesita esquivar su brazo y tomar su muñeca para apoderarse del cuchillo que tenía guardado en su bolsillo. No se lo piensa cuando le rebana la mano a Gabriel, que con rapidez se aleja.

El cobarde de Bart intento arrastrarse, para huir, pero Skandar no lo va a dejar pasar. No está vez que lo ha perdido todo.

—No, que no ves que has ganado muchacho, ¡has ganado! — le dice y se da cuenta de cómo se le quiebra la voz —, estarás en tus pasillos de oro, mientras yo seguiré entre esta mugre maldita, no...

—A diferencia de ti, a mí si me gustaba esta mugre — le dice en un susurro —, era mi hogar...

—Es nuestro hogar, pequeño por favor ten piedad de un padre soltero — intenta decir de nuevo mientras se arrastra —, no nos volverás a ver, a nadie de aquí...

—Y ese es mi verdadero problema — murmura antes de apretar mango del cuchillo —, esto no es por mí, es por esas seis almas de las que te aprovechaste, hijo de perra...

—¿Es por esos bastardos? — la voz no podría ponerse más aguda —, no puedes...

—Repite sus nombres — le dice dando un paso más.

—No me sé sus nombres, no los sé...

—Si lo haces tendré piedad, lo haré — le dice en un susurro.

—Yo, yo...

—Repítelos o te voy a arrancar el ojo...

—Carl, Tom, Coco, Kenny y Set — dice con rapidez, mientras los interrumpen sus lágrimas —, Carl, Tom, Coco, Kenny y Set, ya los dije, ahora lárgate, lárgate y cumple tu palabra.

Skandar entrecierra los ojos y se agacha con el cuchillo alzado —, te olvidaste de uno bastardo.

—¿Qué? — grita con gimoteos —, ya te los dije pequeño desperdicio, Carl, Tom, Coco, Kenny y Set... — hace una pausa —, claro, me olvide de ti, Mike, Mike — niega —, lo siento mucho, me olvide de Mike.

Skandar suspira eliminando el espacio personal —, no hijo de perra, te olvidaste de Fife — a penas logra escuchar sus aullidos, cuando le rebana la garganta con el cuchillo.

La sangre salpica, pero no le pone atención, suelta el cuchillo y se pone de pie. Sabe que lo están observando, sabe que solo hay uno que le interesa. Sin embargo, no lo suficiente para seguir luchando. Porque antes de voltearse cae de rodillas y deja su rostro en el suelo. Las lágrimas regresan, esta vez más amargas.

Y no sabe cuánto tiempo pasa antes de que un par de brazos lo alcen. Un olor a colonia lo recibe, una que no reconoció a los segundos. Solo logra abrir los ojos para ver el mentón de su padre dando órdenes. Así mismo regresa al auto y lo deja recostado. Una manta caliente lo cubre poco después.

Donato se sienta a su lado y le dice al conductor —, al hospital.

Es en el camino cuando escucha la voz de su padre en un susurro —, se acabó hijo, de vuelta y con tu nombre limpio, estoy tan orgulloso de ti.

Orgulloso.

Era por lo que tanto lucho, esa fue su meta inicial. Una de la que se había olvidado con el tiempo, una que le había dejado de importar.

Mientras afuera se queda silencioso, dentro de él, todo es un caos. 


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Buenas, buenas...

Perdón por la hora gente linda. Hubo exceso de trabajo. 

Si se dieron cuenta, con capítulos muy largos, y sé que la carga emocional es muy pesada. De hecho y un dato curioso es que en los únicos capítulos en los que solté un par de lagrimas fue con el pasado de Nataly y el de Skandar. 

¿Qué les pareció? ¿Lloraron? ¿Sintieron pena?

¿Ahora que piensan del desalmado?

Un importante paso, ya casi cierra todo. 

¡Quiero leerlos!

Por cierto, ya casi les envió mi Instagram, para poder tenerlos más cerquita. 

Los ama, Lizz. 

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