Proyecto Haema [Fanfiction EX...

By JoeyLu17

5.4M 612K 566K

Kyungsoo tiene muchos planes, por ejemplo, asesinar a un hombre o a dos o a tres... Kyungsoo tiene un solo su... More

IntroducciĆ³n: G-6
CapĆ­tulo 1: Jongin
CapĆ­tulo 2: LuHan
CapĆ­tulo 3: Sehun
CapĆ­tulo 4: Kyungsoo
CapĆ­tulo 5: Jongin
CapĆ­tulo 6: Baekhyun
CapĆ­tulo 7: Baekhyun
CapĆ­tulo 8: Kyungsoo
CapĆ­tulo 9: Baekhyun
CapĆ­tulo 10: Luhan
Capƭtulo 11: YƬ XƬng
Capƭtulo 12: YƬ XƬng.
CapĆ­tulo 13: Sehun.
CapĆ­tulo 14: Jongin
CapĆ­tulo 15: Kyungsoo
CapĆ­tulo 16: Chanyeol
CapĆ­tulo 17: Chanyeol
CapĆ­tulo 18: Jongin
CapĆ­tulo 19: Kyungsoo
CapĆ­tulo 20: Luhan
CapĆ­tulo 21: Jongin
CapĆ­tulo 22: Xiumin
CapĆ­tulo 23: Kyungsoo
CapĆ­tulo 24: Baekhyun
CapĆ­tulo 25: Kyungsoo
CapĆ­tulo 26: Chanyeol
CapĆ­tulo 27: Kyungsoo
CapĆ­tulo 28: Sehun
CapĆ­tulo 29: Jongin
CapĆ­tulo 30: Baekhyun
CapĆ­tulo 31: Jongin
CapĆ­tulo 32: Kyungsoo
CapĆ­tulo 33: Baekhyun
CapĆ­tulo 34: Jongin
CapĆ­tulo 35: Sehun
CapĆ­tulo 36: Luhan
CapĆ­tulo 37: Jongin
CapĆ­tulo 38: Chanyeol
CapĆ­tulo 39: Kyungsoo
CapĆ­tulo 40: Baekhyun
CapĆ­tulo 41: Luhan
CapĆ­tulo 42: Chanyeol
CapĆ­tulo 43: Jongin
CapĆ­tulo 44: Baekhyun
CapĆ­tulo 45: Kyungsoo
CapĆ­tulo 46: Kyungsoo
CapĆ­tulo 47: Chanyeol
CapĆ­tulo 48: Luhan
CapĆ­tulo 49: Sehun
CapĆ­tulo 50: Kyungsoo
CapĆ­tulo 51: Kyungsoo
CapĆ­tulo 52: Kris
CapĆ­tulo 53: Xiumin
Capƭtulo 54: YƬxīng
CapĆ­tulo 55: KaiSoo
CapĆ­tulo 56: Chanyeol
CapĆ­tulo 57: Baekhyun
CapĆ­tulo 58: Kyungsoo
CapĆ­tulo 59: Jongin
CapĆ­tulo 60: Jongdae
CapĆ­tulo 61: Chanyeol
CapĆ­tulo 62: Sehun
CapĆ­tulo 63: Joonmyeon
CapĆ­tulo 64: Joonmyeon
CapĆ­tulo 65: Xiumin
CapĆ­tulo 66: Jongdae
CapĆ­tulo 67: Joonmyeon
CapĆ­tulo 68: Jongin
CapĆ­tulo 69: Kyungsoo
CapĆ­tulo 70: Luhan
CapĆ­tulo 71: Xiumin
CapĆ­tulo 72: Baekhyun
Capƭtulo 73: YƬXƬng
CapĆ­tulo 74: Joy
CapĆ­tulo 75: Joy
CapĆ­tulo 76: Chanyeol
CapĆ­tulo 77: Joonmyeon
CapĆ­tulo 78: Joonmyeon
CapĆ­tulo 79: Jongin
CapĆ­tulo 80: Baekhyun
CapĆ­tulo 81: ChanBaek
CapĆ­tulo 82: Kyungsoo
Cosas de Hippocampus
CapĆ­tulo 83: Baekhyun
CapĆ­tulo 84: Kris
CapĆ­tulo 85: Luhan
CapĆ­tulo 86: Jongdae
CapĆ­tulo 87: Luhan
CapĆ­tulo 88: Chanyeol
CapĆ­tulo 89: Chanyeol
CapĆ­tulo 90: Chanyeol
CapĆ­tulo 91: Kyungsoo
CapĆ­tulo 92: Chanyeol
CapĆ­tulo 93: Baekhyun
CapĆ­tulo 94: Jongin
CapĆ­tulo 95: Kyungsoo
CapĆ­tulo 96: Kyungsoo
CapĆ­tulo 97: Xiumin
CapĆ­tulo 98: Kyungsoo
CapĆ­tulo 99: Chanyeol
Especial- Curiosidades y datos de Proyecto Haema
CapĆ­tulo 100: Kyungsoo
CapĆ­tulo 101: HunHan
CapĆ­tulo 102: Baekhyun
CapĆ­tulo 103: Chanyeol
CapĆ­tulo 104: Kyungsoo
CapĆ­tulo 105: Jongin
CapĆ­tulo 106: Jongin
CapĆ­tulo 107: Baekhyun
CapĆ­tulo 108: Kyungsoo
CapĆ­tulo 109: Jongin
CapĆ­tulo 110: Kyungsoo
CapĆ­tulo 111: Luhan
CapĆ­tulo 112: Sehun
CapĆ­tulo 113: Kyungsoo
CapĆ­tulo 114: Baekhyun
CapĆ­tulo 115: Sehun
CapĆ­tulo 116: Tao
CapĆ­tulo 118: Taemin
CapĆ­tulo 119: Kris
CapĆ­tulo 120: Jongin
CapĆ­tulo 121: Kyungsoo
CapĆ­tulo 122: HunHan
CapĆ­tulo 123: Chanyeol
CapĆ­tulo 124: Kyungsoo
CapĆ­tulo 125: Sehun
CapĆ­tulo 126: Kyungsoo
CapĆ­tulo 127: Jongdae
CapĆ­tulo 128: Tao
CapĆ­tulo 129: Kyungsoo
CapĆ­tulo especial
CapĆ­tulo 130: Kris
CapĆ­tulo 131: Jongin
CapĆ­tulo 132: Jongin
CapĆ­tulo 133: Kyungsoo -Final.
EpĆ­logo
Especial 1: BaekSoo
Especial 2 OT12
Especial 3
Especial 4: La adolescencia de un hippocampus
Proyecto Hippocampus
Proyecto Hippocampus/ Libros

CapĆ­tulo 117: Kyungsoo

33K 3.9K 4.2K
By JoeyLu17

Imagino un lugar donde hay cosas solo agradables,

realmente nadie está solo y frío, como yo aquí.

Todos tienen a alguien para apoyarse, excepto yo.

Todos tienen a alguien para celebrar, excepto yo.

Entonces, pienso en ti, pero me siento solo otra vez.

(Big Baby Drive, Alone Again).

  Después de ver cómo todo mi dinero se iba en el hospital, las medicinas, la fórmula de leche especial y los pañales para Asher, me di cuenta de que necesitaba ganar mucho mejor, así que tuve que tomar un segundo empleo.

     De siete de la mañana a tres de la tarde, trabajaba en la construcción del centro comercial y a partir de las cinco, era guarda de seguridad en una joyería hasta las diez de la noche. Era agotador, pero tendría que soportarlo durante un tiempo, al menos hasta que la salud de mi hijo mejorara.

     Llegar a casa no representaba precisamente un alivio. La primera noche después del segundo empleo, encontré a Asher llorando a lágrima viva porque yo tardaba en volver; estaba acostumbrado a mi presencia desde mucho más temprano y mi ausencia le generó ansiedad. La segunda noche, lo encontré dormido, ni siquiera se dio cuenta cuando me acosté a su lado y besé su cabeza. Hubiera deseado que estuviera despierto para que me contara cómo fue su día... La tercera noche, de nuevo estaba llorando.

—Toma —me dijo Hye Sung al tiempo que me lanzó las pijamas del niño al hombro—. Él dice que hoy no quiere usar pijama, encárgate tú— mandó antes de encerrarse a su habitación. Por el modo en que Asher lloraba podía asegurar que mi padrastro tenía un fuerte dolor de cabeza. El niño estaba en calzoncillos, escondido tras el sillón.

—¿Asher, quieres que te lleve al hospital nuevamente?

¡Ñooo! —se quejó.

—Entonces sal de ahí y déjame ponerte las pijamas.

     Él salió, refunfuñó todo el rato mientras lo vestía y luego, se colgó de mi cuello hasta que al fin se durmió. Las rutinas eran de ese modo y solo se alteraban cuando debía llevarlo al hospital, lo que a veces me hacía llegar tarde al trabajo y ganarme un regañina por parte de mi jefe. Por lo general, me mordía la lengua para no mandarlo a la mierda; sabía que tenía que soportar ciertas muestras de autoridad por el bienestar del Chocolatito. Ya había escuchado de los sacrificios que hacen los padres por un hijo, pues ahora los vivía a este nivel y tenía que meterme el orgullo por el culo con tal de mantener bien a mi parásito.

     Los sábados salía de mi primer empleo a medio día, lo que significaba que podía pasar unas horas con Asher hasta que fuera el tiempo de mi segunda jornada. Esos días de la semana él no asistía al centro de cuidado infantil porque Hye Sung no tenía que ir a dar clases, así que se encargaba del niño. Baekhyun tampoco iba a su trabajo los fines de semana a menos que hubiera una emergencia, pero su pareja sí laboraba varias horas los días sábados, por lo que para no estar solo –decía- él cuidaba de su sobrino los sábados. De ese modo, Hye Sung descansaba también. Sin embargo, yo podía darme cuenta de que mi hermano usaba sus días de tío para que Asher se viera con Jongin. 

     Cada sábado, iban a jugar a la plaza y a comer helado en la Gelatería del frente. Yo lo observaba absolutamente todo desde la cafetería de la esquina. No se lo iba a impedir por ahora ya que yo no tenía mucho tiempo para pasar con el niño, pero tampoco iba a confiar como si nada hubiera pasado y en el momento en que viera algo extraño, iría a volarle los sesos a quien fuera y me llevaría a mi hijo. Aunque nunca vi algo que me alarmara, Jongin trataba a Asher con una veneración tal que a veces tenía que apartar la vista porque me hacía sentir triste. Algunas ocasiones, preferí irme con Kris y ayudarle un rato en su negocio.

     Una noche, llegué a casa por completo agotado y sucio. Asher estaba llorando frente a un desastre de leche en la cocina mientras Hye Sung limpiaba todo con suma paciencia.

—Qué bueno que llegas, Asher ha estado muy travieso hoy... Me siento acabado. Dale un baño porque se ha vertido toda la leche encima. Tomó el beberito antes de que pudiera cerrarlo bien, a pesar de que le dije que me esperara.

     Lo metí junto a mí a la ducha con el agua más tibia que soportara. Debía ser un baño rápido porque era muy tarde y no quería que enfermara.

—¿Puedo tenel un peyo como tío Bekiú Pan?

—¿Baekhyun Pan? —me interesé.

—Sí, Bekiú Pan, Chañiol Pan, Pite Pan... ¿Puedo tenel un peyo pan?

—No —si llevaba un perro a casa, Hye Sung nos iba a correr a todos. Lo mejor era no alimentar esas ilusiones, a pesar de sus pucheritos.

—¿Tonces puedo tenel una bolita?

—Sí, una bola está bien —acepté. Esas cosas no eran tan caras ni necesitaban alimento.

—¡¿Y vamos a jugal?! —se entusiasmó.

—Sí, pero debes ser bueno y dormirte rápido hoy.

     Funcionó. El niño se durmió muy feliz con su ilusión de la bola.

     En mi siguiente turno laboral algún estúpido ladrón tuvo la genial idea de asaltar la joyería durante mi horario. Por supuesto que le fue imposible, pero después de que lo capturé y le saqué los dientes tuve que dar aviso a la policía y a mi jefe. Los papeleos, la declaración, la entrevista y demás formalidades me atrasaron y llegué a casa a media noche, demasiado agotado incluso para cenar; pero a mi hijo eso le tenía sin cuidado: él estaba llorando en los brazos de su abuelo.

—¿Ahora qué pasó? —cuestioné con mal humor.

—No ha querido dormir nada... Tiene tos de tanto llorar.

     Dejé sobre el sofá el bolso en el que cargaba el uniforme y me fui directo a la ducha antes de que Hye Sung me entregara a Asher. Quería al menos poder darme un baño, pero el niño se revolcó para que lo bajara, lo vi porque dejé la puerta abierta ya que mi padrastro me estaba hablando.

—Soo, creo que él se va a enfermar otra vez... Le di la medicina, pero la escupió. Se la volví a dar y la vomitó en medio de su berrinche —se frotó los ojos—. Nunca había lidiado con un niño así, tú y Baek eran mucho más dóciles a esa edad.

—Está bien, se la daré yo en un momento. Déjalo llorar y vete a dormir, ya me haré cargo de él.

—Bien —Hye Sung se fue a buscar a Asher cuando lo escuchó dejar de llorar y lo oí hablándole—. Ya voy a dormir, ¿quieres esperar a tu papá en la cama, Asher? ¿Asher? ¿Qué estás haciendo? —luego, me gritó— ¡Soo, el niño está registrando tu bolso!

—Está bien, déjalo... —respondí antes de recordar que... —¡NO! ¡Ahí está mi arma! —grité de vuelta asomándome por la cortina del baño. Vi cómo Hye Sung quien ya iba entrando a su habitación, se devolvió corriendo a quitarle el bolso a mi hijo y luego, escuché al pequeño gritar en protesta. Hye Sung se encerró con mi bolso y dejó a Asher llorando fuera de la habitación. Me apresuré a secarme; ni siquiera pude enjabonarme antes de salir del agua.

—Ven —lo levanté con cuidado—. ¿Qué te pasa hoy?

—¡Mi bola! ¡Dijiste que íbamos a jugal bola! —protestó.

—¿Es por eso que me estás esperando a media noche?

—¡Dame mi bolita, papá!

—No hay bola y aunque la hubiera, es demasiado tarde para salir a jugar.

     Se me había olvidado la maldita bola esa, tampoco le dije que se la traería al día siguiente, pero Asher así lo había creído y al final se quedó dormido agotado de tanto llorar. Salía tan tarde de mi trabajo que no tenía tiempo de pasar a las tiendas a comprar una puta bola y el día que lo tuve, preferí usar ese dinero para comprar pañales porque había visto pocos por la mañana y el niño seguía negándose a usar el sanitario.

     Llegué a casa muy seguro del infierno de mocos y llantos que volvería a afrontar, pero en vez de eso, encontré a Asher tirado en el sofá, boca abajo. En un principio, creí que dormía, así que no hice ruido, pero cuando me asomé, él tenía los ojos abiertos. Estaban dando un especial de orangutanes en la televisión, creo que veía el canal de Animal Planet.

—No sabía que te gustaran tanto los animales... —le dije. Pero él no me respondió, ni siquiera cuando me paré en medio de su canal de visión. No pestañeó, no se quejó, no me miró, no nada.

—No va a reaccionar —me dijo Hye Sung desde la mesa. Me veía mientras tomaba una taza de café y tenía un libro abierto frente a él—. A veces, se queda así... como si entrara en shock. No presta atención de ningún estímulo externo... Te recomiendo que no lo levantes de manera abrupta o lo sacudas; una vez lo hice y fue un grave error. Lloró durante horas de una forma tan intensa que incluso un par de vecinos llegaron a preguntar si todo estaba bien.

—¿Asher? —toqué su espalda con mucho cuidado— ¿Asher? Respóndeme. Ya llegué del trabajo. ¿Quieres dormir conmigo? ¿Mmm? ¿Asher? —Era inútil— Hye Sung... ¿ese comportamiento es normal?

—¿Tú qué crees?

Suspiré —¿Qué debería hacer? —murmuré.

—Él necesita de una buena psicóloga infantil.

—¿Pero cómo podría recibir terapia sin tener que contar todo lo que pasó?

—También me lo he preguntado y no veo salida... Voy a ser sincero contigo, Kyungsoo: me preocupa muchísimo el futuro de Asher... No sé qué le pasa ni cómo ayudarlo, pero sé que él no está bien —me dijo antes de irse a su habitación.

     Yo me olvidé de la cena o de la ducha. Levanté al pequeño con mucho cuidado, apagué y cerré todo antes de sentarme en la cama y lo acuné durante horas hasta que me quedé dormido. La siguiente noche era sábado. Tampoco escuché a Asher llorando cuando llegué y de inmediato temí que tuviera otra de esas crisis catatónicas. No lo había visto jugar con Jongin porque esa tarde estuve con Kris ayudándole con un diseño.

—¿Dónde está Asher? —pregunté a Hye Sung en cuanto entré a la casa.

—Dormido en tu habitación. Hoy estuvo toda la tarde quién sabe dónde con Baekhyun y su amigo el perro Pan. Llegó feliz y agotado.

     Me asomé a verlo y estaba abrazado a una bola de fútbol mientras roncaba.

—¿Y esa bola?

—Se la obsequió Baekhyun. No dejó de sostenerla ni cuando cenó.

     Yo sabía que esa bola no era un regalo de Baekhyun, tampoco las tennis de la semana pasada ni los crayones de la semana ante pasada... pero una vez más no protesté porque yo mismo no era capaz de darle esos obsequios y creí que si impedía que los recibiera, nadie más se los daría. Asher también merecía un juguete de vez en cuando, como cualquier otro niño de su edad. Incluso yo poseía juguetes en ese entonces y tenía muchos más que él.

     El domingo desperté junto a un niño sonriente que me daba besos en la nariz.

—¿Jugamos bolita, papá?

     Toda la mañana estuvimos jugando en el jardín con esa maldita bola. Hicimos pausa para almorzar y luego, nos duchamos juntos, nos hicimos peinados ridículos con el shampoo y fingimos que éramos fuentes que expulsaban agua por la boca. Por la tarde, estuve enseñándole a conducir mi motocicleta. Le dimos vuelta diez veces a la cuadra mientras Asher manejaba y yo sostenía a Harley por él. Los vecinos me miraban mal, pero no me importaba porque el niño estaba sonriendo.

—¡Mila, abuelo! ¡Sé manejal la Jailei! —gritaba cuando pasábamos frente a Hye Sung.

      Cuando la tarde empezó a caer y entramos a lanzarnos sobre una sábana en la estancia para pintar un libro sobre animales del bosque. Estábamos en medio de nuestra segunda obra cuando Asher se durmió. Le lancé una frazada encima y me dormí a su lado. Despertamos para cenar. Vimos una película infantil, le puse las pijamas y ya entrada la noche, jugamos haciendo sombras sobre la pared con un foco viejo... Mi definición de un día perfecto.

—Papá, ¿puedo il mañana a jugal con papi?

—¿Eh? —pregunté.

Quielo decile a mi papito que ya sé manejal...

     No respondí nada. La siguiente mañana, se repitió la rutina de llantos, el rehusarse a comer todo su desayuno y el llanto en el centro de cuidado infantil. Lo vi una vez más quedarse pegado a la malla mientras yo me iba. A medio día mientras comía mi almuerzo, revisé mi celular. Tenía varias llamadas perdidas de un número que no reconocí y también un mensaje de voz de Hye Sung: 

     Kyungsoo, me ha llamado la maestra de Asher. Al parecer, no pudieron contactarte, no me extraña, tampoco a mí me has contestado... Voy con él niño para el hospital. Tuvo un ataque de asma o no lo sé, no puede respirar bien. Intentaré llamarte de nuevo cuando lo atiendan.

     Esa tarde tuve una pelea con mi jefe quien no quiso darme permiso para salir temprano del trabajo e ir con mi hijo, así que, sin poder resistirlo más, lo mandé a la mierda y me largué de ahí directo al hospital. Joy habló conmigo, Asher tuvo otra crisis respiratoria, pero le darían de alta dentro de unas horas. Al parecer, sus crisis se exacerbaban cuando se sentía muy estresado o lloraba mucho y el niño no dejaba de lloriquear ni de sentirse mal cuando estaba en el centro de cuidados infantiles ya que estar lejos de las personas que conocía le generaba ansiedad por separación.

     Hubo un tiempo en el que mi hijo era un niño sin temor alguno, lleno de curiosidades por experimentarlo todo, por socializar. Hubo un tiempo en el que caminaba con Asher por la calle y cuando nos encontrábamos otro niño, él lo señalaba entusiasmado gritando: ¡Bebé, bebé, bebé!. Ahora escondía su rostro en mi cuello cuando alguien le sonreía.

     Lo dejé en casa con Hye Sung y me fui a mi otro empleo con la molestia de saber que el pequeño quedó llorando para que yo no me marchara. Cuando volví, ya estaba dormido; le había traído un chocolate que no pude darle. Al siguiente día, me decidí a pedir disculpas en el trabajo porque Asher seguía necesitando medicinas... Lo duché y lo dejé en el centro de cuidados. Le di besos antes de irme, le prometí que las horas pasarían con rapidez si no lloraba, pero incluso de esa manera miré su bracito extendido hacía mí en cuanto me marchaba.

     Fui despedido, el jefe no se interesó en escucharme ni en darme una oportunidad de cualquier cosa. El hijo de puto no me pagó alegando abandono de puesto e incumplimiento de contrato. Legalmente, no podía defenderme y antes de romperle la boca y empeorar todo, mejor me marché. Era el segundo empleo donde me echaban sin pagarme a causa de Asher... no había olvidado a los imbéciles del Super Star Market.

     Pasé por el centro infantil después de vivir todo ese drama y Asher continuaba pegado al portón con su carita entristecida mientras el resto de los niños jugaban dentro de las aulas. Él solo se mantenía ahí de rodillas, sin hablar ni mirar a nadie. Mi corazón se fue al piso. Nunca he sido una persona sentimental, pero desde que ese niño nació he experimentado las emociones más intensas de mi vida, y no siempre han sido placenteras, como en ese momento en el que me sentí tan mal por verlo ahí solo, como abandonado. Mi hijo era un niño muy infeliz y eso me hacía sentir pésimo.

     No dudé un segundo en ir a sacarlo de ahí. Cuando me vio acercarme, su carita se iluminó de inmediato. Luego hizo pucheritos mientras estiraba sus bracito hasta mí, como si le fuera posible alcanzarme del otro lado del portón. Movía sus pequeños dedos como si intentara aferrarse a algo. En cuanto entré, lo tomé entre mis brazos y llené su cabeza de besos. Él seguía algo enfermo, no quería agitarlo mucho, así que una vez le envié un mensaje a Hye Sung para que no fuera por el niño, lo llevé a comprar un libro infantil para jugar cosas que no lo sobreesforzaran.

     Esa tarde, me dediqué por completo a él y solo lloró un poco cuando salí hacia mi segundo trabajo. Más tarde, llegué agotado pero Asher estaba despierto y eso me alegró. Lo senté en mi regazo en la cama y leí para él del libro nuevo, uno sobre caballitos de mar. La historia tenía un rap y se lo canté imitando voces graciosas; me complació ver que eso lo hacía reír mucho.

Don Caballito de Mar

salía todos los días a pasear.

Con sus amiguitos

le gustaba jugar.

Como buen deportista

le gustaba nadar.

Después, se iba a cenar

y a dormir y soñar.

     Parecía muy interesado en aprender de los caballitos de mar, o tal vez era mi excusa para aprender más yo porque luego de un rato, estuve buscando curiosidades en internet.

—Asher —besé su cabecita—, aquí dice que los machos son los encargados de dar a luz a la crías, como tú y yo: creciste en mi barriga a pesar de que soy varón.

—¿Estuve en tu balliga? —se alarmó.

—Sí, cuando eras pequeño como un hippocampus, ahora no cabes aquí —reí porque él estaba intentando meterse de vuelta en mi estómago. A ver... —seguí leyendo— dice que dedican mucho tiempo al cortejo. Eso también es cierto... Tardé mucho para... sentir cosas por tu otro papá.

—¿Cuáles cosas? —preguntó con interés.

—Jongin no me caía bien hasta después de un tiempo... Al inicio, solo creí que era guapo.

—A mí sí me cae bien.

—¿Mejor que yo?

—Mmm —pensó con la mirada elevada hacia el cielo y un dedito en sus labios. Ese gesto con el dedo era una costumbre heredada de Jongin—, él juega bolita...

—¡Oh! ¿Lo quieres más que a mí? —me resentí— ¡Yo te llevé en mi barriga!

—Yo te quiello solo a ti —me besó en la mejilla haciéndome sentir mejor de inmediato. Lo sé, muy maduro de mi parte.

—Está bien, puedes amar más a Jongin, te doy permiso. Sigamos leyendo... Aquí dice que solo el 0,5% de las crías llega a edad adulta... Asher, tú debes crecer sano y ser un adulto de bien porque hacerte nacer fue muy duro. Tienes que ser una buena persona. ¿Entiendes?

—¡Chi! —dijo que sí demasiado pronto y con mucho entusiasmo; no le creí una mierda. Bufé y seguí con la lectura.

—Aquí dice que los caballitos de mar no tienen estómago.

     Me detuve de inmediato. Asher y yo nos miramos el uno al otro, completamente sorprendidos, con los ojos muy abiertos.

—Yo sí tengo —se quejó con voz asustada.

—Yo también —respondí en el mismo tono antes de abrazarlo contra mi pecho. El niño bostezó y empezó a rascarse un ojo, señal de que estaba a punto de dormirse. Le besé la cabeza y no despegué mis labios de su cabello, solo me mantuve ahí, respirando con tranquilidad mientras él cerraba los ojos poco a poquito. Luego, leí más:

El mito dicta que los caballitos de mar constituyen una de las pocas especies que elige a una pareja para toda la vida y que una vez que esta muere, tarda poco tiempo en morir también el otro. No pueden vivir el uno sin el otro, por eso se cree que los caballitos de mar mueren de amor.

     Apagué mi teléfono con la imagen de Jongin en mi mente. Si él me convirtió en un hippocampus, era posible que yo muriera poco a poco, porque a pesar de tener a Asher en mis brazos, nada se sentía bien y no tenía que ver solo con el hecho de creerme insuficiente para mi hijo. Había un vacío en mi pecho que me generaba malestar.

     Había pasado mucho tiempo sin dormir junto a él, sin besarlo, sin oír su voz llamando mi nombre, sin hacernos el amor.

Lo extrañaba.

     Lo extrañaba tanto que me hacía odiarme a mí mismo, al hijo del hombre que asesinó a mis padres y convirtió mi vida en un infierno. Aun si fuera capaz de dejar eso de lado, yo había disparado a la cabeza de Jeong Hyuk frente a él.

Odiaba a Jongin y al mismo tiempo, lo amaba profundamente.

Aborrecía recordarlo y al mismo tiempo, lo deseaba de vuelta.

Le guardaba rencor y al mismo tiempo, quería que él no me odiara.

No quería cederle a mi hijo y al mismo tiempo, pensaba que él podría criarlo mejor.

     Pegué más a Asher contra mí. Sabía lo que tenía que hacer, pero era difícil, era jodidamente difícil poner su bienestar por sobre todo mi pasado. No podía perder a mi pequeño una vez más. No quería separarme de Asher ni un minuto. No quería detenerme en medio del día y preguntarme ¿cómo estará Asher?, al igual que antes.

     Por la mañana, desperté a causa de los gritos de mi pequeño. Me levanté de mala gana y me asomé a la cocina.

—¡Límpialo! —exigió Hye Sung a un emberrinchado Asher mientras el suelo a sus pies estaba lleno de trozos de fruta.

—¡Ñooooo! —gritó el niño sin parar de llorar. Hye Sung se mantuvo amenazante.

—Sí, lo harás o no te dejaré ver televisión.

—¡Ñooooo! —insistió antes de intentar correr hasta la sala, pero fue atrapado por su camiseta y arrastrado de vuelta.

—De aquí no te vas hasta que recojas esto, Asher y ¡aaaah! —gritó cuando el niño lo mordió en la mano. Luego, perdió su paciencia y lo obligó a sentarse en el piso de una sacudida— ¡LIMPIA! ¡La próxima vez que me muerdas, te voy a meter un paño en la boca! ¡Hoy no ves televisión y no te vas hasta que limpies, no me importa si me tengo que quedar aquí todo el día!

     Asher lloraba sin tregua. Lo vi inclinarse para tomar los trozos de fruta en el suelo y depositarlos en una tacita de plástico que tenía al lado. Hye Sung iba a seguir retándolo hasta que me vio acercarme.

—¿Por qué le estás gritando? —pregunté viéndolo a los ojos. Sinceramente, me enojaba muchísimo que tratara a Asher de esa manera. Odiaba que le levantara la voz, que lo castigara, que lo sacudiera de su ropa. Odiaba que hiciera a mi hijo llorar. Si se hubiera tratado de otra persona, le hubiera tumbado los dientes sin pensarlo.

—Él... dijo que quería cereal, pero no es sano que solo coma ese cereal de chocolate. Como le di frutas de desayuno, ha mandado a volar la taza... Sé que no te gusta que lo regañe, pero soy yo quien pasa con él a mayoría del tiempo y ya le he soportado demasiados berrinches que con el paso de los días solo empeoran. Es hora de ponerle límites, Kyungsoo. No quiero que se vuelva incontrolable, con ese jodido carácter que heredó este niño.

—Asher no será como yo si eso es lo que te preocupa.

—¿Estás seguro? —preguntó entregándome la toalla de la cocina—. Debo irme a trabajar. Los veo por la tarde.

     Me incliné para ayudarle a limpiar el desorden. Me duché y preparé todo lo más rápido posible. Tenía que hacer esto temprano. Era ahora o nunca. Yo amaba tanto a ese niño que había decidido hacer siempre lo correcto para él. Se lo debía. Tal vez perderlo era mi mayor muestra de amor.

     Cuando Jongin salió de su casa directo a su auto para manejar a su empleo, se congeló en cuanto me vio estacionar mi moto en frente. Bajé de ella cargando a Asher y un bolso infantil con la forma de un perrito.

—¿Asher, recuerdas a Jongin? —le pregunté señalando a su padre. El niño asintió con tranquilidad.

—Solo cleías que ela guapo...

—Sí, exacto. Te quedarás con él ahora —caminé hasta dejarlo en brazos del moreno que no parecía salir del shock. Me dirigí a él con voz molesta—. Jongin, sé que has intentado verlo por medio de Baekhyun; pues ahora lo tienes, es tuyo como siempre has querido, ¿no es cierto? Pero no puedes sacarlo de esta ciudad, no puedes hacer nada con él a mis espaldas. Estaré vigilando —amenacé antes de lanzarle el bolso encima y darme la vuelta.

—¡Kyungsoo, espera! —exclamó dando un paso hacia adelante. Yo no me detuve mientras subía a mi motocicleta— ¿Qué significa esto?

—No tengo tiempo para cuidar de él. Joy es su pediatra, sus medicinas están en el bolso.

     Lo último que vi por el espejo retrovisor fue a Asher llorando, lanzando los brazos hacía mí, sintiendo que yo lo había abandonado una vez más. Manejé hasta el negocio de Kris. Cuando entré, él estaba preparándose café y a pesar de que no nos veíamos desde hace un tiempo, solo me saludó con un leve ¡Hey!. Tampoco es como si normalmente esperara algo más.

—Kris —le dije cuando me detuve frete a él, con el rostro más serio que pude.

—¿Mm? —me miró a los ojos adivinando que algo no estaba bien.

—¿Aún te gusto?

—Siempre, Muñeco. —Yo odiaba ese estúpido sobrenombre.

—Entonces, abrázame.

—¿Eh?

—Abrázame, Kris —pero fui yo quien lo abrazó y además, rompí a llorar.

Continuará...

-Primero que nada: el rap del caballito de mar de este capítulo existe en un libro infantil que conseguí en internet. Créditos al autor.  

Me reclamaron porque no volví a dejar notas ni comida, así que aquí va:

Les dejo el tecito. Chao.

Continue Reading

You'll Also Like

427K 16.1K 51
No hace falta explicar nada, ya saben de que trata esto. La portada NO es mƭa, crƩditos a su artista. Historia dedicada simplemente a entretener. OJO...
673K 72.4K 127
1era y 2da temporada ā™„ļø Sinopsis: En donde Jimin es un Omega mimado y Jungkook un Alfa amargado, los dos se casan por sus propias conveniencias. āš ļø...
112K 5.1K 41
Un dĆ­a, dos chicas se encuentran en el metro. Violeta, que acaba de ser abandonada, se estĆ” recuperando de un corazĆ³n roto, y Chiara estĆ” lidiando co...
39.8K 7.5K 34
nacido en una familia llena de talentos aparece un miembro sin mucho que destacar siendo olvidado sin saber que ese niƱo puede elegir entre salvar o...