Y así fue.
Teníamos tres horas a la semana para fingir que nada había pasado.
No hablábamos de ella, o de ustedes.
También evitaste preguntarme si estaba con alguien.
Aunque era obvio que no.
Al parecer, posees el don de hablar sin hablar de nada en específico.
Y en ese momento te lo agradecí.
No quería hablar.
Quería una distracción de la realidad.
Quería fingir por esas tres horas, que nada había pasado.
Y eso me diste.
Me diste tres horas semanales en el "antes", metafórico tú.

ESTÁS LEYENDO
¿Recuerdas?
RomanceTe dedico este "algo", que no tiene forma. Como lo nuestro. En fin, metafórico tú. ¿Estás preparado para oir nuestra historia?