Proyecto Haema [Fanfiction EX...

By JoeyLu17

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Kyungsoo tiene muchos planes, por ejemplo, asesinar a un hombre o a dos o a tres... Kyungsoo tiene un solo su... More

IntroducciĂłn: G-6
CapĂ­tulo 1: Jongin
CapĂ­tulo 2: LuHan
CapĂ­tulo 3: Sehun
CapĂ­tulo 4: Kyungsoo
CapĂ­tulo 5: Jongin
CapĂ­tulo 6: Baekhyun
CapĂ­tulo 7: Baekhyun
CapĂ­tulo 8: Kyungsoo
CapĂ­tulo 9: Baekhyun
CapĂ­tulo 10: Luhan
Capítulo 11: Yì Xìng
Capítulo 12: Yì Xìng.
CapĂ­tulo 13: Sehun.
CapĂ­tulo 14: Jongin
CapĂ­tulo 15: Kyungsoo
CapĂ­tulo 16: Chanyeol
CapĂ­tulo 17: Chanyeol
CapĂ­tulo 18: Jongin
CapĂ­tulo 19: Kyungsoo
CapĂ­tulo 20: Luhan
CapĂ­tulo 21: Jongin
CapĂ­tulo 22: Xiumin
CapĂ­tulo 23: Kyungsoo
CapĂ­tulo 24: Baekhyun
CapĂ­tulo 25: Kyungsoo
CapĂ­tulo 26: Chanyeol
CapĂ­tulo 27: Kyungsoo
CapĂ­tulo 28: Sehun
CapĂ­tulo 29: Jongin
CapĂ­tulo 30: Baekhyun
CapĂ­tulo 31: Jongin
CapĂ­tulo 32: Kyungsoo
CapĂ­tulo 33: Baekhyun
CapĂ­tulo 34: Jongin
CapĂ­tulo 35: Sehun
CapĂ­tulo 36: Luhan
CapĂ­tulo 37: Jongin
CapĂ­tulo 38: Chanyeol
CapĂ­tulo 39: Kyungsoo
CapĂ­tulo 40: Baekhyun
CapĂ­tulo 41: Luhan
CapĂ­tulo 42: Chanyeol
CapĂ­tulo 43: Jongin
CapĂ­tulo 44: Baekhyun
CapĂ­tulo 45: Kyungsoo
CapĂ­tulo 46: Kyungsoo
CapĂ­tulo 47: Chanyeol
CapĂ­tulo 48: Luhan
CapĂ­tulo 49: Sehun
CapĂ­tulo 50: Kyungsoo
CapĂ­tulo 51: Kyungsoo
CapĂ­tulo 52: Kris
CapĂ­tulo 53: Xiumin
Capítulo 54: Yìxīng
CapĂ­tulo 55: KaiSoo
CapĂ­tulo 56: Chanyeol
CapĂ­tulo 57: Baekhyun
CapĂ­tulo 58: Kyungsoo
CapĂ­tulo 59: Jongin
CapĂ­tulo 60: Jongdae
CapĂ­tulo 61: Chanyeol
CapĂ­tulo 62: Sehun
CapĂ­tulo 63: Joonmyeon
CapĂ­tulo 64: Joonmyeon
CapĂ­tulo 65: Xiumin
CapĂ­tulo 66: Jongdae
CapĂ­tulo 67: Joonmyeon
CapĂ­tulo 68: Jongin
CapĂ­tulo 69: Kyungsoo
CapĂ­tulo 70: Luhan
CapĂ­tulo 71: Xiumin
CapĂ­tulo 72: Baekhyun
Capítulo 73: YìXìng
CapĂ­tulo 74: Joy
CapĂ­tulo 75: Joy
CapĂ­tulo 76: Chanyeol
CapĂ­tulo 77: Joonmyeon
CapĂ­tulo 78: Joonmyeon
CapĂ­tulo 79: Jongin
CapĂ­tulo 80: Baekhyun
CapĂ­tulo 81: ChanBaek
CapĂ­tulo 82: Kyungsoo
Cosas de Hippocampus
CapĂ­tulo 83: Baekhyun
CapĂ­tulo 84: Kris
CapĂ­tulo 85: Luhan
CapĂ­tulo 86: Jongdae
CapĂ­tulo 87: Luhan
CapĂ­tulo 88: Chanyeol
CapĂ­tulo 89: Chanyeol
CapĂ­tulo 90: Chanyeol
CapĂ­tulo 91: Kyungsoo
CapĂ­tulo 92: Chanyeol
CapĂ­tulo 93: Baekhyun
CapĂ­tulo 94: Jongin
CapĂ­tulo 95: Kyungsoo
CapĂ­tulo 96: Kyungsoo
CapĂ­tulo 97: Xiumin
CapĂ­tulo 98: Kyungsoo
CapĂ­tulo 99: Chanyeol
Especial- Curiosidades y datos de Proyecto Haema
CapĂ­tulo 100: Kyungsoo
CapĂ­tulo 101: HunHan
CapĂ­tulo 102: Baekhyun
CapĂ­tulo 103: Chanyeol
CapĂ­tulo 104: Kyungsoo
CapĂ­tulo 105: Jongin
CapĂ­tulo 106: Jongin
CapĂ­tulo 107: Baekhyun
CapĂ­tulo 108: Kyungsoo
CapĂ­tulo 109: Jongin
CapĂ­tulo 110: Kyungsoo
CapĂ­tulo 111: Luhan
CapĂ­tulo 112: Sehun
CapĂ­tulo 113: Kyungsoo
CapĂ­tulo 114: Baekhyun
CapĂ­tulo 116: Tao
CapĂ­tulo 117: Kyungsoo
CapĂ­tulo 118: Taemin
CapĂ­tulo 119: Kris
CapĂ­tulo 120: Jongin
CapĂ­tulo 121: Kyungsoo
CapĂ­tulo 122: HunHan
CapĂ­tulo 123: Chanyeol
CapĂ­tulo 124: Kyungsoo
CapĂ­tulo 125: Sehun
CapĂ­tulo 126: Kyungsoo
CapĂ­tulo 127: Jongdae
CapĂ­tulo 128: Tao
CapĂ­tulo 129: Kyungsoo
CapĂ­tulo especial
CapĂ­tulo 130: Kris
CapĂ­tulo 131: Jongin
CapĂ­tulo 132: Jongin
CapĂ­tulo 133: Kyungsoo -Final.
EpĂ­logo
Especial 1: BaekSoo
Especial 2 OT12
Especial 3
Especial 4: La adolescencia de un hippocampus
Proyecto Hippocampus
Proyecto Hippocampus/ Libros

CapĂ­tulo 115: Sehun

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By JoeyLu17


Tal vez mi amor no es adecuado para estos tiempos modernos.

Todos dicen que la juventud es muy corta, que deberíamos aprovecharla si aún podemos.

Pero eso no significa que no tenga el valor de decir "te amo".

(Luhan, Promises). 


—Por aquí no queda mi casa —me avisó.

—Ya lo sé. No vamos hacia tu departamento.

—¿A dónde estás llevándome?

     Se dio cuenta de a dónde cuando llegamos a la casa de mi abuela. Su expresión de estar poco convencido no era ningún secreto.

—Vamos, Lu. Será por un tiempo. Quedémonos en la cabaña al menos hasta que te recuperes por completo. ¿De verdad prefieres volver a tu departamento, donde estuviste a punto de morir? No me sentiré nada tranquilo dejándote allá.

—¿No hay problema si me quedo aquí? Después de todo, es la casa de tus padres.

—Es la casa de mi abuela y ya hablé con ella, así que no te preocupes.

     Luhan tenía vendas para ayudar a sanar sus costillas, incluso en sus muñecas; una escayola en el pie y un cabestrillo en el hombro, lo que hacía muy difícil su movilidad. Sentía dolor al sentarse, al caminar, incluso al reírse fuerte o llorar. En fin, que el pobre viejo estaba acabado. Era mi deber como joven cuidar de él, así que lo levanté en brazos para entrar a la cabaña de mi casa, a pesar de que él se quejó. Lo traté como a una novia virgen y me aseguré de ser delicado cuando lo recosté en la cama.

—Aquí hay ropa para ti —le mostré el armario. Había mandado a comprar todo lo que él podía necesitar—. Usa lo que desees, todo es tuyo.

—Esa no es mi ropa, Sehun.

—Sí lo es, la compré para ti.

—¡Pero yo tengo ropa! —se quejó.

—No quise entrar de nuevo a tu departamento. La otra tarde fui a limpiar y... la verdad, es un lugar horrible, así que me marché sin recoger nada. Si necesitas algo más, solo debes decírmelo.

—Creo que solo me resta agradecerte. Te pagaré todo esto... y el hospital. Pagaré todo en cuanto me reintegre a mi trabajo.

     Ni siquiera podía imaginarme al viejo devolviendo ese dinero. Me senté a su lado y le hablé despacio. 

—Luhan, no necesito que me pagues esto, solo quiero que estés cómodo.

—No quiero que gastes más dinero en mí, Sehun. No quiero que pienses que me aprovecho de ti. Yo debo comprar mis propias cosas. Sé que nunca serán tan lujosas como las que puedas conseguir tú, pero a mí me bastan.

Suspiré irritado.

—Sé que piensas eso por mi culpa. Dije cosas horribles antes. Luhan, no eres una persona que se acerque a mí por mi dinero, ya lo entendí. No eres un estafador, un vividor ni nada como eso. Lamento mucho haberte acusado anteriormente... Ahora, no quiero que rechaces lo que hago por ti porque estás viejo y herido, y los jóvenes somos el futuro.

—Sehun... no tengo idea de lo que estás hablando. —Apartó su mirada ofendido. Yo sonreí.

—Intento decirte que estoy cuidando de ti porque me place hacerlo. ¿No me crees? Estoy feliz de que estés a salvo, Tuxedo boy.

Él tomó mi mano y sonrió de vuelta.

—Muchas gracias, niño tonto.

     Le di un beso en su mano y luego, fui a darme una ducha para lavarme el olor a hospital que se me había pegado a la ropa. Después de un rato, escuché a Luhan y a mi abuela mantener una charla y me apresuré a salir para verlos. Ella estaba sentada a la orilla de su cama.

—¿De verdad no planeas denunciar a tu agresor? —Luhan negó con su cabeza y bajó la mirada a su regazo.

—Me lo merecía.

—Nadie tiene el derecho de herirte de ese modo, Luhan. Aun si te equivocaste, no tienen el derecho de lastimarte.

—Pero sigo sin querer denunciar, señora Oh.

—Está bien. Si en algún momento cambias de opinión, dímelo. Lo que necesites, pídemelo, yo voy a apoyarte. Si Sehun se comporta grosero contigo, dame las quejas, yo sé cómo castigarlo —Luhan me miró y yo asentí con una sonrisa traviesa.

—Sehun es muy amable conmigo, me ha cuidado todo este tiempo, ha hecho mucho por mí. No creo que exista una razón para quejarme de él.

—Eso es bueno. Entonces quédate por acá el tiempo que desees, eres bienvenido, pequeño —ella lo abrazó con cuidado y Luhan cerró los ojos, disfrutando de los brazos tibios de mi abuela.

     Le conté todo a la abu y ella se alarmó mucho al saber que los padres de Luhan ni siquiera llamaron al hospital para saber de él. Me dijo que lo iba a adoptar y que pagaría todos los gastos que se presentaran; aunque no era necesario, los había pagado yo con parte del dinero que hice sustituyendo a mi padre, y el viejo... pues, el viejo era mayor de edad. Sin embargo, fue muy útil que abu me dejara llevarlo a casa porque en ese lugar teníamos un oficial de seguridad privada en la entrada y no me iba a preocupar por que el loco de D.O. llegara a rematarlo.

     Después de que abuela nos dejó solos, comimos un poco y le di la medicina; esa cosa lo hacía dormir casi inmediatamente. Me acosté a su lado solo para verlo descansar, hasta que acabé dormido yo también y desperté muy temprano bajo la luz de su mirada.

—Buenos días —susurró con sus ojillos hinchados de sueño.

—Qué bonito te ves.

     Él sacudió la cabeza como si no me creyera y a miles de costos, se fue a dar una ducha. Yo no pude evadir más la responsabilidad con la empresa y tuve que dejarlo solo para ir a trabajar en la oficina. Me encargué de llamar a mi casa para pedirle a la cocinera que le preparara comida a Luhan y le llevara frutas, cereales y té a lo largo del día. Estaba muy pendiente de sus necesidades, apenas podía concentrarme en ese gordo con corbata que intentaba negociar conmigo mientras en mi mente, Luhan con pijamas se aburría en la cabaña. ¿Y si se ponía triste estando solo? ¡Maldito empleo de mierda! Necesitaba estar con mi viejo. Volví rápido y lo encontré jugando naipes con la abu. Por supuesto, ella le había ganado cada partida; era como jugar cartas con el mismo demonio. Pobre Lu.

     Por la noche, hablamos un poco sobre cómo se sentía. Le repetí que yo estaba mejor con él ahí, necesitaba que le quedara muy claro que no era una cuestión de dinero porque en el pasado lo acusé muchas veces de manera injusta. Esta vez, le pedí permiso para dormir a su lado.

—Puedo dormir en el sofá de afuera —me dijo—. No quiero incomodarte.

—Nunca me ha sido incómodo dormir contigo, lo sugerí en caso de que necesites algo por la noche. —Obviamente, era una mentira. Lo único que quería era verlo dormir como angelito.

—Oh, en ese caso, está bien. Durmamos juntos otra vez —aceptó con timidez.

     ¿Por qué de repente era tan tímido? Justo así lo conocí, pero antes yo lo presionaba y acosaba sin piedad. No quería hacer las cosas igual esta vez aunque me era difícil porque soy un impaciente.

     A alguna hora de la noche, cuando la oscuridad era tan profunda que no podíamos ver nada incluso si abríamos mucho los ojos, desperté porque lo escuché quejándose en medio de una pesadilla. Lo moví levemente y capté la diferencia en el ritmo de su respiración que indicaba que se había despertado, pero no hizo ningún ruido ni yo tampoco. Estábamos tan próximos el uno del otro que luchar contra el deseo de abrazarlo era una tortura. Me deslicé más cerca de su cabeza y adivinando en medio de la oscuridad, besé su mejilla. Él dejó de respirar, pude escucharlo. El silencio era tal que cuando volví a acercarme capté el ruido de mi roce con las sábanas. Volví a besar su mejilla, pero esta vez no me separé tan rápido. Entonces el corazón de Luhan empezó a bombear tan fuerte que fui capaz de oírlo. Dejé un par de diminutos besos más cerca de su oreja y él giró un poco su rostro. Sentí una deliciosa tibieza que subía y bajaba desde mi pecho a mis genitales. Despacio, subí mi mano por su pecho, sin ejercer presión. La dejé descasar en su quijada, la que acaricié con delicadeza. Él tragó con dificultad, pero no se alejó. En medio de la noche nos acercamos un poco más y nos besamos en la boca. Luego, apoyamos nuestras frentes y dormí después de que lo hice dormir a él con caricias en su cabello.

—No quiero ir a trabajar —me quejé por la mañana cuando abrí mis ojos y lo encontré mirándome.

—Los jóvenes deben trabajar —sonrió.

     Hice un puchero y me levanté a regañadientes. Antes de marcharme, repasé lo que ya era una rutina: decirle mi número, el número de la oficina, el número de la cocinera y asegurarle que me apresuraría en volver, pero esta vez, robé un pequeño beso de sus labios.

     En la oficina, fue otro infierno: papá me retó por distraerme como si yo fuera un niño de parvulario. Como venganza me fui más temprano de su circo. Pasé al centro comercial para realizar algunas compras y cuando volví a casa, aliviado, dejé caer mi maletín sobre el asiento, me quité el saco y solté mi corbata frente a Luhan, quien desde la cama observaba todos mis movimientos. Para mí quitarme esas cosas de encima era como transmutar. Técnicamente, él presenciaba mi conversión de ejecutivo a motero. Bueno, esa tarde no fui tanto un motero como un novio común.

—Estaba deseando volver a casa para hacer esto —dije antes de trepar con cuidado por la cama y darle un beso en la boca.

—Sehun —exclamó sorprendido. No iba a darle tiempo de meditar las cosas y que me corriera a patadas.

—¡Traje algo para ti! —cambié de tema y fui por mis compras— Ábrelo, vamos.

—Te dije que no me compres más cosas, no las necesito.

—Ya sé que no, pero quiero darte un regalo. ¿Eso está mal? ¿No puedo darte nada?

—Ya me has dado mucho.

—Ropa, cosas que son necesarias... esto es solo algo para verte sonreír, así que no hagas que se desperdicie mi dinero. Sonríe para que valga la pena.

—Creo que estás un poco loco.

—Tal vez —sonreí. Cuando él abrió la bolsa, el primero en salir, por supuesto, fue Reno. El peluche de un venado bastante cursi.

—¡¡Sehun!! —rio. Miren eso, sí rio, mi dinero valió la pena— ¡¡Me trajiste un peluche!!

—Confieso que no iba por eso, pero lo vi desde el aparador y es... es igualito a ti. No pude dejarlo ahí abandonado... tenía que adoptarlo.

—Es tan lindo.

—Narcisista.

—¡Tonto! —me golpeó la cabeza con Reno.

—Hay algo más en la bolsa... —sacó el par de entradas para la ópera china que se presentaba esa noche en el Teatro Nacional— ¿Qué dices? ¿Quieres ir?

—¿Ópera china?

—Verás —me acomodé a su lado—, sé que crees que soy un tonto y no puedo culparte —me encogí de hombros—, me he comportado como tal cuando se trata de ti. Pero la verdad es que... sorpréndete: no soy un tonto —confesé—. Lo sé, lo sé, es increíble, no entres en shock.

—Sehun... —rio de nuevo, sosteniendo su adolorida costilla.

—Espera... —lo callé con un gesto travieso de mis dedos frente a su rostro— Quiero decirte algo importante, Luhan. Sé que crees que mereces lo que D.O. te hizo, y he llegado a preguntarme si crees que mereces el modo en que yo te traté o que Kris se aprovechara de ti, incluso esos tipos idiotas con los que tuviste la mala suerte de encontrarte en el pasado. No eres perfecto, Tuxedo boy, has cometido errores, pero aun así, eres mejor que todas las personas que he conocido. No mereces nada de esas cosas horribles, mucho menos el desprecio de tus padres... Quisiera hacerte una limpieza en el cerebro para que lo entiendas de una vez por todas —vi cómo sus ojos se volvieron más brillantes, señal de que iba a empezar a llorar en cualquier momento. Después de su hospitalización, había estado más sensible que nunca—. También sé que durante mucho tiempo te has sentido dividido, no crees que seas un buen amigo, un buen hijo, un buen chino... ¿no es así?

Él asintió —Es solo que... nunca he sabido cuál es mi lugar, a dónde pertenezco... No lo sé.

—Eres mejor hijo que yo, eres un buen amigo, perdonaste a D.O. y sé que en parte lo hiciste debido a tu cariño por Baekhyun —suspiré porque me enojaba recordar eso—. Quisiera que reconozcas un poco tus raíces chinas y que te des cuenta de dónde vienes, pero que tengas presente que ahora estás conmigo. Eres un buen chino que vive aquí, pero siempre habrá cosas de tu cultura que puedes retomar, empezando por esta noche. ¿Quieres ir a la ópera china, Luhan?

El viejo asintió mientras una lágrima empapaba sus enormes pestañas.

—Pero... no sé si pueda lograrlo, apenas consigo moverme.

     Después de dos horas, estábamos sentados viendo el espectáculo: Luhan en medio del pasillo en una silla de ruedas, ataviado con un traje elegante, sus miles de vendajes y una bufanda alrededor de su cuello, ocultando las cicatrices de la cuerda que casi lo mata; yo desde el asiento a su lado, me maravillaba más con los ojos sorprendidos del viejo que con los colores y sonidos del espectáculo. Luhan era mi obra de arte. Cuando la función acabó, le dije al chofer que nos llevara al restaurante chino en el que mi asistente hizo reservaciones.

—Has vuelto a ser Tuxedo boy con ese traje —me burlé mientras comíamos Dim-sum.

—En cambio, en ti no hay restos del motero que conocí. Eres más como un muñeco de pastel de bodas —sonrió antes de estirar la mano y limpiar la comisura de mi labio. Entonces, lo atrapé y besé sus dedos. No iba a desperdiciar ni una sola oportunidad, aun si reaccionaba avergonzado como en ese momento.

—He besado más que tus dedos, no veo por qué debas sonrojarte.

—Eso fue hace mucho tiempo.

—¿Hace tanto? No lo he olvidado. ¿Tú sí?

—¿Yo? —abrió grandes sus ojos de ciervo— Yo... quiero agradecerte por todo lo que has hecho por mí: la ópera, la comida... Es maravilloso, Sehun, es lo más hermoso que alguien me ha obsequiado. Tienes razón, ahora me siento... ¿orgulloso? Sí. Siento una clase de orgullo por haber nacido en China y a la vez, estoy agradecido de este país en el que te he conocido, de la tierra a la que perteneces.

     ¿Lo ven? Oh Sehun, o sea, yo, no solo puedo ser un tipo rudo, también soy muy romántico. Sin duda, Luhan tenía suerte de tenerme a sus pies.

     Obviamente, al llegar a casa, me lo comí a besos. Le ayudé a quitarse la ropa porque, ya saben, el pobre con su hombro dolorido y su pie malito... Yo solo estaba siendo amable.

—Sehun... —me dijo con sus labios rojos— te quiero. Nunca he dejado de hacerlo, a pesar de lo mucho que lo he intentado. La tarde en la que Kyungsoo me atacó, llegaste a mi mente... Deseé con tantas fuerzas ver tu rostro por última vez... oír tu voz... Gracias por salvar mi vida.

     Besé la lágrima que salió de sus ojos y me forcé a no llorar porque de verdad sus palabras me conmovieron.

—Acepta ser mi novio y nunca más te apartes de mi lado. No seré infiel ni desconfiaré de ti jamás, lo juro.

—Yo acepto —asintió acariciando mi cabello— y nunca más guardaré secretos para ti, también lo juro.

     Le estaba dando pequeños besos en cada moretón. Luhan era tan blanco que las marcas en su piel tardaban en irse. Necesitaba que cada espacio de su cuerpo que fue mal tratado recibiera afecto. No estoy siendo presuntuoso aquí, yo realmente deseaba que él se sintiera amado y que me diera su amor de vuelta.

     No podía moverse demasiado y yo no debía ejercer mucho peso sobre él, así que subí sobre su cuerpo con sumo cuidado y me dediqué a amar sus curvas y olores. Los valles del cuerpo de la persona que más he amado, del hombre que no conseguí sacarme de la cabeza desde aquella noche en que lo vi presenciando mi espectáculo en el bar de moteros. Lo sentí temblar y lo escuché jadear con mis roces. Lamí su ombligo y lo mordí con poco. Levanté mi vista para observarlo y sonreí ante mi propia travesura. Jugué paseando mi nariz por su bajo abdomen y dejando que se cayeran algunos besos húmedos sobre él.

—Eres la persona más hermosa que he visto, Luhan —subí hasta su rostro y rodeé su pene con mi mano para empezar a masturbarlo—. De ahora en adelante, yo voy a cuidar de ti. No apartes tu vista de mí, seré lo único que necesites.

     Y con ello, volví para atormentar su cuerpo con mi lengua. Cuando estuvo listo, separé más sus piernas con delicadeza y me ayudé de mi mano para posicionar mi pene en su entrada, a la que accedí con una lentitud aturdidora, dejándolo acostumbrarse a mi tamaño sin que sintiera dolor ni por un mínimo instante. Cuando conseguí entrar por completo, me acosté sobre él, sosteniendo mi peso por mí mismo, acomodé mi boca en su cuello y empecé a endulzar sus oídos con palabras sinceras.

—Para mí eres más valioso que cualquiera de mis posesiones. Eres lo único que no podría faltarme. Llegué a temer morir contigo aquella noche, Tuxedo boy... Te amo, Lu.

     Después de sentirlo tirar de mi cabello y aferrarse a mí, una sensual humedad empapó mi vientre y supe que él había acabado, así que me uní a su ritmo y tuve mi propio orgasmo, no para acabar la noche, ya que continuamos despiertos, dándonos mimos como dos recién casados.

Continuará...


Fanart DonnaLily 

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