Tú eres mi droga, lo vivimos.
Estás borracho, lo necesitas,
amor de verdad, yo te lo daré.
(Lykke Li, Until we bleed).
Fuente Dorama on twelve
Una vez que tomé las muestras de mi paciente y las envié al laboratorio, aproveché que no había nadie más que atender y le dediqué un tiempo ya que ese joven, Kim Jongin, lucía aterrado ante la posibilidad de una ETS.
—Verá, doctor, no suelo ser irresponsable, lo juro, pero es que hace unos... cinco meses, creo... Sí, cinco meses, estuve con una persona sin usar protección.
—Comprendo —respondí sin ánimo de juzgarlo, ese no era mi trabajo sino ayudarlo en el proceso de análisis y tratamiento.
—Lo que pasa es que esa persona... era un hombre. Soy gay —me dijo subiendo la voz a lo último, casi con orgullo. Seguramente en el pasado había sido juzgado por su orientación sexual y ahora era uno de esos abanderados a la causa.
—Señor Kim, no hay nada de malo en ser gay, solamente debe ser más responsable con su salud.
—Lo sé, lo sé —decía limpiándose el sudor de su frente, moviendo sus pies con ansiedad.
—¿Por qué cree que está enfermo? ¿Ha tenido algún síntoma?
—Sí. Náuseas en las mañanas, mareos, cansancio... eso no es normal en mí. Me asusté porque, bueno, ese hombre, la verdad no lo conozco, ni siquiera sé cómo se llama... Solo fue cosa de una noche; lo sé, lo sé, fue terrible, me arrepiento mucho. El caso es que lo volví a ver hace dos días y tenía un vientre enorme... parecía como... ¡como embarazado! Me dijo que tenía hepatitis... Eso se contagia, ¿verdad? En ese momento comprendí que yo podía estar enfermo.
—Pues sí, la hepatitis B puede ser transmitida por el contacto sexual.
—Él dijo que se había contagiado por hacerse todos esos piercings y tatuajes. Es que solo a mí se me ocurre acostarme con un motero del que ni siquiera me sé el nombre, ¡es más!, era flaco y creo que vomitó en mi casa. De seguro estaba ya muriendo... Yo si salgo de ésta, no me vuelvo a embobar con pelirrojos.
En ese momento fue como si unas neuronas en mi cerebro se pegaran dendrita a axón y crearan la conexión entre una cosa y la otra.
—Señor Kim, ¿me está diciendo que hace cinco meses tuvo relaciones con un hombre pelirrojo, tatuado, perforado, del que no se sabe el nombre y que recientemente lo vio por ahí con un vientre abultado, pero que además desde ese entonces usted ha sufrido de náuseas, mareos y cansancio?
—Eso, sí, en resumidas cuentas —aceptó con un puchero como niño regañado.
Le pedí un momento para ir personalmente al laboratorio por sus resultados, los cuales revisé de inmediato y por suerte, estaban limpios. De vuelta tuve que pasar al consultorio de Baekhyun, quería que viera con sus propios ojos al hombre que pudo haber preñado a su hermano. Era un muchacho lindo y bueno, no sé cómo rayos había acabado atrayendo a Kyungsoo, pero si mis sospechas eran ciertas, ese tipo iba a ser padre.
Abrí la puerta sin tocar, estaba tan entusiasmado con la idea del señor Kim y Kyungsoo que por un breve momento olvidé mi pasada discusión con Baek... pero él no lo había hecho. Baekhyun se lanzó a mis brazos en cuanto me vio, tiró de mi camisa para inclinarme y besarme en la boca. Un beso grande, apasionado, necesitado. Se movía con fiereza como si quisiera beberlo todo de mí y me llevó al Cielo. Lo abracé arrugando los resultados de laboratorio que cargaba, él enredó sus manos en mi cabello, despeinándome. Lo apreté más y curveó su espalda. Lo mordí y gimió, gemí también. ¡Dios mío! Baekhyun sabía mucho mejor que todo lo que había imaginado, que cualquier droga que hubiera consumido y, era más adictivo y peligroso.
—Volviste —me dijo cuando se apartó para respirar.
—Vine a mostrarte algo.
—¿Qué?
—Creo que en mi consultorio está el tipo que embarazó a tu hermano.
—¿Volviste por eso? —Su cara fue un poema.
Entonces recordé que no debía volver a menos que estuviera dispuesto a besarlo. Fue por ello que se había lanzado sobre mí, creyó que volvía por él, y me sentí mal porque no fue así; no hubiera regresado por él, era la verdad. Me interesaba demasiado como para hacer eso.
—Lo siento, Baek, pero debes ver esto.
—Dímelo todo —resolvió ignorando que se sentía completamente humillado, pero el tono rojo en sus mejillas lo delataba.
Una vez que le hablé sobre mi paciente, acudimos a mi consultorio donde él me esperaba.
—Señor Kim, él es el doctor Byun, es... especialista en temas de... sexualidad, así que lo traje.
—¡Dios mío, me estoy muriendo! ¿Verdad? Hay algo muy malo en mis resultados.
—No, de hecho son buenos, tiene usted una salud envidiable.
—¿En serio?
—Sí, despreocúpese, no tiene hepatitis ni nada, solo sea más cuidadoso la próxima vez. —Vi cómo todo su cuerpo se destensó al suspirar y relajarse en la silla.
—¿Dices que tuviste relaciones sexuales con Kyungsoo? —preguntó Baekhyun —¿Cómo se conocieron?
—¿Quién? Eeh, no me dijo su nombre.
Baekhyun se apresuró a sacar su billetera donde tenía una fotografía de su hermano y se la entregó a mi paciente.
—¿Era este hombre? Si era él, dime hace cuánto lo viste.
El señor Kim observó la fotografía y luego nos miró con desconfianza.
—Sí, ese es... ¿Su nombre es cuál? ¿Estoy metido en problemas?
—No te preocupes, Kyung es un buen hombre y no está enfermo. ¿Te habló de algo en específico cuando tuvieron relaciones? ¿Lo notaste extraño?
—Espera, ¿entonces la hepatitis...?
—¿Eso te dijo? Verás, Kyungsoo es mi paciente, tiene una condición médica especial, pero no es nada contagioso o de lo que debas preocuparte. Solo que hace unos días no lo he visto.
—¿Entonces está loco?
—No, nada más es un poco... rebelde.
—El doctor Park dijo que usted es especialista en temas de sexualidad... ¿atiende a Kyungsoo por algo de eso, entonces?
—¿Eh? No puedo revelar información sobre mis pacientes, no es ético.
—¿Es ético que intente averiguar cosas de él a través de mí?
—Señor Kim, no es eso —intercedí.
—Creo que la consulta ha terminado —dijo poniéndose de pie—. Buenas tardes, doctor Park.
—Ahí va tu cuñado —susurré a Baekhyun.
—Se llevó la foto de mi hermano —me dijo frustrado.
Continuará...
Chanyeol