Paraíso del Infinito Parte 1

119. Genes de flexión.

Paraíso del Infinito de FanHarem.
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Una breve conversación con Pakku que casi se sintió como si hubiera pasado una eternidad, Yue se dio cuenta... realmente no había mucho que pudiera hacer en este momento. Si los maestros agua no supieran nada mejor, habrían seguido adelante y la habrían encarcelado a ella también. Afortunadamente, sabían mejor que culpar a Yue por las acciones de Hahn. Incluso sin Pakku, Yue, como la hija del jefe anterior, tenía todo el apoyo de los maestros agua.

"No puedo creer que haya durado tanto halagando a los mayores para que siguieran apoyando a Hahn... ¿siempre fue tan difícil mantener una conversación adecuada?" Yue murmuró con los labios ligeramente fruncidos y caminó sin rumbo fijo. Bueno, ella sabía la respuesta a sus preguntas.

Charlar con Hahn solo se había vuelto más difícil por razones obvias, la más destacada de ellas era su creciente disgusto por él que se acumulaba a diario y que la inducía a insultarlo. Ser su esposa e íntima por un corto tiempo le había revelado bastante, por lo que siempre sabía dónde hurgar para probar el daño más significativo. Esto a menudo resultó en represalias de su ex esposo, más físicas que verbales.

Sus párpados revolotearon cuando se encontró mirando a dos maestros agua igualmente confundidos. Uno de ellos no parecía ser capaz de seguir la mirada de Yue por más tiempo y sondeó con cautela: "Princesa Yue... esta es la prisión temporal para la escoria que no es un maestro, ehm, no, me refiero a los criminales. ¿Te gustaría que uno de nosotros para acompañarte adentro?"

Yue parpadeó. Solo ahora se dio cuenta de dónde había terminado inconscientemente y escuchó los suaves gemidos y gritos de los hombres y mujeres encarcelados que una vez patrullaron con orgullo la tribu del agua en nombre del Señor del Fuego o el Rey Fénix.

Se tambaleó por un momento y luego preguntó en voz baja: "¿Está él aquí?"

No parecía haber ninguna confusión en los ojos de los guardias mientras asentían con confianza, un toque de ira justa brillaba en sus ojos, "El traidor acaba de salir de su tiempo en el muro. Princesa, si lo desea, podemos traerlo aquí para que no tengas que entrar en la prisión".

Malinterpretando la renuencia de Yue por una sensación de repulsión a la sucia prisión, e maestro agua ofreció cuando la mirada de Yue captó la vista de una figura familiar no muy lejos en la prisión. Sacudiendo la cabeza, Yue presentó su habitual sonrisa tranquila y tranquilizó a los dos maestros agua, "Eso no será necesario, pero estoy muy agradecida por la oferta".

Con eso, no esperó más y se coló en la prisión. No tenía la mente de controlar a Hahn, pero se sentiría muy mal por sí misma si no averiguaba qué estaba haciendo esta figura en particular aquí.

"¿Mai? ¿Qué haces aquí? ¿Conoces a alguien aquí?" Yue inquirió con una expresión curiosa. Solo había un pasillo con juegos de prisiones heladas talladas a cada lado.

Igualmente sorprendida por la aparición de Yue pero más capaz de enmascarar estas emociones con años de práctica, Mai respondió simplemente: "Espero que los prisioneros escapen".

El cuerpo de Yue se estremeció visiblemente. Todavía no miraba directamente la inquietante vista de los prisioneros que vivían en su propia inmundicia con apenas suficiente calor para sobrevivir, pero las palabras de Mai obligaron a Yue a contemplar lo peor y mirar con cautela a su alrededor.

"¿Qué quieres decir?" preguntó Yue, sabiendo que Mai era de la Nación del Fuego. Por supuesto, eso no había impedido que Yue conociera a Mai. Sin embargo, sus palabras hicieron que pareciera que la mujer casi despiadada estaba tramando algo tortuoso.