Proyecto Haema [Fanfiction EX...

By JoeyLu17

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Kyungsoo tiene muchos planes, por ejemplo, asesinar a un hombre o a dos o a tres... Kyungsoo tiene un solo su... More

Introducción: G-6
Capítulo 1: Jongin
Capítulo 2: LuHan
Capítulo 3: Sehun
Capítulo 4: Kyungsoo
Capítulo 5: Jongin
Capítulo 6: Baekhyun
Capítulo 7: Baekhyun
Capítulo 8: Kyungsoo
Capítulo 9: Baekhyun
Capítulo 10: Luhan
Capítulo 11: Yì Xìng
Capítulo 12: Yì Xìng.
Capítulo 13: Sehun.
Capítulo 14: Jongin
Capítulo 15: Kyungsoo
Capítulo 16: Chanyeol
Capítulo 17: Chanyeol
Capítulo 18: Jongin
Capítulo 19: Kyungsoo
Capítulo 20: Luhan
Capítulo 21: Jongin
Capítulo 22: Xiumin
Capítulo 23: Kyungsoo
Capítulo 24: Baekhyun
Capítulo 25: Kyungsoo
Capítulo 26: Chanyeol
Capítulo 27: Kyungsoo
Capítulo 28: Sehun
Capítulo 29: Jongin
Capítulo 30: Baekhyun
Capítulo 31: Jongin
Capítulo 32: Kyungsoo
Capítulo 33: Baekhyun
Capítulo 34: Jongin
Capítulo 35: Sehun
Capítulo 36: Luhan
Capítulo 37: Jongin
Capítulo 38: Chanyeol
Capítulo 39: Kyungsoo
Capítulo 40: Baekhyun
Capítulo 41: Luhan
Capítulo 42: Chanyeol
Capítulo 43: Jongin
Capítulo 44: Baekhyun
Capítulo 45: Kyungsoo
Capítulo 46: Kyungsoo
Capítulo 47: Chanyeol
Capítulo 48: Luhan
Capítulo 49: Sehun
Capítulo 50: Kyungsoo
Capítulo 51: Kyungsoo
Capítulo 52: Kris
Capítulo 53: Xiumin
Capítulo 54: Yìxīng
Capítulo 55: KaiSoo
Capítulo 56: Chanyeol
Capítulo 57: Baekhyun
Capítulo 58: Kyungsoo
Capítulo 59: Jongin
Capítulo 60: Jongdae
Capítulo 61: Chanyeol
Capítulo 62: Sehun
Capítulo 63: Joonmyeon
Capítulo 64: Joonmyeon
Capítulo 65: Xiumin
Capítulo 66: Jongdae
Capítulo 67: Joonmyeon
Capítulo 68: Jongin
Capítulo 69: Kyungsoo
Capítulo 70: Luhan
Capítulo 71: Xiumin
Capítulo 72: Baekhyun
Capítulo 74: Joy
Capítulo 75: Joy
Capítulo 76: Chanyeol
Capítulo 77: Joonmyeon
Capítulo 78: Joonmyeon
Capítulo 79: Jongin
Capítulo 80: Baekhyun
Capítulo 81: ChanBaek
Capítulo 82: Kyungsoo
Cosas de Hippocampus
Capítulo 83: Baekhyun
Capítulo 84: Kris
Capítulo 85: Luhan
Capítulo 86: Jongdae
Capítulo 87: Luhan
Capítulo 88: Chanyeol
Capítulo 89: Chanyeol
Capítulo 90: Chanyeol
Capítulo 91: Kyungsoo
Capítulo 92: Chanyeol
Capítulo 93: Baekhyun
Capítulo 94: Jongin
Capítulo 95: Kyungsoo
Capítulo 96: Kyungsoo
Capítulo 97: Xiumin
Capítulo 98: Kyungsoo
Capítulo 99: Chanyeol
Especial- Curiosidades y datos de Proyecto Haema
Capítulo 100: Kyungsoo
Capítulo 101: HunHan
Capítulo 102: Baekhyun
Capítulo 103: Chanyeol
Capítulo 104: Kyungsoo
Capítulo 105: Jongin
Capítulo 106: Jongin
Capítulo 107: Baekhyun
Capítulo 108: Kyungsoo
Capítulo 109: Jongin
Capítulo 110: Kyungsoo
Capítulo 111: Luhan
Capítulo 112: Sehun
Capítulo 113: Kyungsoo
Capítulo 114: Baekhyun
Capítulo 115: Sehun
Capítulo 116: Tao
Capítulo 117: Kyungsoo
Capítulo 118: Taemin
Capítulo 119: Kris
Capítulo 120: Jongin
Capítulo 121: Kyungsoo
Capítulo 122: HunHan
Capítulo 123: Chanyeol
Capítulo 124: Kyungsoo
Capítulo 125: Sehun
Capítulo 126: Kyungsoo
Capítulo 127: Jongdae
Capítulo 128: Tao
Capítulo 129: Kyungsoo
Capítulo especial
Capítulo 130: Kris
Capítulo 131: Jongin
Capítulo 132: Jongin
Capítulo 133: Kyungsoo -Final.
Epílogo
Especial 1: BaekSoo
Especial 2 OT12
Especial 3
Especial 4: La adolescencia de un hippocampus
Proyecto Hippocampus
Proyecto Hippocampus/ Libros

Capítulo 73: YìXìng

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By JoeyLu17

Desearía que estuvieras aquí conmigo

caminando por la playa de Hawai,

jugando en la arena de oro.

Mirando el mar ahora entiendo.

El amor es como el mar abierto

y me gustaría que estuvieras aquí conmigo

en la playa en Hawai.

 (Ziggy marley, Beach in Hawái).


  Caminaba descalzo, mis pies se quemaron con la caliente y blanca arena de la playa. Desde que llegué a Hawái un par de sensuales mujeres se me insinuaron, pero las he rechacé sutilmente. Quería estar solo, por lo que buscaba las áreas menos frecuentadas.

     Llegué al espacio menos visitado de la playa más cercana a mi hotel. Conforme pasan las horas, las personas se retiraban con sus familias, amigos y parejas, y así quedé sentado, en compañía de una hermosa puesta de sol que lo tiñó todo en varios tonos de rojo y naranja. Con mi dedo índice escribí en chino el nombre de Minseok en la arena y luego me sacudí las manos en mi pantaloneta. Hawái era hermoso como un paraíso, pero por más que buscaba en él, no encontraba mi paz.

     Mi cabello había crecido y cuando el viento soplaba más fuerte, metía hebras en mis ojos que tenía que apartar con mis dedos llenos de arena. Hacía un tiempo no me rasuraba y empecé a tener una pequeña y dispareja barba.

     No me gustaba mucho el reggae, pero era lo que más se escuchaba por esos lugares y una canción de Ziggi Marley no se me salía de la cabeza porque describía mi sentimientos respecto a Xiumin. Pensaba en lo mucho que me gustaría volver por él y de algún modo retomar nuestra relación, pero le hice algo muy malo y no tenía cara para pedirle perdón. No tenía el derecho de regresar ahí. Lo arruiné para siempre y me sentía muy triste.

     No triste como las veces que cancelé mis bodas, perder a Xiumin me hacía sentir vacío y sin ganas de volver a buscar el amor en otro sitio. Era un dolor profundo y punzante que me transportaba al infierno. Sabía que no voy a morir sin él, que el mundo continuaba; pero, ¡cielos!, el mundo no era un lugar hermoso sin Minseok. Ni siquiera ese perfecto atardecer de Hawái. Me encontré deseando que Min estuviera conmigo, como en la letra de esa canción del hombre rasta, entonces todo parecería mejor.

     El sol casi terminaba de ocultarse cuando la sombra de una persona se dibujó cada vez más cerca de mí. Al levantar la mirada, no lo vi realmente porque la luz del atardecer me lo impedía, pero escuché cuando su voz llamó mi nombre y creí que me estaba volviendo loco, porque ese tipo frente a mí no podía ser...

—¿Minseok? —pregunté con una mano en mi frente para proteger mis ojos de la luz.

     Cuando dio unos pasos más cerca, al fin reconocí su rostro y mis ojos se abrierpn con asombro. Estaba frente a mí con una pantaloneta y una camisilla de tirantes similar a la mía.

—He venido a llevarte conmigo, grandísimo tonto.

     Sin pensarlo, me levanté a abrazarlo. Lo rodeé con fuerza intentando probar que él era real y no producto del puro de la hierba que me había fumado hacía unas horas.

—¡No puedo creer que estés aquí! ¿Cómo es posible?

—Luhan me dio tus datos.

—¿Luhan? —me separé para verlo a la cara— ¿Acaso tú? —por un momento temí que lo hubiera torturado o algo.

—Él habló conmigo, eso es todo —respondió rodando los ojos—. Me visitó cuando supo que te estaba buscando hasta por debajo de las piedras.

—¿A mí? ¿Por qué?

—¡Porque te extraño! —chilló— Sé que soy un novio horrible y que he cometido muchos errores contigo, pero, Yì Xìng, de verdad te amo y no quiero que me hagas esta mierda. Quiero que me ames también, que prometas que no volverás a besar a nadie más y que me escuches prometer que confiaré en ti y entonces volvamos a casa.

     Dios santo, Minseok había empezado a llorar y mi pequeño diablillo no lloraba por nada.

—Te prometo que no volveré a besar a nadie —dije tomando su rostro húmedo entre mis manos.

—Te prometo que no dudaré más de ti y que seré más cariñoso.

—Aceptaré lo que quieras darme porque eres la única persona que no soportaría perder, Xiu. Estaba volviéndome loco aquí.

—Cometí muchos errores, lo lamento tanto.

—¡No! Soy yo quien lo lamenta, Min. Perdóname.

—Te amo.

—Te amo —dije antes de besarlo. Fue tan romántico. La reconciliación perfecta. Mientras el sol terminaba de esconderse, nosotros nos besábamos frente al mar y sus arrulladores sonidos.

—¡Tienes barba! —me reclamó con la piel enrojecida alrededor de su boca. Lo había lastimado con el beso.

—Me la quitaré por la mañana —dije antes de besarlo otra vez.

—Yì Xìng... ¿Hawái? ¿En serio?

—Había una oferta en el tiquete de avión, así que...

—Estabas huyendo de mí con todas tus fuerzas, eh —reclamó con un puchero.

—Estaba pensando en cómo volver contigo, pero soy un pendejo. Te lo dije cuando nos conocimos, ¿recuerdas? No se me ocurrió ni una sola idea para convencerte de que me perdonaras y que me dejaras volver.

—Te amo. Solo debías recordarme eso.

—¿De verdad me amas?

—¿No me ves? He volado durante horas para alcanzar al tipo que me fue infiel con mi amigo... No haría eso si no estuviera jodidamente perdido por ti. Te amo, mi chino loco y torpe.

—¡Diooos! Amo ser tu chino loco y torpe —gruñí en su boca antes de morder un poco su delgado y delicioso labio.

—Si vuelves a intentar alejarte de mí, voy a amarrarte a la cama, te lo juro.

—Amárrame, sí —jadeé. Xiumin me apretó el trasero acercándome a él y seguimos besándonos hasta que nuestras erecciones empezaron a frotarse.

—Mmm, Lay, quiero presumirle a Sehun que me follaste muy, muy duro en Hawái.

—Te extrañé tanto —susurré en su cuello.

—Y yo a ti... y a ti —me tocó el paquete. No lo sé. Primero estaba a punto de llorar pensando en Xiumin y minutos después estábamos excitadísimos en plena playa, manoseándonos al aire libre. Así es todo entre los dos. Así nos conocimos y así seremos siempre: espontáneos, locos, apasionados.

     Lo subí a mi cadera mientras lo restregaba más en mi miembro. Minseok me revolcaba el cabello, mordía mi boca, me metía toda su lengua y jadeaba. Nunca había tenido tantas ganas de tener sexo con él. Sentía el impulso de bajarle la pantaloneta y penetrarlo ahí mismo, pero volteé un poco y habían unos turistas más allá, mirándonos con cara de desaprobación.

—Este lugar es un poco concurrido, deberíamos movernos de aquí —le dije.

—¡Ay, no! Te necesito ya —chilló—. Ni siquiera necesito que me prepares, ya estoy húmedo y abierto para ti.

     Eso me dijo. Si yo hubiera sido un maíz, en ese instante me hubiera esponjado en pop corn regado con mantequilla. Me puso más caliente que el sol de Hawái.

     Lo bajé de nuevo para dejar mis manos libres, de modo que pude meter una dentro de sus pantalones y deslizar un dedo entre sus glúteos. Xiumin se arqueó hacía mí y le metí un dedo.

—¡Aaaaah! —gimió en voz alta, descaradamente.

—Estás apretado.

—¡Más! Penétrame más —ronroneó con urgencia. Saqué y volví a meter el dedo que él apresó con sus músculos anales— No quiero que lo vuelvas a sacar.

     Cuando lo miré a la cara, me regaló una sonrisa perversa y levantó una ceja, dándole un brillo especial a sus ojos de gato.

—Debes dejarme sacarlo si quieres que meta mi pene ahí dentro.

     Solo así me liberó el dedo, pero se resbaló por mi cuello mientras me insistía con voz débil.

—No tardes... Te necesito ahora mismo.

     El hotel no estaba lejos, eran unos cuantos metros hacia atrás, así que arrastramos nuestros pies de regreso, sin dejar de manosearnos ante la vista de cualquiera. Sé que no estaba bien, pero por más que intentaba detenernos un momento, me era imposible. Estábamos bastante urgidos uno del otro.

     El tipo de la recepción me miró bastante mal cuando nos observó entrar sin camiseta y con parte de mi trasero sobresaliendo porque Xiumin insistía en manosearme las nalgas, casi dejándome sin ropa. Creo que botamos la maceta con una pequeña palmera cuando chocamos contra la pared, pero no perdí tiempo en cerciorarme porque Minseok también me metió un dedo en el ano.

—¡Argh! ¿Qué haces, bebé?

—Si no me follas, te follaré yo a ti, Lay. ¡ESTÁS TARDANDO TANTO!

—¡Mi habitación está en el segundo piso, Min! —No podía volar, créanme. De haber podido, lo hubiera hecho. Hubiera volado muy alto y me lo hubiera jodido en el aire.

—¡Fóllame ya! —Se puso de espaldas a la pared. Xiumin estaba loco. ¡Mi cielo!, ¿cómo estuve a punto de perder a una delicia de estas? ¡No había dos como este desquiciado! Lo empujé dentro del ascensor y empecé a embestir a través de su ropa. Él jadeaba pidiéndome que le diera más duro.

—¡No pueden hacer esto aquí! —Volteamos para descubrir al tipo encargado de apretar los botones— Es prohibido.

—No estamos haciendo nada —respondió Xiumin con voz ronca.

—Están teniendo sexo —insistió el empleado.

—No, no lo estamos y por eso estoy frustrado —le explicó mi novio con una contenida calma producto de su irritación.

     Por suerte, la puerta volvió a abrirse y salimos entre risas. Volvimos a besarnos y a apoyarnos contra la pared incluso antes de que la puerta volviera a cerrarse. Creo que el tipo del ascensor nos dio una última advertencia, pero no presté atención porque Xiumin estaba jadeando en mi oreja. Se volvió un poco loco todo eso cuando se empezó a frotar más duro contra mi pene y a jadear sin reparo. Hace tiempo no teníamos sexo y verlo así me hizo perder la cabeza. Fue perfecto, nunca olvidaré ni un solo detalle de esa noche. Ni uno solo, ¡nunca!

     Ambos eyaculamos en medio pasillo. Yo lo hice primero, ¿o fue él? Esperen... Lo olvidé... No, creo que fui yo. ¡Ah, sí! Porque le dije: «Estoy a punto de acabaaaar», con la intención de que se detuviera, pero entonces él respondió, «Acaba, mi amor. Me encargaré de que en quince minutos estés acabando otra vez». Y eyaculé en mis calzoncillos. Por eso les digo que no olvidaré ni un detalle, ¡no, señor!

     No recuerdo qué pasó luego, pero creo que se quitó la pantaloneta antes de que llegáramos a la puerta de la habitación. Alguien debió haberla tomado porque nunca más volvimos a ver esa prenda. Y se quitó los bóxers en la entrada. Entonces al fin estuvimos en privado y él se me subió encima y yo lo hice rebotar en el colchón para caerme mientras me quitaba lo que me quedaba de ropa.

—¡No te caigas, Lay! —me reclamó enojadísimo porque no me apresuraba. Me había golpeado el empeine, pero no tuve tiempo para acaríciame porque Xiumin me necesitaba. Cuando llegué a la cama, estaba flácido porque hacía unos minutos había eyaculado.

—¡AY, NO INVENTES! —me gritó.

—¡Tú dijiste que podía eyacular!

—¡Pero creí que en quince minutos te repondrías!

—¡No han pasado ni cinco!

—¿De verdad? Siento que han pasado años.

Reímos.

—Oh, pobre de mi Xiuminie... —dije con voz ronca cuando observé su pene duro y necesitado. Empecé a acariciarlo con mis manos y él abrió las piernas, lanzó su cabeza hacia atrás y jadeó— Casi hemos follado en la recepción del hotel.

—Ahora estamos en privado y aún no lo hacemos.

     Entonces incliné mi cabeza y metí mi lengua en su ano, arrancándole un grito de placer. Me lo follé de ese modo durante un tiempo mientras lo masturbaba y así tuvo su orgasmo, que llenó de semen parte de su estómago y mi mano. Lo tomé con mis dedos y se lo metí en el ano, como lubricante, aunque ya mi saliva había hecho todo el trabajo. Mi pene había despertado. Me coloqué en medio de sus piernas y lo penetré de una buena vez, con una sola estocada hasta el fondo. Minseok gritó, tembló y chilló. Empecé a moverme sin darle tiempo a que me lo pidiera. Lo sujeté de las piernas para impulsarme una y otra y otra vez mientras jadeaba. Era un escándalo ahí, estoy seguro de que nos oía todo el piso. No solo nuestros gemidos, sino también el sonido de mis testículos chocando en sus nalgas. No lo sé, puede que esté sobredimensionando, pero parecía un sonido bastante notable en ese momento... Xiumin se retorcía mientras revolvía su propio cabello, perdido en el placer. Era caliente como el Infierno el verlo de esa manera.

     Cuando me cansé, salí de él y me incliné para lamer su miembro mientras lo penetraba analmente con dos dedos para que él no tuviera descanso. Luego, tiré de sus brazos para incorporarlo, nos pusimos de rodillas y empujé su pecho contra la pared para tirármelo también de espaldas. Fue tan intenso que llenó la pared de saliva y del semen que tenía en su estómago. Después de un rato, él quiso cambiar para tener el control. Me senté a la orilla de la cama y él en mi regazo, pero con su espalda en mi pecho. Sus pies en el piso fueron el apoyo para que brincara una y otra vez en mi pene. Yo lo sujetaba desde la cintura y con mi mano libre le acariciaba la espalda, tiraba de su cabello o lo masturbaba. Luego, él se inclinó hacia el frente y me dio una estupenda vista de cómo me enterraba una y otra vez. Me volví puro instinto animal con aquella visión tan sucia y deliciosa. Y en un momento caímos porque me fui sobre él con mis últimas fuerzas, empujando con todo mi ser hasta que ambos tuvimos un orgasmo bastante intenso que nos dejó convertidos en masas de piel sudadas y temblorosas, sucios en el piso. Aun así, me mantuve besando su espalda y pasándole mi lengua hasta que Xiumin me preguntó: «¿Quiénes son ellas?» Y vi a un par de chicas observándonos desde la puerta.

—¿Qué hacen en nuestra habitación?

—¡Es mi habitación! —reclamé levantando la cabeza.

—503. Es nuestra habitación —insistió una de las chicas.

—Sí, pero esta es la 506 —aseguré. Luego, una de ellas señaló el enorme número en la puerta: 503.

     Xiumin se levantó para recoger la ropa, pero en cuando se apoyó sobre sus pies, se cayó; creo que había sido demasiado sexo. Al final, nos echaron. Me encontré desnudo en el pasillo, cargando a mi novio desnudo mientras alguna prenda de ropa –creo que era mi camiseta- colgaba de mi cabeza.

¡Esas chicas hawaianas sí que tenían mal humor!

     Aún tenía pagadas cuatro noches más en ese hotel, así que nos quedamos ahí, pero no follamos más en los pasillos: lo hicimos en la playa, en la piscina del hotel y en los sanitarios de dos bares distintos. La última noche, estábamos desnudos en el balcón, mirando hacia el mar.

—Hay algo que no te he dicho... —me dijo mi precioso bebé. ¡Dios! Estaba más enamorado que nunca. Yo era pura dopamina.

—¿Qué cosa? —pregunté acabando de liar el pitillo de hierba.

—Todo ese dinero de la cuenta que tenemos a mi nombre...

—¿Lo has gastado? No me importa... Ahorraremos luego. Ya tuvimos nuestras vacaciones— le ofrecí el puro y él lo encendió.

—No es eso —luego tomó una pausa para dar la primera calada. Cerró los ojos, reteniéndolo por un minuto y después soltó poco a poco el humillo blanco.

—¿Entonces?

—La estaba guardando para proponerte algo que no tenía nada que ver con las vacaciones... Te lo diré ahora que el puro me va a relajar, porque la verdad es que siento ansiedad de revelarte esto.

—Oh... dímelo ahora —intenté tomar el puro, pero él no me dejó.

—Aún no. Luego olvidarás lo que voy a decirte. Te conozco, hombre de una sola neurona.

     Reí porque era cierto que tendía a olvidar las cosas que pasaban cuando fumaba demasiado, por eso lo había dejado, pero estábamos de vacaciones, así que no seguía reglas.

—Bien, dímelo.

—Yo quería proponerte que adoptáramos a un bebé... Oh, no es necesario que pongas esa cara, Lay. Sé que lo más probable es que me digas que no porque no soportas el compromiso, pero, bueno, yo pensé «ya que no habrá boda, ¿por qué no un bebé?», porque ya sabes que mi familia es pequeña; sentí que sería lindo alargarlo... pero supongo que no lo pensé bien. Solo quería decírtelo, pero ya no hablaremos más de esto, ¿está bien? —palmeó mi rostro con cariño— No te preocupes.

—¡Hagámoslo!

—¿Qué?

—¡Hasta D.O. tiene un bebé! ¡No deben ser tan difíciles! ¡Tengamos un hijo, tú y yo!

—¡NO INVENTES!¿DE VERDAD?

—¡DE VERDAD!

—¿Lo dices porque estás drogado?

—Aún no me he drogado —aseguré porque estaba seguro de que era cierto y Xiumin me besó muy feliz, sabía a hierba y a humo—. Ayer, cuando fuiste al baño en aquel restaurante, compré algo para ti. Creo que es el momento indicado para dártelo.

     Me levanté y fui por mi obsequio.

—Es por eso que estabas sonriendo sospechosamente cuando volví. ¡Sabía que estabas tramando algo! Eres pésimo escondiendo cosas, Yì Xìng.

     Volví a su lado, animado como un niño, y le mostré la bolsita de tela café, pero no se la entregué; quería darle los obsequios yo mismo. Primero, saqué una pulsera de conchas que hacía juego con la que yo llevaba en mi pie y la coloqué en su mano. Y después, un par de anillos de un material llamado carey.

—Quiero casarme contigo, Kim Minseok —dije poniéndoselo en el dedo— ¿Aceptas ser mi esposo?

—Creo que ya me drogué muy duro, Yì Xìng... Debo estar alucinando.

     Me reí antes de arrebatarle el puro y empezar a fumar yo. También me había puesto mi anillo.

—No huiré de ti, cásate conmigo.

—Claro, será emocionante verte intentándolo.

—Lo haré bien, te lo prometo.

—Cerraré bien las puertas del salón.

—Lamento no haber comprado un anillo más apropiado —me disculpé—; gasté todo mi dinero en este viaje... Luego te daré uno mejor, uno que tenga un enorme zafiro azul, las piedras de la verdad y la fidelidad o algo así leí en una historia.

     Xiumin se rio de la nada y yo reí porque él reía muy lindo, pero el rio más y entonces yo también y nos agarró muy mal la droga porque reímos hasta que nos dolió el estómago. Cuando se nos pasó el efecto, nos acurrucamos a ver la manera en que los delfines brincaban en el mar... Todo fue tan romántico.

Aunque tal vez no se nos había pasado nada porque era de noche, el mar estaba un poco lejos y no había delfines en esa zona... Todo fue tan pero tan romántico.

Tuanis...

Notas: Los anillos de carey están hechos de tortuga, no los compren, no sean como Lay. No usen drogas, no sean como ellos. El uso prolongado de la marihuana mata neuronas.

La música de este capítulo es super cool. A qué no sabían que soy medio rasta *mi vida después de kpop* cha cha cha chaaaan -a nadie le importa- Ok.

Deje su beso para la beta Ameko: ___.

Tuanis significa buena vibra, algo así, en idioma tico *clases de tico, aquí: __*

Narrador nuevo pa' la próxima: ¿Tao o Joy? Es muy obvio, ¿verdad?

"Ohjana significa familia".
Aloha  

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