E.S.D.E.A

Capítulo 51: ¡Me estas sobreestimando!

"Yiyou, vamos a probarnos la ropa nueva y a ponérnosla para ver las estrellas esta noche, ¿vale?", le dijo Yun Qian con voz suave.

Yiyou dejó de llorar poco a poco, se frotó los ojos doloridos y asintió obedientemente.

Por fin había caído la noche en silencio.

"Yun Qian, cuando el Santo Soberano te diga que te prepares, ven conmigo". Gritó Ran Chen desde fuera de la casa.

Yun Qian había estado un poco distraído desde el almuerzo, y le preocupaba que hubiera sorpresas en el plan, así como una preocupación.

Entre pensamientos contradictorios, simplemente se fue a dormir y se despertó un poco más aliviado.

"Bien." Yun Qian se cambió de ropa y se peinó despreocupadamente, sus ojos de cristal no mostraban el menor atisbo de anticipación.

En su interior, se sentía particularmente aprensivo, e incluso cuando caminaba, sus pasos se sentían muy pesados.

No le importaba lo que le ocurriera, pero debía tener cuidado a cada paso mientras pensara en el inocente Yiyou implicado.

Cuando se reunió con Ye Junli, parecía haberse puesto deliberadamente un vestido algo más formal, y seguía teniendo un aura extraordinaria a su alrededor que no era de enfado.

Ran Chen vio que Yun Qian parecía preocupado, pero no dijo nada, sólo observaba inconscientemente su estado de ánimo de vez en cuando, un poco preocupado.

Él y Yun Qian caminaban uno al lado del otro por detrás, las luces de la calle dibujaban sus sombras alargándose y luego superponiéndose suavemente.

Pero en este viaje, nadie hizo ruido.

En su lugar, era Yiyou, que estaba extraordinariamente emocionado, rebotando y pisoteando las sombras del suelo, jugando consigo mismo.

El molino de viento que Yun Qian acababa de comprarle estaba en su mano, y parecía que mientras estuviera cerca de Yun Qian, Yiyou era feliz.

La montaña al fondo de la colina estaba dividida en dos niveles, sólo subieron hasta la mitad, en la cima de la colina había un poco de pendiente y sólo se quedaron en la mitad por seguridad.

Era bastante chocante decir que el digno Rey Demonio había subido a la montaña especialmente para mirar las estrellas.

No había muchas estrellas esta noche, y el bullicio a su alrededor se quedó en silencio cuando llegaron a la ladera de la montaña.

De repente, Ye Junli se acercó a Yun Qian, se desató la túnica que llevaba puesta y se la puso por encima.

"Hace viento, no cojas un resfriado".

Lo que Ye Junli había hecho estos días era realmente difícil de entender.

¿Qué era exactamente lo que Yun Qian era considerado para él?

¿Un enemigo? ¿Un viejo amante? ¿O era un juguete?

Cuando estaba contento, lo trataba con ternura y jugaba con él, cuando estaba disgustado, lo hería hasta casi matarlo...

La fragancia fantasmal de su túnica invadió lentamente la nariz de Yun Qian, diluyendo un poco su nervioso estado de ánimo.

El hombre del otro lado de la habitación, Ran Chen, ocultó a la fuerza el odio de su corazón, las comisuras de sus labios se curvaron en una tenue sonrisa: "Yun Qian, ¿pediste un deseo en tu cumpleaños?".

Yun Qian giró la cabeza, se encontró con sus ojos llenos de sonrisas y contestó: "Yo, yo no tengo ningún deseo..."

"......" Cuando Ran Chen vio su mirada difícil, dejó de presionarle.

Yun Qian sólo tenía un deseo en ese momento, y era tener suerte y vivir.

El ambiente se tranquilizó al instante, todos admiraban en silencio la noche sin decir nada, pero cada uno con sus propios pensamientos.

Durante este tiempo, Yiyou dijo de repente que tenía que ir al baño, así que Yun Qian tiró de él y caminaron hacia un lugar con muchos árboles .......

Este es el comienzo de la huida.

......

La noche en que Ye Junli se dio cuenta de que algo iba mal, las pupilas iluminadas por la luz de la luna se contrajeron en una línea, las pestañas medio caídas no pudieron ocultar la intención asesina en los ojos inyectados de oscuridad.

Ran Chen vio su rostro severo, y luego vio la demora de Yun Qian en regresar, su corazón tembló y se estremeció.

"¡Me estas sobreestimando!" En la tranquila noche, los ojos del hombre estaban inundados de una intimidante luz fría, e incluso las sombras bajo el suelo acechaban con peligro ......

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