Has renunciado a todo el amor que te llevaste.
Durmiendo en una navaja, no queda algún sitio dónde caer.
Te duele el cuerpo, cada hueso está rompiendo.
Nada parece afectarlo, solo sigue resistiendo (...)
Yo enhebro la aguja, tú golpeas el tatuaje del diablo.
(Black Rebel Motorcycle Club, Beat The Devil's Tattoo).
Desperté y lo primero que vi a mi lado fue una pelambrera rubia. Yo estaba desnudo y sentía mi pene bastante escurrido. Un charquito en la sábana me decía que no había duda sea quien sea esa rubia a mi lado, me la había follado la noche anterior. Esperaba que no fuera la novia de ningún mafioso porque la última vez casi me cortan los huevos por eso.
—Mmm, prepárame café —murmuró con voz ronca, así me di cuenta de que no era una tipa. Vamos, que seguramente, me amamanté de un palito y no de un par de bolas. No es como si me importara una mierda, follar es follar: se te para, la metes en un agujero mientras manoseas un par de tetas o un par de huevos, el resultado es el mismo. La variación estaba en si la metías o te la metían a ti, pero después de que aquel flaco me metiera los dedos hasta el corazón, sentía que ya lo había vivido todo. —¡Dije café!— me exigió mi acompañante.
—En el Starbucks, rubio... a tres cuadras. —Que fuera a mandar a su abuela. Si me dejaba, me iba a terminar pidiendo desayuno en la cama el muy atenido.
—¿No puedes darme ni un café después de lo que hice por ti anoche? —Cuando me miró...
Esperen, esto me da risa.
Cuando me miró...
Un segundo, solo un segundo...
¿A que no imaginan quién era?
¡Sí! El tipo que me había dado por el culo. En cuanto lo reconocí, me toqué el ano, buscando secuelas de maltrato.
—Tranquilo —me dijo mientras se levantaba y caminaba hasta mi cuarto de baño—, anoche el único ano que recibió visita fue el mío. ¿De verdad no lo recuerdas? —luego, gritó— ¡Hazme café!
Escuché el sonido del agua empezar a correr y cuando recordé las habilidades de lucha del rubio, puse la cafetera. Al salir, lo recibí con una buena taza de mi mejor café.
—Gracias —sonrió de manera encantadora—, eres todo un caballero.
—Siempre me lo dicen.
—Apuesto a que sí... De seguro, también te dicen que tienes problemas con el alcohol.
—Nunca escuché eso —negué haciendo una mueca con la boca, sobresaliendo el labio inferior en señal de ñeeeeee.
—Tal vez sí, pero lo has olvidado al igual que lo de anoche entre los dos.
—Respecto a eso... ¿Cómo fue que terminaste en mi casa?
—Nos vimos en el bar y un tipo quiso meterse conmigo, pero tú me defendiste. No es que hiciera falta, pude haberle pateado el trasero; sin embargo, me evitaste la pena. Al parecer, ahí todo mundo te conoce, pues cuando te sentaste a mi lado, me dejaron en paz. No son muy amables con los nuevos, ¿eh? En fin... tomamos juntos y me reclamaste por haberte violado. Una cosa llevó a la otra y aquí estamos.
—Claro... ¿Fui bueno?
—Mucho —asintió mientras me entregaba la taza vacía y terminaba de vestirse.
—¿Cuál es tu nombre?
—Tao. Es la cuarta vez que te lo digo y si vuelves a olvidarlo, te patearé las bolas. No, solo te daré una bofetada, como que me agradaron tus bolas, tienes suerte —luego, se marchó.
Fue una mañana súper romántica. Era la primera vez que preparaba desayuno para alguien.
Poco tiempo después, me vi a mí mismo en una situación irreal, en algo con lo que había soñado gran parte de mi vida.
—Abrázame, Kris —me dijo el enano D.O. al tiempo en que se lanzaba a mis brazos. Primero, me encogí pensando que me iba a dar un golpe o algo, pero luego, lo escuché llorando, ese bastardo lloraba horrible. Me animé a rodearlo con mis brazos y darle unas palmaditas.
—¿Qué pasa? No eres un llorón, D.O. ¿Se murió Baekhyun o algo?
—Asher... —hipó.
—¡¿Se murió Asher?! ¡Joder, justo cuando lo venías recuperando!
—No, imbécil. No murió... Él... él se quedó con... con Jongin.
—Oooh, bueno, ese feo lo va a cuidar bien, no te preocupes. Hablé con Chen ayer y él está convencido de que tu moreno no tenía mucho que ver con aquel hijo de puta.
—Lo he vuelto a perder.
—Ven acá —lo apreté mucho entre mis brazos—. Lo importante es que el parásito está bien, hermano, estoy orgulloso de ti.
—Kris... fóllame.
—Con gusto, Muñeco —pensé que él había bromeado, pero insistió.
—De verdad, fóllame.
Me separé para verlo a la cara... Parecía cansado, pero seguía teniendo esos enormes ojos oscuros -símbolo de todo el mal que se guardaba dentro- que ahora estaban brillantes por el llanto. Sus pestañas parecían húmedas y pesadas. Su boca estaba roja... Bien, D.O. seguía siendo el muñeco más precioso del aparador, así que me comí su boca.
Yo pensaba ir con calma, pero el enano me atacó a mordiscos y apretones. Se dio un enorme impulso para brincar y sujetándose de mi cuello, rodeó con sus piernas mi cadera. Lo sostuve de las nalgas y caminé hasta el estudio, donde lo dejé sobre la camilla para quitarnos la ropa.
Esa era la oportunidad de mi vida. Lo tenía frente a mí, excitado, desnudo y sobre sus palmas y rodillas. Chupé todo lo que pude y agregué como medio frasco de lubricante para que no me volviera a partir la nariz y para que no se le ocurriera meterme el dedo en el culo en venganza como aquel rubio loco. Había aprendido mi lección.
—Kris —tocaron a mi puerta. D.O. gimió cuando encontré su próstata con mis dedos largos y una vez ahí, me dediqué a atacarla como cuando presionaba los botones de la video consola de Chen: sin tregua ni piedad—. ¡Oh, Cielos! ¿Estás follando? ¿Así le cobras a todos tus clientes, Mierda?
Me detuve un instante para voltearme y gritar:
—¡¡LARGO!! ¡Si vuelves a tocar mi puerta, voy a salir a tatuarte mi culo en la cara! —Luego, proseguí. No iba a dejar que nadie interrumpiera mi momento. Estaba con D.O., el jodido muerde vergas D.O. El amor de mi vida, mi sueño imposible. La cosa enana más erótica y mortal que se haya visto.
¿Lo ven? Primero, me follo al que me dio por el culo y luego, a D.O. Yo en mi vida había hecho las cosas demasiado bien. Me faltaba metérsela a Sehun y podía morir en paz.
¿Quieren saber cómo fue estar con D.O.?
¡Fue la gloria! Su trasero era tan apretado y lindo. Él era un pequeño tumulto de esencia erótica y adictiva en ese pedazo de culo. Valió la pena cada año en espera, cada segundo, cada insulto. No me importaba si yo era el tipo número quinientos millones que se lo tiraba, fue la cogida de mi vida. Empezamos con él sobre sus rodillas; luego, acabó acostado en la camilla. Más tarde, me acosté yo y él se sentó sobre mí dándome la espalda; después, se volteó. También bajamos de la camilla, lo hicimos de pie y cuando nos cansamos, me senté de cuclillas y lo subí sobre mí. Yo estaba listo para seguir, pero de su pene ya no salía nada más que aire, así que se lanzó en el piso y me pidió que lo llevara a casa.
Dormí con él sin que me incomodara, a pesar de que roncaba como una chopper con mal tubo de escape. Debo admitir que me estuve preguntando si ese tal Tao había llegado a buscarme para follar más. Había reconocido su voz, pero, bueno, no creo que D.O. hubiera aceptado un trío, tuve que sacrificar.
Al siguiente día, le ofrecí café.
—Te has hecho una mierda encantadora —me dijo. Joder, ahora me hacía cumplidos. ¿Qué seguía?, ¿un parásito nuestro? Me lo colgaría del cuello con cadenas para que nadie nos lo robara.
—Es el efecto después de follarlos: todos se enamoran.
—No estoy enamorado de ti, necesitaba liberar tensiones y te utilicé. A tu favor, diré que culeaste bien.
—He mejorado —sonreí orgulloso.
—Al menos ya sabes cómo se mete una polla. Felicidades.
—¿La metí mejor que tu moreno? —Yo y mi gran boca sin filtro. D.O. bajó la mirada y se acarició el cuello como si estuviera dolorido; luego, fue a ducharse y se marchó. Bien... tal vez no tendríamos un parásito, pero marqué ese día en mi calendario como el día en que domé a la bestia.
Cuando estaba terminando de limpiar las sábanas, recibí una visita en casa.
—¿Tú? —pregunté con el ceño fruncido— ¿Eres un acosador?
—Quiero otro tatuaje, ¿ya acabaste de follar? —preguntó Tao. Me encogí de hombros y lo dejé pasar.
—Follaba con el amor de mi vida.
—¡Oh! ¿Al fin son novios?
—No, ya se fue... Tal vez no vuelva en un buen tiempo, no me importa. Ahora, tengo una nueva meta de vida: Oh Sehun. Me di cuenta de que lo puedo todo.
—¿Oh Sehun? ¿El heredero de las transnacionales y el AhorrOh bank?
—¿A quién le importa eso? Es el vocalista de la banda Ohorat y tiene el mejor culo que haya visto.
—Sehun es activo —sonrió con malicia.
—¿Tú qué sabes? —desdeñé.
—Sé muchas cosas que tú ignoras, por ejemplo: cómo penetrar sin dolor.
—¿Jodido Tao... quieres un café? —pregunté amorosamente.
Esa tarde, lo tatué de nuevo; él estaba pasando por esa etapa adictiva a la tinta. Después de su primer tatuaje pensó en hacerse miles. Por mí estaba bien, era buena paga, si saben a lo que me refiero. Me comentó que quería comprarse una motocicleta, así que lo llevé al taller de Xiumin y sí, lo hice para ver a Sehun. Aunque últimamente se la pasaba cuidando de Luhan y la empresa de su papá, ese día tuve la suerte de encontrarlo.
Mientras Xiumin hablaba sobre las modificaciones que podía realizar en una motocicleta para dejarla de la manera en la que Tao deseaba, Sehun y Luhan entraron tomados de la mano. Sin pensarlo, acudí a abrazar a ese pequeño que me había follado una vez.
—¿Cómo has seguido? —le pregunté—. No importa qué tanto me guste D.O., le dije que si volvía a hacerte daño, le iba a patear su culo apretado. Todo mundo lo tiene amenazado para que no se acerque más a ti.
—Gracias —respondió con un resoplido. Le di la mano a Sehun.
—Hola, sexy.
—¿Sehun? —preguntó Tao desde el fondo del taller— ¡Oh Sehun! —exclamó emocionado.
—¿Huang Zi Tao? —lo reconoció— ¡¿Qué haces en mi taller?! —Luhan y yo los vimos en silencio mientras se saludaban con un apretado abrazo. Como si no fuera poco, Tao lo besó en la comisura de los labios. Pude notar eso, fue un beso sensual. Estoy seguro de lo que vi porque solo había tomado dos cervezas ese día y porque Luhan frunció el ceño.
—¿Conoces a Sehun? —me atreví a preguntar.
—Tu fantasía sexual yo la viví —respondió burlón. Rubio hijo de puta.
—¿De qué hablan? —preguntó Luhan con timidez.
—Él es Tao —los presentó Sehun—, un amigo. Nuestros padres han hecho negocios juntos.
—Mi padrastro falleció, Sehun... salió en las noticias. ¿No supiste?
—No —se alarmó—. Lo lamento muchísimo.
—Gracias. Entonces... ¿él es...?
—Luhan, mi pareja.
—Oh...Espera, ¿dijiste Luhan? ¿Cómo el Luhan que te tatuó el pecho?
—Eh, sí, él.
—¿Has visto su tatuaje? —preguntó Luhan queriendo sondear la situación sin ser muy obvio. Yo no iba a permitir engaños.
—No solo lo vio —intercedí—. Lo lamió, rasguñó, restregó...
—Eso fue en el tiempo en que estuve perdido —se apresuró a aclarar Sehun con sus mejillas rojas—. Él... mmm, también es chino, Lu, de seguro se llevan bien.
—¿Chino? ¿El chino por el que se supone me habías olvidado?
La tensión estaba más tangible que el alcohol en mi hígado. Le guiñé a Xiumin y este se giró para reír disimuladamente.
—Somos amigos —añadió Sehun—, aunque hace un montón no sabía de él. ¿Qué haces aquí, Tao?
—Sí, Tao, ¿qué haces aquí? —pregunté muy interesado en esa historia de venganza que me había contado antes, pero el rubio me ignoró olímpicamente. Empezaba a gustarme ese cabrón.
—También huyo como tú en ese tiempo. Y se me ocurrió comprar una moto, así que le dije al tatuador que recién conocí que me llevara a un buen lugar. Me alegra que sea el tuyo, es bueno saludarte. También me alegra ver que estás... con tu chino amado —sonrió.
—Lo que necesites del taller corre por mi cuenta, Tao. Me salvaste de morir de hambre aquella vez y de dormir en la calle.
—Apuesto a que sí, lo salvó del frío de la noche —agregué.
—¿Estás celoso, Kris? —preguntó Tao.
—No sé qué es eso —respondí.
—Tranquilo, esa es otra lección que estaré feliz de darte. Repito: ESTARÉ FELIZ DE DARTE —gritó.
—¿De verdad? ¡Wow! —preguntó Sehun— Tao, me agradas, así que seré sincero: Kris es un alcohólico hijo de puta, sarcástico, aprovechado, oportunista, pobre, sin ningún tacto emocional... pero es un estupendo artista; además, tiene buen gusto. Solo no te dejes engañar.
—Ya lo he conocido y domado, no te preocupes —sonrió.
—¿Escuché bien? —preguntó Xiumin— ¿Domado? —luego, se rio a carcajadas—. Bienvenido, Tao. Todo aquel que dome a ese animal debería mantenerse cerca.
Entonces, escuché un grito fino: Papiiiiiiiii.
Lay puso a una chiquilla en el suelo y esta corrió hasta Xiumin, quien la cargó y llenó de besos inmediatamente.
—¡La pequeña Fei! —exclamé antes de quitársela. La niña ya me conocía y se dejó cargar de buena gana— ¡Qué bonita estás! ¿Ya sabes hacer tatuajes?
—¡Ya sé!
—Te heredaré mi negocio un día. —Besé su cabecita. Después de que Lay nos saludó y lo presentamos con Tao, tomamos unas cuantas cervezas y mi chino rubio no descansó hasta que pudo ponerse por ahí a jugar con Fei. Resultó que le encantaban los niños. Recordé lo que me dijo de su venganza: había un niño involucrado. Tao era como una versión dulce de D.O. Me llamó mucho la atención, ya que podía ser duro, pero no tenía reparos para sentarse a jugar a la hora del té con una nenita; incluso levantaba su dedo meñique al fingir tomar de la diminuta tacita rosada.
Tao era una mezcla extraña de acero y algodón que captó mi atención y me hizo imposible quitar la vista de él. Normalmente, ya me hubiera cansado, pero al salir de ahí, lo invité de nuevo a mi casa y me lo follé con gusto. Esta vez, pude recordarlo todo.
—¡Cielos, Kris! —gimió— Era cierto que eres capaz de retener tu semen y expulsarlo solo cuando desees.
—Te lo dije —afirmé con gemidos mientras lo empujaba contra el colchón.
—¡Es todo un talento!
—Para tu disfrute, Bǎobèi*. —Pareció gustarle porque gimió muy fuerte.
—Kris... —jadeó mi nombre y me pareció delicioso en su boca— hagámoslo al mismo tiempo.
—Cuando quieras, Bǎobèi.
—¡Ahora! ¡Quiero ahora! —dijo antes de eyacular. Me dejé ir de inmediato con un grito de esfuerzo. Ambos nos derrumbamos sobre la cama, agitados, sudados y satisfechos—. Impresionante —me calificó con voz sensual—. Te dejaría follarme mil veces más sin aburrirme.
—¿Sabes qué, rubio? Yo también te follaría mil veces más sin aburrirme.
—¿Rubio? No. Bǎobèi me va mejor, Grandote —sonrió.
D.O., lo lamento, Muñeco, tendrás que aceptar que lo nuestro ya fue. Yo lo que necesito es un hombre chino.
Continuará...
Bǎobèi: bebé en chino. 宝贝
Este Kris es la cosita más soez que he escrito en toda mi vida ♥
Me siento muy feliz con las fotos de Monster y los teasers, ya se me pasó la frustración que les decía en el capítulo anterior por las fotos de Lucky one xD
En otro temas... sentí que wattpad me regañó
"Potencialmente prohibido" afgagaga