E.S.D.E.A

Capítulo 17: Distracción

Al ver que la expresión de Ran Chen no cambiaba y no parecía tener una expresión de sorpresa inesperada, Qing Yan bajó la cabeza tímidamente, reprimiendo la agitación perdida en su interior.

"Está bien si no te gusta, lo guardaré". Aunque el tono era alegre, la expresión era un poco incómoda.

Ran Chen sujetó suavemente la mano de Qing Yan que estaba a punto de guardar la Piedra Niebla de Agua y la detuvo, "No hay desagrado, tienes corazón".

Qing Yan levantó los ojos hacia él y le miró la cara, que estaba envuelta en luz, y sus orejas enrojecieron con una rapidez visible a simple vista.

En silencio, apartó los ojos y tosió levemente, esbozando una sonrisa satisfecha.

Ran Chen siempre fue humilde y educado con todo el mundo.

Pero sólo con Yun Qian, era una ternura y un dolor de corazón que se le grababa en los huesos.

"Es tarde, déjame llevarte de vuelta... Sigue lloviendo". Ran Chen miró por la ventana la lluvia torrencial y le dijo a Qing Yan con una sonrisa.

La preocupación por Qing Yan era falsa, pero el eufemismo de expulsión era real, así que ¿cómo podía Qing Yan no oír su significado?

Hacía tiempo que llovía a cántaros, y Ran Chen estaba un poco inquieto por Yun Qian, yendo cada hora a ver cómo estaba.

"No hace falta, no perturbaré tu descanso, iré a hablar con Ye Junli y me marcharé...". Dijo Qing Yan amablemente, pero cuando levantó los ojos, pudo ver que Ran Chen miraba distraídamente la Sala del Tesoro Escondido, sin escuchar ni una sola palabra de las palabras de Qing Yan.

O, mejor dicho, desde el momento en que Qing Yan entró en la habitación, Ran Chen había estado en un estado de profunda concentración.

Debía de haberle retrasado mucho.

Sin esperar la respuesta de Ran Chen, Qing Yan corrió hacia la lluvia y desapareció en la oscura noche.

Después de que Qing Yan se fuera, Ran Chen no pudo esperar para entrar en la Sala del Tesoro Oculto, mirando a la persona dormida en la esquina que parecía dormir plácidamente.

La Sala del Tesoro Oculto estaba bien insonorizada, y el único sonido en el silencioso espacio eran las respiraciones largas y uniformes de Yun Qian, muy suaves, muy tranquilas...

"Haré todo lo posible para protegerte..." Había extendido la mano para tocar el rostro incomprensiblemente limpio de Yun Qian, pero de repente se detuvo en el aire y se contuvo.

Aún no estaba en condiciones de hacerlo...

A la mañana siguiente, la fuerte lluvia que había estado cayendo toda la noche finalmente cesó, y la luz dorada del sol brilló a través de la ventana, envolviendo lentamente todo el Pabellón Mingjing.

Ran Chen había retirado los límites de la Sala del Tesoro Oculto a primera hora de la mañana, temiendo que Yun Qian se asustara cuando se despertara y no pudiera encontrar a nadie.

En cuanto el pequeño se despertó, miró somnoliento a su alrededor, buscando a Ran Chen.

Ran Chen oyó la conmoción en la habitación principal y corrió apresuradamente a sacar a Yun Qian de esa habitación, que estaba aún más oscura de día.

"Aquí también se ve la luz del sol". Yun Qian exclamó sorprendido, sus largas plumas ciliares cayendo en una pequeña mancha gris bajo sus ojos, delineándolos con aún más inocencia.

"¡Hmm! Aparte del Palacio Ye Shang del Santo Soberano, soy el único que puede ver la luz del sol aquí." Mientras hablaba, Ran Chen cogió una manzana de la mesa, sacó un pequeño cuchillo y peló cuidadosamente la piel.

Preguntó: "¿Dormiste bien anoche? ¿Hace frío en el rincón?".

"¡No, no!" Yun Qian agitó la mano, aparentando despreocupación en apariencia, pero la amargura de su corazón volvió a filtrarse poco a poco.

Comparado con aquellas noches en las que estuvo encerrado en el Valle de las Almas Encerradas por Ye Junli, lo de ayer fue la noche más tranquila en la que había dormido.

No lo dijo, pero cada vez que lo castigaban ledolía, y lo que le dolía aún más era su sensible y frágil corazón, que temíaconstantemente lo que Ye Junli le haría a continuación.

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