The King of Hell's Genius Pampered Wife

Capítulo 36 - La juventud que atrajo el espíritu y se apoderó de las almas

Incluso las prostitutas que originalmente estaban entreteniendo a los jóvenes guapos, no pudieron evitar detener sus delicadas voces, sus ojos mirando hacia la puerta.

Un joven que vestía ropas blancas de erudito se acercó lentamente, sus largas cejas como sauces, sus ojos fríos similares a las estrellas, su piel era como el jade; porcelana justa y delicada. A medida que la luz del sol caía sobre su nariz alta y recta, ni siquiera se podía ver el defecto más pequeño.

La estatura del joven no era alta, sino que era esbelta y hermosa, su cuerpo se veía obviamente débil. Cuando su mirada fría se extendió, le dio a la gente una sensación de opresión, como la helada helada de la nieve inquebrantable.

Al ver a esta juventud, no pudieron evitar quedar atónitos. Bajo la brillante luz del sol, se parecía a una mancha de pura nieve blanca, una belleza natural y pura, brillante y glamorosa sin límites.

Un hombre parado no muy lejos del joven se atragantó con su propia saliva, murmurando distraídamente: "¿Cuál es el joven maestro de la familia? ¿Por qué la sensación que emite es tan ... entonces ..." Capaz de atraer un espíritu y apoderarse del alma!

Obviamente es un hombre, y era solo un joven que se parecía a una chica delicada y suave, pero era como si le hubieran robado el alma, ansiaba apresurarse y acercarse a plena luz del día.

Sin embargo, justo cuando había dado dos pasos hacia adelante, queriendo tocar la mejilla blanca y tierna del joven, sintió un estallido de dolor que se extendió por todo su cuerpo. Su cuerpo de repente voló por el aire, aterrizando pesadamente en el suelo.

La mirada helada del joven se extendió sobre todos en la escena, mientras lentamente preguntaba: "¿Aquí está el casino del taller de Zhangle?"

¡Este joven que sorprendió a todos es en realidad Hexi disfrazado de hombre!

Hexi había temido que la apariencia de Nalan Hexi fuera reconocida por la gente, también pensó que la ropa de mujer estaría en el camino. Por lo tanto, ella había usado sus excelentes técnicas de maquillaje para cambiar su apariencia.

A los ojos de las personas, ella de ahora, además de verse algo delgada y baja por fuera, también se ve como una joven de quince a dieciséis años sin pretensiones. Incluso si un médico le tomara el pulso, sería muy difícil para ellos ver a través de su disfraz.

Sin embargo, lo que no esperaba era que, aunque obviamente ahora parecía un hombre, pero la atractiva apariencia de Nalan Hexi podría atraer inesperadamente a tanta gente.

¡Es solo que si querían aprovechar cualquier ventaja de ella, Hexi, primero deben considerar sus propias habilidades!

Después de obtener una respuesta, Hexi ya no le prestó atención a todos, y con un ritmo rápido, entró en el ruidoso casino.

Efectivamente, estaba Zhang Dezhong, inclinándose hacia adelante y descansando la parte superior de su cuerpo sobre la mesa de juego, su voz ronca gritaba enojada.

"¡No creo que no pueda ganar!" Él rompió firmemente las fichas en la mesa de juego, "Esta es mi pequeña apuesta para abrir seis grandes, no creo que no sea grande. ¡Rápidamente ábrelo!"

La apariencia del comerciante que estaba sacudiendo los dados cambió, una expresión astuta pasó por sus ojos.

Hexi tuvo un momento de comprensión, la esquina de su boca arqueándose en una sombría curva. Parecía que este Zhang Dezhong no sabía que estaba siendo defraudado por la gente.

Efectivamente, una vez que los dados se abrieron, el resultado aún era pequeño.

Zhang Dezhong golpeó con enojo la mesa de juego, gritando en voz alta: "¡Maldición! ¿Por qué tengo tanta mala suerte hoy, que ya no me darás cien fichas!"

Sin embargo, la expresión del comerciante mostró disgusto, burlona: "Butler Zhang, usted ya le debe mil yuanes a esta casa de juego, si sigue sumando a la cantidad que debe, ¿cómo va a pagar todo?"

"¡¿Qué dijiste?!" Zhang Dezhong se apresuró a agarrar la ropa del traficante, y con una voz severa, "¿Sabes quién soy? Ahora tengo un montón de yuanes, ¿no me menosprecias? ¡Ay!"

Todavía no había terminado de hablar, pero alguien lo pateó.