Claire ya me estaba viendo —, me quedaré con ella atrás, si no quieren que la vean le daré mi chaqueta...
—Gracias — dice Lily, mientras se acerca —, me iré adelante.
De las limitadas opciones que me quedan, la de la desobediencia no es la más sana. Nos demoramos un poco en cambiar de lugar, cuando tomó asiento me aseguro que Jack no se recueste en mi hombro. A estas alturas el chico viene en el quinto sueño. En todo caso decido no preguntar por él, no es el momento de poner más tensas las cosas.
Recibo la chaqueta y me la pongo, Jason me dice que con la capucha. Además antes de acercarse me pide que me quedé en cuclillas entre el asiento del copiloto y el suelo.
—Aunque no creo que sea necesario, solo es para prevenir — me dice Lily —, lo más probable es que ya estén llegando a un acuerdo provisional.
—Lo creo — dice Jason —, ya paso la parte violenta.
Resoplo y asiento, yo me metí solita así que queda aguantarme.
Seguimos adelante por un par de segundos, cuando empezamos a escuchar conversaciones. Nada claro aún por la distancia.
Un poco más adelante, Jason decide estacionarse entre dos vagones, quedando lo más lejano al vagón en llamas pero a una distancia prudencial de los tipos. Cuando paramos Lily chequea con preocupación a Jack y Jason recoge unas cosas.
—Saldremos — dice el pelirrojo —, para que no desconfíen dejaré las llaves puestas, cualquier señal de peligro lárguense, lo más lejos lo más que puedan.
—No te dejaré — dice Claire.
—¿Dónde hay otra salida? — pregunto al mismo tiempo, ganándome un ceño fruncido de mi amiga.
—Retrocede, y rodea el vagón incendiado, tendrás que ir derecho sin parar — me dice —, verás unas barandas, no recomiendo que te bajes a mover las cadenas, puedes pasarlas encima.
Me siento nerviosa —, Y nos dejarán al chico de encargo — veo a Jack.
—Si lo dejan en el hospital mejor, no está tan mal — nos dice Lily —, está ebrio, casi no siente, es probable que mañana no recuerde nada.
—Apresúrense, así nos ahorramos todo eso — les dice Claire, que está pálida —, no hagas tonterías — advierte, viendo a Jason.
—No son tonterías, son...
—Modos de operar — lo interrumpe Claire haciéndole burla, — no lo son, idiota, no si arriesgas tu vida.
—Bueno, es que así es más...
—Divertido — termina de decir Lily también burlándose de él —, no, en realidad no lo es, solo eres un loco que mierda.
El pelirrojo suspira y mira a su novia —, estaré bien, solo iremos a chismosear.
—Eso no es mentira a decir verdad — dice Lily —, apresurémonos, quizás ya estén en las últimas.
Los enamorados se despiden como si se tratara de ir a la guerra y nos dejan a las dos (bueno a los tres) en el carro. Los tenemos a una distancia que solo alcanzo ver figuras humanas negras, mi esperanza en escuchar algo son en vano.
Desesperada me paso al lado del piloto, lo que provoca que Claire me grite un: ¿Estás demente?
—No, prefiero la palabra prevenida — le respondo alistando todo por si algo malo sucede —, es mejor largarnos, además algo me dice que sí nos dejaron con las llaves es porque saben cómo salir.
—Nataly — dice segundos después, se tarda porque se pasa al asiento del copiloto —, me tiene harta los ronquidos de ese imbécil.
Sonrió —, al parecer te opusiste a la idea de su rescate...
—Es por su culpa que estamos aquí, al parecer llamó a Cressida — me dice poniendo los ojos en blanco —, después del accidente, la chica le dijo que fue Carol, que se vengará como pudiera.
—Debe ser su títere — digo recordando la escenita que tuvimos hace poco, donde por fin lo vi mostrando carácter —, o está muy enamorado.
Niega —, obsesionado, según Jason tiene una fijación ya que la chica está prendada del futuro patriarca.
—No es como que a Skandar le interese — le digo encogiéndose de hombros —, además son aliados, ¿por qué le tendría envidia?
—Creo que es más orgullo — dice —, no brilla por sí solo a pesar de que es de las grandes ligas, no es muy guapo y casi siempre es el extra en cualquier situación. Tener de pareja a Cressida, la hija del juez, la ex de un Cacciatore le subiría el ego y status.
—Vaya, su plan está yendo en picada — le digo viendo por el retrovisor —, ¿cómo se le ocurre ir solo?
—Más bien, como se le ocurre ir — me corrige —, si no llegamos estaría en intensivo de un hospital, con suerte solo lo hirieron — me dice antes de negar.
—¿Y tú estás bien?
—Los insultos no me quiebran Nataly — me dice —, ahora soy yo la que debería de hacer esa pregunta, o disculpas.
—¿Disculpas?
—Sí, fui una idiota por haberte llamado — me dice y evade mi mirada —, no debí hacerlo, solo te traje problemas, y estaba ansiosa estábamos huyendo de esos animales, el chico herido y me asusté.
—No pidas disculpas — le digo —, para eso estamos, ya me has ayudado antes, te lo debía.
—Ni así, no de esa manera — me dice —, ¿te desperté?
Asiento.
—Ahora me siento peor — me dice —, lo siento mucho, hasta soy capaz de pedirte que te vayas.
—Sobre mi cadáver te dejo en este lugar — miro a la ventana —, menos en esto que parece rito satánico — se ríe de mi broma. — Lo digo en serio, ¿sabes de qué se trata?
—Les fascina hablar entre líneas — susurra —, hablaron de un acuerdo, pero tengo la ligera sospecha de que nada de esto es solo por una pelea de borrachos por una cagona.
—Cressida — le digo sonriendo —, crees que la pelea fue el detonante de algo peor.
Asiente.
—Me dijiste que no todos eran de la escuela — le digo curiosa —, ¿habían más?
—Adultos, demasiado, esto ya no parece las peleas ridículas de la escuela Nat...
Y tiene mucho sentido, un vagón incendiado, gente reunida en dos bandos peleando y una persecución. No, hay algo más, y no sería mala idea salir y averiguar. Claro, lo haría de no ser por la explicación que me dio Lily hace unos minutos.
—Te diría que fuéramos a espiar, pero no creo que... — un estruendo que es capaz de dejar sordo a cualquiera me calla por completo. Uno de los vagones explota de repente, y ambas nos agachamos después de pegar un grito.
Aunque apenas y nos escuchamos, al levantarnos nos damos cuenta de que nadie de los cientos que están afuera se ha movido. Con horror nos damos cuenta de que se están apuntando con armas y juro que escuche balas al aire.
—Nos tenemos que ir — dice ella sentándose y colocando el cinturón.
—Por fin estamos de acuerdo — le digo, pero batallo con el cinturón, batallo con colocar las llaves y más aún al poner el auto en marcha. —¿En dónde...?
—Dijo que más allá de ese vagón...
—En donde acaba de explotar Claire, no lo creo muy listo.
—No creo que haya precedido eso... — hace una pausa —, al menos quiero hacerlo.
—Vamos a retroceder — le anunció —, hablaron de una salida detrás, la buscaremos...
—Estaba tapada, o algo así...
—Ahora es la única opción que tenemos — le digo y me alienta que no se oponga.
La parte fea es ir de retroceso, pero intento tener la mayor cantidad de distancia posible, cuando lo noto prudencial enciendo las luces. Claire me dicta y le hago caso, sobre todo cuando me pide que ignore el sonido de disparos y gritos. Dios, esa es la peor parte de todas.
Hemos llegado al límite, lo sé porque paramos en el último vagón, en donde Claire me pide que apague las luces. Hay un terreno circular, lo sé porque un par de faroles me ayudan a visualizarlo. Pero eso no es todo, hay tres hombres custodiando la salida, lo que me asusta aparte de que son mayoría, es ver sus tres motocicletas y lo peor es que van armados.
—Carajo — maldigo —, no creo que logremos derribar el portón.
—Mi idea era pedirles que lo abrieran — me dice tragando —, se que es estúpida de por sí, pero no deberían ser malos.
—Lo son si Vissoni se arrepiente de salir por aquí — le digo haciendo una pausa, pero ahora creer lo que se ve a simple vista no me ha funcionado —, a menos que su idea no haya sido largarse.
Para mi sorpresa Claire está de acuerdo —, se rindió muy fácil.
—¿Crees que son norteños?
Niego —, no tienen pañuelos, además no hay caras conocidas, lo más probable es que sean...
—Centristas.
—Desterrados — digo ganado una mirada de pánico por parte de Claire.
—La idea no es descabellada en realidad — me dice —, ha tocado preparar funerales para muchos que regresan de incógnitos, muchos terminan de vagos, o se arrastran por el favor más humillante de un poderoso.
—Violet les llama parásitos funcionales — digo, aunque no debería hacerme ideas, no es momento de reflexionar.
—Tenemos tres opciones — digo tras un rato de silencio —, derribamos el portón a la fuerza, o salimos tras un diálogo civilizado o...
—Esperamos a que se vaya la mayoría — me dice Claire —, Jason dijo que me avisaría.
Bufo —, no pondría mis esperanzas en eso.
—Entonces sopla la tercera opción de una vez por todas — me dice sin dejar de mover la pierna.
—Otra charla amistosa — digo viendo para atrás, Jack sigue dormido —, no creo que se vuelvan locos si lo usamos de rehén.
—No es un pez gordo — me dice.
—No sabemos a quien les deben lealtad — me acuesto antes de regresar mi mirada a Jack —, ni para eso nos sirve... — regreso mi mirada sin antes ser consciente de algo que llama mi atención.
La regreso con brusquedad y me quedo viendo ese artefacto que le pertenece al inútil Jack.
—¿Qué? — suelta Clare, pero apenas la escucho.
Me acerco a la parte trasera y de un jalón agarró el arma de Jack.
—Quizás nos pueda servir, en caso de que las cosas se pongan feas — le digo con la mano temblorosa, el metal se siente más frío, o es mi mano.
—¿Enloqueciste? — me dice —, guarda eso, te aseguro que no les gustara ver que los amenazamos,
—No los voy a amenazar — le digo vacilando, el objeto trae consigo traumas que pensé que ya había olvidado. Supongo que las cicatrices son imborrables —, pero podría servirnos en caso de que intenten hacernos algo...
—No es una buena idea — dice mientras regresa la mirada al frente —, ¿quiénes son?
Los tipos están hablando, dos de ellos se carcajean muy felices, pero el que resta se le ve hasta molesto. Demasiado, tanto que no tiene reparos en empujar a uno y gritarle algo inteligible desde aquí. Al otro no le viene bien que lo empujen y le regresa con la misma acción, tanto que el tercero se mete entre los dos.
Sonrió complacida —, están ebrios.
—¡Qué emoción! — suelta irónica —, lidiar con borrachos.
—Ten visión Claire — le digo soltando una risita —, míralos, apenas se logran mantener en pie — le digo viendo cómo uno se cae de sentón, los otros se burlan, lo que lo enfada más.
—Solo uno...
—Puede que los otros dos no lo están tanto, pero será sencillo lidiar con eso — le digo volviendo a encender el auto, Claire abre más los ojos al ver las luces encendidas.
—Nataly, piensa lo que vas a...
—Sígueme la corriente — le digo acercándome, manejo despacio, aunque por las luces llamó la atención de los tipos al instante. Se pone de pie y los tres se acercan. El tipo que insultó al borracho se acerca a la ventanilla, los otros dos rodean la parte delantera.
—¿Quiénes son ustedes? — nos dice, no se ve ebrio, pero a juzgar por su olor si se ha dado un par de tragos.
—Venimos con unos amigos, pero ya vamos de salida — le digo—, además un amigo tuvo un accidente, lo tenemos que llevar al...
De nuevo el estridente ruido de gritos y de golpes nos distrae, además no se me pasa desapercibido el rechinar de llantas. Carajo.
—Al hospital, por favor déjanos salir — le digo firme.
—¿De parte de quién viene?
Claire y yo intercambiamos miradas por un segundo.
—¿De nosotras? — el tipo alza una ceja al escuchar a mi amiga —, no sé a qué...
—Si no sabe responder esa mierda de respuesta entonces no las puedo dejar salir — alza la voz —, es más, identifíquese ahora.
—Oye, no nos tiene que gritar — le dice Claire, se le ve molesta pero no exaltada—, en lugar de pensar mal de nosotras, vaya a ver lo que está pasando del otro lado.
El tipo se burla —, deben ser nuevas o solo son estúpidas — nos dice y sus amigos también se ríen —, identifíquense ahora y saldremos de esto rápido.
Tengo un muy mal presentimiento de todo esto, su recelo y el tono burlesco. Seria una idiotez revelarnos.
—Señor, déjenos ir, no ve que tenemos a una persona herida — le dice Claire, que debe de haber sentido la misma desconfianza.
—Ahora que lo pienso, deberíamos sacar al posible rehén que tiene ahí — dice —, porque no hay manera que las deje salir si no me dicen quién las trajo y quién carajos son.
—¿Acaso nos ve como una amenaza? — salta a decir Claire. — Mírenos, no mataríamos ni a una mosca, por Dios...
—Basta — el tipo grita de repente —, Gil, Dan abran la maldita puerta y saquen al tipo — dice y el par ni siquiera se lo piensa para acercarse.
Eso no terminará nada bien, y la desesperación me hace hablar.
—Es Cacciatore — salto a decir, los que los deja a todos desprevenidos —, Skandar Cacciatore, él nos invitó.
Los tipos intercambian miradas se ven demasiado serios para mi gusto.
—Llama a Carlos — dice el que tengo a mi lado, él que se ve menos ebrio saca su teléfono, lo que me pone nerviosa —, y si intentan salir o hacer algo las cosas se van a poner feas.
La oleada de pánico aumenta con cada segundo, desde que veo al tipo sacar su teléfono y enviar un mensaje, hasta que el más ebrio se recuesta en la parte delantera del auto y en cuanto al líder, que no nos deja de ver mientras presiona su arma. Eso no hace más que recordarme que la mía está debajo de mi muslo.
—¿Qué vas a hacer? — salto a preguntar —, acaso somos tan amenazantes, apenas te hemos dicho algo y solo queremos salir.
—No con él — señala a Jack —, y más les vale que lo saquen y...
—Lo llevaremos a un hospital, tuvo una pelea con uno de los idiotas que están... — tengo que darle un empujoncito a Claire para que se calme.
—Por favor, creo que podemos llegar a un acuerdo — les digo calmada, mientras la duda de sacar el arma me carcome —, te dejaremos nuestro teléfono y la identidad del chico...
—No tiene ni una puta idea de donde se encuentran, eso es claro... — dice el otro tipo mientras deja su celular en su bolsillo —, que se vayan, es ridículo probablemente son curiosas y...
—Y si están haciendo algo muy malo y se enteran de que las dejamos ir nos colgaran de los huevos a los tres — termina de decir casi en un grito, el hombre no está para discusiones eso está claro.
El tipo más ebrio se carcajea solo, se tambalea por el otro lado del auto —, así si podemos medirlas, quien la tenga más grande...
Hago una mueca, pero el líder no se toma la broma de buena manera —, siéntate y termina la botella, por lo menos haz algo...
—Tienes miedo de que la tuya esté tan pequeña — se vuelve a carcajear y la mirada que lanza su superior no me da buenas noticias.
—Una más y no respondo — lo amenaza antes de vernos —, y ustedes dos no se muevan o no me quedará opción que descargarla — dice alzando el arma.
Al parecer alguien no necesita alcohol para ser un maldito psicópata.
Intentar razonar es inútil, las pocas opciones que tengo son defendernos de la misma manera e intentar derribar esa garita o acatar sus órdenes. Aunque los barrotes se ven gruesos, parece imposible que con el auto lo logremos, sin matarnos en el proceso.
Por un milisegundo me arrepiento de haber contestado la llamada. Pero me recompongo, al ver la cara de susto de Claire, y lo que le hubiera deparado de estar sola. Aunque con el imbécil de Jason no hay opciones.
Estoy por preguntarle sobre la identidad del tal Carlos, pero una voz detrás de nosotros me distrae. Además del ruido de tres autos que nos rodean.
El terror se apodera al ver quienes salen de dichos autos.
La primera cara conocida es la de Gonzalo Bianchi y no muy después Carol Bardi.
Para culminar esta pesadilla, la cereza del pastel.
---------------------------------------------------------------------------
Bueno, bueno, bueno
¿Qué tal chicos?
¿Qué tal los capítulos?
Interesante giro de los eventos.
El paradero de Skandar. La aparición de Gonzalo. La desaparición de Jason y Lily.
La vigilia.
¿Alguna teoría?
Ya casi lo sabrán, ya casi todo tendrá sentido.
Los ama Lizz.