Shen Yi Di Nu parte 3 Divina Doctora: Hija de la Primera Esposa

C. 460 Persona de clase baja, ¿por qué le habla a esta princesa del condado?

Feng Jin Yuan había gritado con mucha fuerza, y su voz incluso se volvió ronca. El pie que Feng Yu Heng acababa de levantar perdió el paso que conducía al carruaje porque se había sobresaltado. Ella palmeó su pecho y preguntó: "¿Están siendo perseguidos por un lobo?"

Huang Quan miró con desdén y dijo: "¿Por qué se parece a Chen shi desde entonces? ¿Gritar abusos como una ama de casa?

Esta descripción de gritos de abuso como una ama de casa chillona despertó el amor de Feng Yu Heng por los chismes. Tiró de la manga de Huang Quan, "Ve, vamos a echar un vistazo".

Ban Zou se quedó sin palabras, mientras observaba a las dos chicas alejarse. Odiaba tanto esto que le picaban las raíces de los dientes, pero aún sentía un poco de curiosidad por saber por qué Feng Jin Yuan había soltado semejante grito. Así que rápidamente se bajó del carruaje y le entregó el carruaje a los guardias imperiales en la entrada antes de perseguir a Feng Yu Heng.

Cuando Feng Yu Heng llegó a la entrada de la mansión Feng, había un grupo de personas siendo expulsadas. No se trataba solo de personas, ya que los regalos que habían traído también se estaban tirando. Ella miró hacia abajo, ja! Había gente que enviaba pasteles, hojas de té, huevos, e incluso una que traía lechuga. Mirando de nuevo a las personas que habían sido expulsadas, aunque llevaban ropa limpia, ni siquiera podían considerarse remotamente exquisitos. Aunque hubo algunos que llevaban ropa oficial, también eran funcionarios humildes por debajo del quinto rango estándar. De hecho, algunos eran solo personas que habían sido enviadas por esos funcionarios para representarlos. Ella inmediatamente notó a algunos de los ayudantes del gobernador. Esa persona había recogido una caja de hojas de té que habían sido arrojadas y dijo en voz alta: "La señora mayor de la familia del funcionario Feng ha fallecido, por lo que venimos a presentar nuestros respetos. Si no aceptas nuestros sentimientos, está bien, pero en realidad tiraste las cosas que presentamos y nos echaste de la mansión. ¡Esto es realmente falto de cortesía!

Una vez que se dijeron estas palabras, otra persona comenzó a gritar: "Este es él mirando hacia abajo en los regalos que trajimos por estar en mal estado, pero también enviamos un poco de dinero. Correcto, solo traje diez taels, que no es una gran cantidad, pero solo soy un oficial de octavo rango estándar. Mi salario mensual es de solo 20 taels, y el té fue un regalo que recibí. ¿Cuánto quieres?

"¡Cierto!" Otra voz dijo: "Soy solo un noveno oficial de rango. Aunque solo traje ocho taels, solo me quedan dos taels para el mes. Todavía hay una familia de ancianos y niños esperando para comer, pero ¿crees que es muy poco?

Una señora mayor habló con voz temblorosa: "Viejo amigo Feng, fue su mansión la que envió las invitaciones. Para decirlo claramente, nuestras familias no viven profusamente. Vinimos hoy para inflarnos a nosotros mismos sin importar el costo. Si no hubiéramos recibido la invitación, no habríamos venido en absoluto ".

"Eso es correcto, eso es correcto".

Más y más personas estuvieron de acuerdo antes de que Feng Jin Yuan gritara una vez más desde el interior de la mansión: "¿Quién es tu viejo amigo? ¿Con quién estás familiarizado para llamar amigo? La familia Feng no te da la bienvenida. ¡Largarse! ¡Todos ustedes, Scram!

Finalmente, bajo su fuerte insistencia, todas las personas que habían acudido a disculparse por su pérdida habían abandonado la mansión Feng. Mientras se iban, infelizmente dijeron: "¡Qué basura! ¿Todavía se considera a sí mismo como el primer ministro? Si no fuera por el apoyo de la princesa Ji An del condado, solo por el hecho de que Qian Zhou intentó matar al Emperador, toda la familia Feng habría sido exterminada ".

Justo cuando estaban diciendo esto, alguien logró reaccionar: "¡Espera! No podemos irnos así. Feng Jin Yuan tomó nuestro dinero y luego nos expulsó. Vinimos aquí por buena voluntad para encender un poco de incienso para la señora mayor, pero fuimos maldecidos. ¿Para qué? ¡Incluso si nos vamos a ir, debemos recuperar nuestro dinero!