Proyecto Haema [Fanfiction EX...

By JoeyLu17

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Kyungsoo tiene muchos planes, por ejemplo, asesinar a un hombre o a dos o a tres... Kyungsoo tiene un solo su... More

IntroducciĆ³n: G-6
CapĆ­tulo 1: Jongin
CapĆ­tulo 2: LuHan
CapĆ­tulo 3: Sehun
CapĆ­tulo 4: Kyungsoo
CapĆ­tulo 5: Jongin
CapĆ­tulo 6: Baekhyun
CapĆ­tulo 7: Baekhyun
CapĆ­tulo 8: Kyungsoo
CapĆ­tulo 9: Baekhyun
CapĆ­tulo 10: Luhan
Capƭtulo 11: YƬ XƬng
Capƭtulo 12: YƬ XƬng.
CapĆ­tulo 13: Sehun.
CapĆ­tulo 14: Jongin
CapĆ­tulo 15: Kyungsoo
CapĆ­tulo 16: Chanyeol
CapĆ­tulo 17: Chanyeol
CapĆ­tulo 18: Jongin
CapĆ­tulo 19: Kyungsoo
CapĆ­tulo 20: Luhan
CapĆ­tulo 21: Jongin
CapĆ­tulo 22: Xiumin
CapĆ­tulo 23: Kyungsoo
CapĆ­tulo 24: Baekhyun
CapĆ­tulo 25: Kyungsoo
CapĆ­tulo 26: Chanyeol
CapĆ­tulo 27: Kyungsoo
CapĆ­tulo 28: Sehun
CapĆ­tulo 29: Jongin
CapĆ­tulo 30: Baekhyun
CapĆ­tulo 31: Jongin
CapĆ­tulo 32: Kyungsoo
CapĆ­tulo 33: Baekhyun
CapĆ­tulo 34: Jongin
CapĆ­tulo 35: Sehun
CapĆ­tulo 36: Luhan
CapĆ­tulo 37: Jongin
CapĆ­tulo 38: Chanyeol
CapĆ­tulo 39: Kyungsoo
CapĆ­tulo 41: Luhan
CapĆ­tulo 42: Chanyeol
CapĆ­tulo 43: Jongin
CapĆ­tulo 44: Baekhyun
CapĆ­tulo 45: Kyungsoo
CapĆ­tulo 46: Kyungsoo
CapĆ­tulo 47: Chanyeol
CapĆ­tulo 48: Luhan
CapĆ­tulo 49: Sehun
CapĆ­tulo 50: Kyungsoo
CapĆ­tulo 51: Kyungsoo
CapĆ­tulo 52: Kris
CapĆ­tulo 53: Xiumin
Capƭtulo 54: YƬxīng
CapĆ­tulo 55: KaiSoo
CapĆ­tulo 56: Chanyeol
CapĆ­tulo 57: Baekhyun
CapĆ­tulo 58: Kyungsoo
CapĆ­tulo 59: Jongin
CapĆ­tulo 60: Jongdae
CapĆ­tulo 61: Chanyeol
CapĆ­tulo 62: Sehun
CapĆ­tulo 63: Joonmyeon
CapĆ­tulo 64: Joonmyeon
CapĆ­tulo 65: Xiumin
CapĆ­tulo 66: Jongdae
CapĆ­tulo 67: Joonmyeon
CapĆ­tulo 68: Jongin
CapĆ­tulo 69: Kyungsoo
CapĆ­tulo 70: Luhan
CapĆ­tulo 71: Xiumin
CapĆ­tulo 72: Baekhyun
Capƭtulo 73: YƬXƬng
CapĆ­tulo 74: Joy
CapĆ­tulo 75: Joy
CapĆ­tulo 76: Chanyeol
CapĆ­tulo 77: Joonmyeon
CapĆ­tulo 78: Joonmyeon
CapĆ­tulo 79: Jongin
CapĆ­tulo 80: Baekhyun
CapĆ­tulo 81: ChanBaek
CapĆ­tulo 82: Kyungsoo
Cosas de Hippocampus
CapĆ­tulo 83: Baekhyun
CapĆ­tulo 84: Kris
CapĆ­tulo 85: Luhan
CapĆ­tulo 86: Jongdae
CapĆ­tulo 87: Luhan
CapĆ­tulo 88: Chanyeol
CapĆ­tulo 89: Chanyeol
CapĆ­tulo 90: Chanyeol
CapĆ­tulo 91: Kyungsoo
CapĆ­tulo 92: Chanyeol
CapĆ­tulo 93: Baekhyun
CapĆ­tulo 94: Jongin
CapĆ­tulo 95: Kyungsoo
CapĆ­tulo 96: Kyungsoo
CapĆ­tulo 97: Xiumin
CapĆ­tulo 98: Kyungsoo
CapĆ­tulo 99: Chanyeol
Especial- Curiosidades y datos de Proyecto Haema
CapĆ­tulo 100: Kyungsoo
CapĆ­tulo 101: HunHan
CapĆ­tulo 102: Baekhyun
CapĆ­tulo 103: Chanyeol
CapĆ­tulo 104: Kyungsoo
CapĆ­tulo 105: Jongin
CapĆ­tulo 106: Jongin
CapĆ­tulo 107: Baekhyun
CapĆ­tulo 108: Kyungsoo
CapĆ­tulo 109: Jongin
CapĆ­tulo 110: Kyungsoo
CapĆ­tulo 111: Luhan
CapĆ­tulo 112: Sehun
CapĆ­tulo 113: Kyungsoo
CapĆ­tulo 114: Baekhyun
CapĆ­tulo 115: Sehun
CapĆ­tulo 116: Tao
CapĆ­tulo 117: Kyungsoo
CapĆ­tulo 118: Taemin
CapĆ­tulo 119: Kris
CapĆ­tulo 120: Jongin
CapĆ­tulo 121: Kyungsoo
CapĆ­tulo 122: HunHan
CapĆ­tulo 123: Chanyeol
CapĆ­tulo 124: Kyungsoo
CapĆ­tulo 125: Sehun
CapĆ­tulo 126: Kyungsoo
CapĆ­tulo 127: Jongdae
CapĆ­tulo 128: Tao
CapĆ­tulo 129: Kyungsoo
CapĆ­tulo especial
CapĆ­tulo 130: Kris
CapĆ­tulo 131: Jongin
CapĆ­tulo 132: Jongin
CapĆ­tulo 133: Kyungsoo -Final.
EpĆ­logo
Especial 1: BaekSoo
Especial 2 OT12
Especial 3
Especial 4: La adolescencia de un hippocampus
Proyecto Hippocampus
Proyecto Hippocampus/ Libros

CapĆ­tulo 40: Baekhyun

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By JoeyLu17

Siempre he sostenido tu mano izquierda,

pero ahora estás besando sus labios.

Sé lo que vas a decir. Por favor, no lo digas.

(K. Will, Please don't ).


     Nunca antes vi una preparación de boda tan apresurada como esa, pero en cuestión de unos pocos días, las invitaciones fueron enviadas, la capilla apartada, los trajes comprados, la fiesta organizada, todo en manos de los mejores profesionales. Y más pronto de lo que quise, me vi sentado en la parte trasera del auto de Jongin. El rostro de un hombre hermoso en el asiento del copiloto se dirigió hasta mí.

     —¿Te sientes bien, Baekhyun?

     —Sí, Luhan.

     Hubiera querido que mi hermano estuviera ahí conteniéndome, sin embargo en su condición, le era imposible. En vez de eso, le pedí a Jongin que me ayudara a soportarlo, pero conociendo toda mi historia, me habló sobre lo masoquista que le parecía mi situación y casi llorando me informó que si iba a estar ahí para mí, necesitaría alguien que estuviera ahí para él o de lo contrario acabaría gritando en media boda con tal de impedirla y así fue como unió a la misión a su mejor amigo.

     —Hemos llegado —anunció Jongin estacionándose frente a la enorme iglesia—. Baek, entraremos cuando estés listo o si deseas, huiremos a tu señal.

     Miré en la puerta a algunas mujeres con vestidos similares en color champagne. Debían ser las damas de compañía.

     —No voy a huir... Chanyeol me necesita.

     —Eres muy valiente —dijo el nuevo amigo.

     Cuando salimos del auto, Jongin acomodó mi corbatín y se aseguró de que mi presentación fuera impecable. Él y su amigo también estaban guapísimos vestidos de etiqueta. Caminé hasta el interior de la iglesia, saludando a los conocidos que me encontraba. El olor a flores inundaba el lugar. Todo mundo parecía feliz. Unas niñas con lindos bucles y vestidos de seda correteaban por ahí perseguidas de niños con sacos de diseñador como pequeños elegantes adultos. Nos acomodamos en una esquina, del lado de los amigos del novio.

     —Deberías ayudar al pobre de Chanyeol —se acercó a decirme Seungri, del hospital.

     —¿A qué te refieres?

     —Mira —señaló hacia la entrada—. Como su padrino de bodas, deberías echarle una mano.

     Chanyeol estaba en medio de sus dos padres que parecían discutir sin detenerse. Él mantenía su mirada baja y no decía ni una palabra, se notaba a leguas el ambiente tenso. Suspiré y apreté la mano de Jongin para darme ánimos antes de caminar hasta él.

     —¡Hola! Señora, qué hermosa que está. Los años no pasan por usted —saludé a su madre con un beso en la mano—. Y usted, presidente Park, nunca lo vi más elegante.

     —¡Doctor Byun! —me dijo su padre— Es una suerte que esté aquí. Debería ayudarnos a decidir cuáles anillos usará Chanyeol. Los que heredó mi familia o los de la familia de su madre.

     —Los míos son más hermosos —alegó la mamá.

     —Los míos más valiosos —se defendió mi jefe. Así que de eso se trataba.

     —¿Dónde están los anillos? —pregunté. Chanyeol abrió las palmas de sus manos, mostrándome en cada una de ellas un par de anillos francamente hermosos. Tomé el más pequeño de su mano derecha y el más grande de su palma izquierda—. Esto es lo que haremos: vamos a usar ambos, en una mezcla perfecta de las dos familias. Así como Chanyeol, que tiene una parte de ustedes dos —resolví con sus padres.

     —¡Jum! Muy políticamente correcto. Me alegra que aceptaras ser el padrino —dijo el señor Park, complacido. Luego, se marchó y también su madre, después de acariciar mi hombro y decirme:

     —Muchacho inteligente.

     —Gracias, me estaban volviendo loco —habló Chanyeol, al fin. 

     Me acerqué para acomodar su corbatín que estaba un poco torcido. Usaba un saco frack que lucía estupendo en proporción con su altura y piernas largas. Su cabello estaba peinado con gel, sus zapatillas brillaban, llevaba guantes blancos y olía a un delicioso perfume. Yo me había enamorado del hombre más apuesto del mundo, tuve certeza de ello en ese momento.

     —Baekhyun... —me susurró— pídeme que escape contigo y lo haré.

     Miré alrededor. Nadie parecía estar consciente de nosotros. —¿Qué estás diciendo?

     —Sabes que estoy enamorado de ti. No quiero casarme. Escaparía a una sola de tus palabras, a un solo gesto, solo dímelo. Hazlo y yo me encargaré de lo demás. 

     Mis piernas flaquearon. Me moría por pedírselo. «Huyamos, Chanyeol, porque lo que dije antes fue basura. No puedo ser tu amigo y amarte solo de esa manera. Te quiero en mi vida, te necesito sobre mi piel. Me faltas de una manera tan intensa que me es difícil respirar». Miré a las personas acomodándose en las bancas y reconocí ahí a media clínica. Si las cosas salían mal, todos ellos quedarían sin empleo por mi culpa. El director Park sonreía: se notaba feliz y orgulloso. La madre de Chanyeol presumía su bella figura con la madre de la novia.

     —No vas a escapar, Chanyeol. No hagas una locura. Todo saldrá bien. Y quita esa cara que no es un funeral.

     —Baekhyun, estás guapísimo. Eres la persona más bella de todo este lugar —dijo al tomarme la mano.

     —Compórtate, Yeol.

     —No quiero caminar por ese pasillo, Baek. Quiero estar contigo.

     —Park Chanyeol, sé un adulto. Vas a salir de aquí de la mano de Joy. Ya está decidido —él me observó como si lo hubiera herido.

     —Lo haré si es lo que deseas, pero mírame bien cuando acepte: vas a ser testigo de cómo se rompe mi corazón —dijo con sus ojos llenos de lágrimas. Tragué grueso porque no podía desmoronarme.

     —No exager... ¿Qué haces? —pregunté alarmado cuando lo sentí deslizarme el anillo de la novia en mi dedo anular. Intenté apartar mi mano pero él me sujetó con fuerza y se acercó con la cabeza inclinada para hablarme al oído.

     —Es ahí donde debe ir este anillo. En tus pequeñas y perfectas manos. Es ahí donde quiero que esté.

     —¡Chanyeol! —supliqué. ¿Por qué lo hacía más difícil para mí? Estaba siendo tan duro sonreír ante todos como si estuviera feliz cuando en verdad se sentía como el peor día de mi vida. Las lágrimas que estaba tragándome me envenenaban sin remedio.

     —Te amo, Byun Baekhyun. Cásate conmigo —colocó el anillo del novio en mi dedo medio—. Camina a mi lado por ese pasillo y cumple mi fantasía. Quiero sentir aunque sea por un momento que la persona que me acompañará el resto de mi vida eres tú.

     Antes de poder responder, entrelazó sus dedos con los míos y me arrastró hasta el pasillo principal, el cual empezó a atravesar con su mirada fija al frente a un paso que me pareció torturantemente lento. Sentía que todas las personas en el lugar iban a notar que algo extraño pasaba entre nosotros, así que empecé a sonreír y saludar a cualquiera en todo el trayecto.

     —¡Ey, gracias por venir. Qué bueno verte. Hola, linda. Vaya, estás guapísima. Aquí voy, cuidando al novio. Bailemos más tarde en la fiesta...

JA-JA-JA

     Fantaseé con sujetar a Chanyeol de su saco, besarlo frente a todos, hacerle una mueca a Jongin para que me diera las llaves del auto y correr con él, manejar hasta la luna. En cambio, cada paso que daba, nos acercaba más a nuestra separación definitiva. Lo estaba entregando a alguien que no lo amaba como yo, tenía certeza de ello. Nadie lo amaba tanto como yo.

     Él me dejó sentado en la primera fila, en medio de sus padres. Se acomodó en su lugar cuando anunciaron la entrada de la novia. El órgano vibró con la más conocida marcha nupcial y mientras todos los invitados posaban su mirada en la hermosa Joy ataviada con su largo vestido blanco y un lindo ramo de flores, él no separaba sus ojos de mí, esperando por una señal que yo no le daría, aunque me destrozara.

     Durante el resto de la ceremonia, Chanyeol tuvo sus ojos pegados en el piso, nunca miró a la hermosa mujer que tenía al frente, ni siquiera cuando dijo sus votos. En ese momento en el que el sacerdote dice: «Si alguien se opone a esta boda, que hable ahora o calle para siempre», temí que él o Jongin gritaran. Temí que me diera una crisis y yo mismo gritara. Y a la vez fantaseé con que alguien más detuviera el matrimonio, un exnovio de Joy o un loco cualquiera que se escapó de un manicomio, pero no pasó nada. Ni un comentario, ni una tos... Todo mundo estaba de acuerdo. Aunque el peor momento lo viví cuando solicitaron los anillos de boda. En medio de todo, casi había olvidado que el demente de Chanyeol me los dejó en la mano. Caminé hasta ellos mientras me quitaba con disimulo el anillo del novio y se lo entregué a Joy, pero cuando quise quitarme el de ella, se había atorado en mi dedo.

     Estúpido Chanyeol. Sé que mis manos son pequeñas, pero ponerme un anillo de mujer en el dedo había sido demasiado. Lo forcé un rato de forma inútil: la argolla no quería irse.

     —Padrino... ¿pasa algo? —me preguntó el sacerdote con voz baja. Empecé a sudar y estoy seguro de que estaba más pálido que el muerto bajo el que follamos la otra vez.

     —El anillo... como que se atoró —confesé. La novia y el cura miraron mi dedo y abrieron los ojos en sorpresa. —Está bien, está bien. Lo sacaré, puedo hacerlo —dije tirando con más fuerza, pero no se movía ni un poco. Empecé a planear fingir un desmayo para que me sacaran y pudieran cortarme el dedo o algo. Los invitados comenzaron a murmurar. Ni siquiera me atrevía a ver a Chanyeol a la cara. Debía estar pensando que era una cosa del destino que la argolla no quisiera abandonarme.

     —¿Por qué te pusiste mi anillo? —me preguntó la novia en un tímido susurro.

     Santo dios, nunca en mi vida estuve tan acongojado. Mordí mi labio inferior mientras le suplicaba a Joy perdón con la mirada. Fue en ese punto que lo sentí tomar mi mano y con un movimiento seguro, se metió mi dedo en su boca.

     Ahí estaba yo: frente a toda la familia de Chanyeol y de Joy, personas importantes de la directiva del hospital, compañeros de trabajo, amigos y demás conocidos en la boda del hombre que amaba en secreto mientras él, siendo el novio, tenía todo mi dedo anular en su boca sin dejar de verme a los ojos.

     Sentí su lengua girar alrededor de la argolla y recordé cuando la giró en mi pene. Me quedé sin respiración. Si mi salud no hubiera sido estable, estoy seguro de que pude morir ahí mismo. El anillo cedió y él deslizó mi dedo fuera de su boca. Yo estaba petrificado. Observé estupefacto cómo lo limpió con su camisa y luego, sin la menor muestra de afecto, lo colocó en el dedo de la novia.

     Caminé hasta mi asiento, tieso como un hombre de lata.

     —¿Qué fue eso? —me preguntó la madre.

     —Lo siento —susurré con una pequeñísima venia para ella y para mi jefe.

     Y finalmente, el beso final. El que empezó mientras me miraba, pero luego, él cerró los ojos, tomó a Joy de la cintura y la acercó a su pecho profundizando el contacto. Todos los invitados aplaudieron y vitorearon el beso más atrevido que hubieron visto en una iglesia. Yo tuve que salir de prisa antes de ahogarme. Me estaba hiperventilando en la entrada de la iglesia cuando Jongin y Luhan vinieron a mi rescate. El padre de mi sobrino tenía los ojos rojos; indicaba que al menos él sí había podido llorar a gusto durante la ceremonia.

     —¡Baekhyun! ¿Estás bien?

     —No puedo respirar —respondí mientras boqueaba. Ambos me abrazaron dejándome en medio.

     —Estarás bien, tranquilízate —susurraba Luhan.

     —¡¿Vieron eso?! ¿Ustedes vieron eso? ¿Por qué él hace esas cosas conmigo? No entiende que estoy a punto de quebrarme. Ya no puedo soportarlo.

     —No puedes derrumbarte ahora, Baek —me ordenó Jongin—. Están a punto de salir.

     Limpió una lágrima que resbalaba por mi ojo derecho y me acomodó el cabello. De inmediato, los invitados formaron una fila a cada lado de la puerta y cuando los novios salieron de la iglesia, los recibieron con un baño de arroz. Luego, hubo una pequeña sesión fotográfica en la que, por supuesto, el padrino debía participar. Modelé en fotos con cada uno de los suegros, en medio de los novios, con el novio, con la novia, con gente que nunca en mi vida había visto. Me dolían las mejillas de tanto sonreír. Y luego, pasamos al salón donde la fiesta sería celebrada.

     Desde la mesa en la que me senté con Jongin y Luhan, pude verlos bailar el vals, saludar a sus invitados, partir el pastel, lanzar el ramo y la liga. Disfrutar de una boda perfecta mientras yo me ahogaba con champán fino. Hasta que llegó el turno de escuchar las palabras que los padres le dedicaban a los novios y luego, por supuesto, el discurso del padrino. Sostuve mi copa en todo momento porque, en el segundo en que las lágrimas se empujaran con fuerza hacia afuera, bebería obligándolas a devolverse.

     —Mis padres se conocieron en un estadio de fútbol... En realidad, él nunca ha sido amante de los deportes, pero esa tarde fue para acompañar a un amigo. Resulta que era uno de esos juegos a los que todo el mundo asiste porque era una importante final. Mamá estaba apoyando al equipo contrario y cuando hubo un gol decisivo de sus aliados, la gente se volvió un poco loca. La empujaron y cayó por la gradería directo a los brazos de mi padre. Ella se había doblado el tobillo, así que papá se ofreció a llevarla a casa. La cargó en su espalda todo el camino y se casaron un mes después —bebí de mi copa ahogando las primeras lágrimas, esta era una historia que nunca le había contado ni siquiera a Chanyeol—.

>> Recuerdo que durante cada partido de fútbol en el que se enfrentaban sus equipos, ambos se sentaban a discutir frente al televisor. Reñían fuerte de verdad como si ellos fueran los entrenadores y, al acabar el encuentro, me enviaban a dormir. Más tarde, comprendí que mientras yo dormía, ellos se dedicaban a reconciliarse de sus falsas peleas—tomé otro trago de champán—. Se amaron intensamente hasta que mamá falleció... —justo aquí acabé el líquido de mi copa y ya no tuve con qué sostener las lágrimas. Me apresuré a limpiar con mi manga la que se resbaló por mi mejilla—.

>> Sé que Chanyeol y Joy tienen poco tiempo de conocerse, pero también sé que el amor no depende del tiempo. No importa si han pasado un día o diez años juntos, podrán ser capaces de construir un hogar maravilloso si ambos lo desean. No importa cuánto tiempo pase, el amor es ajeno a eso. Cuando uno ama, lo hace a través de todas las pruebas. Sé que ustedes han tomado la mejor decisión al unirse en matrimonio y agradezco poder ser parte de ello. Chanyeol —le llamé captando la atención de sus brillantes ojos negros—, te has conseguido la esposa más bella de todas, por eso tú te verás aún más guapo a su lado —la gente rio—. Y Joy... conozco bien a ese gigante... sé que no pudiste elegir a nadie mejor que él... Te felicito, Joy. Te has casado con el mejor.

     Después, tuve que bailar con la novia, quien no dejaba de repetirme que el discurso fue maravilloso, que se sentía muy agradecida y que además, esperaba que pudiera visitarlos en cuanto volvieran de la luna de miel. Deseaba que Joy fuera como esas brujas de los cuentos, malvadas y groseras, pero la verdad es que era una mujer sumamente amable y por demás bellísima. Me dolía pensar en lo fácil en que podría ganarse el afecto de cualquier hombre. Luhan me salvó de ella cuando se acercó para bailar conmigo.

     —¿Cómo estuve? —le pregunté.

     —Tu actuación es tan perfecta que me generó escalofríos. Jongin no ha dejado de llorar.

     —Me agrada que llore lo que yo no puedo.

     —Pues casi lloro yo también. A pesar de que todo mundo sonríe, nunca vi una boda más triste. El novio no deja de verte, incluso ahora que bailas conmigo. —dijo. Lo abracé y me refugié en su cuello.

     —No sé qué haría si tú y Jongin no estuvieran aquí —me lamenté.

     —Pero estamos, así que apóyate en nosotros —respondió acariciando mi espalda.

     —¿Cuál era tu nombre?

     El rio— Luhan.

     Miré en dirección a los novios y vi cómo Chanyeol susurraba algo en el oído de Joy mientras esta sonreía felizmente.

     —Luhan... el hombre que amo se casó. Lo perdí para siempre... —dije como si acabara de darme cuenta.

     —Lo lamento mucho.

     —Necesito ir al sanitario —anuncié antes de casi salir corriendo. Él y Jongin vinieron detrás de mí. Sin poder soportarlo más, empecé a llorar mientras me miraba al espejo. Me encontraba tan horrible y poca cosa cuando me comparaba con Joy: sin dinero, sin un buen apellido familiar, ni siquiera me había graduado y por supuesto que nunca podría lucir un vestido tan hermoso. Chanyeol podía ser el hombre perfecto para mí, pero yo ni por asomo era perfecto para él. Jongin me abrazó por la espalda. —Lo obligué a casarse con ella y ahora nunca más podré besarlo. Nunca más le escucharé decir que me ama. Lo he perdido... —lloré. Jongin se apartó para buscar una servilleta y limpiarse la cara. Yo lloré con más fuerza hasta que Luhan se colocó frente a mí y apoyó nuestras frentes.

     —Mírame, Baekhyun. Debes calmarte ahora. Tienes que salir, despedirte de todos y luego, nos iremos a un lugar donde puedas gritar y llorar todo lo que desees, pero aún no, así que respira.

     Tenía razón. Empecé a controlarme con su ayuda.

     —Byun Baekhyun —escuché a Chanyeol llamarme de modo autoritario. Al voltear él estaba mirándome con un gesto de enojo. Jongin le hizo señas a Luhan para que salieran del sanitario y nos dejaran solos. —¿Qué crees que estás haciendo? No he acabado de casarme y ya estás con otro. ¿Es por eso que me empujaste a la boda? ¿Buscabas deshacerte de mí?

     —¡¿De qué estás hablando?! —chillé.

     —¡Bailabas pegado a ese tipo! ¡Estás en el sanitario besándolo!

     —¡No lo he besado!

     —¡Estabas a punto de hacerlo!

     —Será mejor que te calmes, Chanyeol —dije con el champán subido a mi cabeza—. No soy yo el que esta noche se va a acostar con alguien más.

     Él apartó su mirada y empezó a llorar.

     —Eres... tan injusto... ¿Crees que quiero hacer esto? ¿Piensas que estoy deseando una jodida noche de bodas, Baekhyun? —Incliné mi cabeza, avergonzado, pero él continuó recriminándome. —¿Cómo crees que voy a sentirme cuando llegue ese momento? —preguntó acercándose mucho a mí— Es mi vida la que ha cambiado para siempre, Baekhyun. Soy yo el que se sacrificó por todos. ¿Cómo eres capaz de reprocharme algo después de saber lo que siento? ¿Cómo puedes hablar de esa manera frente a todos y reír frente a todos? ¿Acaso no te duele? Mientras tú bailas con él, yo me estoy muriendo. ¿No puedes verlo?

     Lo abracé.

     —Perdón. Perdóname, Chanyeol —lloré—. También me duele. Me duele tanto que creo que voy a morir.

     —¿Por qué no me detuviste?

     —Porque no es lo correcto y lo sabes. ¿Lo sabes, verdad? Si hubiera existido otra salida, te habría llevado hasta ella.

     Él besó mi cuello y yo me aferré a sus hombros. Luego, me miró a la cara cuando lo aparté para secar sus lágrimas.

     —Te amo, Baek.

     —Lo sé, lo sé, y lo lamento mucho. Desearía haberte amado en soledad. Eso es lo que creo ahora mismo.

     La necesidad que teníamos el uno del otro era por completo apremiante. Nuestros cuerpos nos exigían una demostración de propiedad después de que Chanyeol se había unido a otra persona. Era como si estuviéramos obligados a tocarnos para asegurarle a nuestros sentimientos que a pesar de todo, seguirían con vida. Él se inclinó para besarme y yo en vez de apartarme como era debido, me puse en puntas sobre mis pies para alcanzarlo mejor. Pero en cuanto nuestras bocas se tocaron, Jongin entró apresurado.

     —¡Viene alguien! —avisó haciendo que nos apartáramos de inmediato.

     —¡Ahí está el novio! —saludó Daesung abrazando a Chanyeol—. Ha sido una boda maravillosa, felicidades.

     —Muchas gracias —respondió robóticamente.

     —Y tú —me dijo— has dado un discurso muy hermoso, Byun. Me ha conmovido.

     —Todo lo que yo hago es hermoso —presumí con falso entusiasmo mientras caminaba hacia afuera—. Ahora saldré y continuaré engalanando esa fiesta, porque los minutos que estuve aquí dentro hicieron que afuera el lugar se tornara un poco aburrido —sonreí.

     —Ese Byun es increíble. —Lo escuché comentarle a Chanyeol.

     Tres copas de champán más tarde, acabé sentado al lado de Joy diciéndole cosas chistosas sobre Chanyeol, como aquella vez que fuimos al teatro y uno de los actores lo llamó al escenario para que lo ayudara con un número graciosísimo en el que él acabó con una nariz de payaso. O la vez que vimos una película de terror y se quedó dormido a la mitad. Cuando despertó, estaba en la escena la cara de un horrible monstruo y brincó tan fuerte que esparció las palomitas de maíz por toda la fila de asientos en el cine. O cuando estábamos en una reunión de practicantes y el peluquín del doctor que nos daba órdenes se corrió de su lugar. Se lo avisé con un gesto de mi boca para que él riera y lo regañaran. Lo vi morderse el labio intentando contenerse, pero luego me señaló con sus ojos al otro profesor que tenía la bragueta abierta. Ambos pensábamos que estallaríamos de la risa en cualquier momento. Ella estaba disfrutando mucho y de repente tomó una servilleta y me limpió la frente.

     —Tenías una gota de sudor —me dijo. La miré por un instante. Sonriéndome y siendo tan agradable. La envidiaba mucho y también me sentía mal por ella —Chanyeol, el doctor Byun es encantador. Me ha hablado más de ti en una hora de lo que tú lo has hecho desde que nos conocemos.

     Miré a Chanyeol observándonos a ella y a mí, sentados demasiado juntos como para ser normal. Me aparté de inmediato en busca de más licor. Me había convertido en un maldito hipócrita.

     —Deja de tomar, ya estás ebrio —me dijo Chanyeol arrebatándome la copa de champán—. Bailemos— y me arrastró a la pista. Me sujeté de él porque las luces me mareaban un poco. Estaba sonando una música suave y él se mantuvo sosteniéndome de la cintura.

     —¿Qué te parece nuestra boda, amor mío? —le pregunté.

     —Es hermosa porque estás tú —respondió siguiéndome el juego.

     —Estás muy guapo.

     —Y tú también. Apenas puedo esperar a que estemos solos.

     Me pegué más a él. —No podemos irnos aún. Nuestros padres se molestarían por abandonar tan pronto la fiesta en la que tanto gastaron.

     —No, ellos entenderán que lo único que deseo es hacerte el amor —me dijo al oído. Y en ese momento todo fue tan real que me lancé a besarlo. Y lo hubiera hecho si Jongin no me hubiera apartado.

     —Ya es suficiente. Baekhyun ha bebido mucho. Yo me encargaré de llevarlo a casa —intercedió salvándonos la vida. 

     No recuerdo muy bien lo que pasó luego. Tengo una vaga idea de estar llorando a lágrima viva al lado del auto de Jongin, aferrado al frack de Chanyeol, alegando que el novio de mi hermano quería separarnos y repitiéndole que lo amaba. Luego, lo vi desde el parabrisas trasero hacerse cada vez más pequeño, solitario en el enorme estacionamiento, mientras alguien palmeaba mi espalda para que me tranquilizara. Esa última y triste imagen de Chanyeol, nunca podré borrarla de mi memoria.

Continuará...


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Elladora Black es la hija menor de Orion y Walburga criada para ser una sangre pura perfecta, sin embargo no es lo que planearon. Narcisista, egoĆ­st...