Y el lunes llegó.
Yo llegué temprano, como siempre.
Tú llegaste más tarde.
Y apenas llegaste, tuviste un gran recibimiento.
No alcanzaste a cruzar la puerta que tus labios besaron otros labios.
Y la cosa es, metafórico tú, que no eran mis labios.
No eran mis brazos los que te rodearon.
No eran mis ojos los que tu mirabas.
No era yo a quien levantaste del suelo en un abrazo.
No era yo a quien le tomaste la mano.
Ambos se acercaron a mi, con una sonrisa.
La tuya era real.
La de ella no, parecía nerviosa.
La mía tampoco.
Es difícil sonreír, aguantando las lágrimas.
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¿Recuerdas?
RomanceTe dedico este "algo", que no tiene forma. Como lo nuestro. En fin, metafórico tú. ¿Estás preparado para oir nuestra historia?