E.S.D.E.A

Capítulo 8: De Repente, No Puedo

Era la primera vez en la memoria de Ran Chen que veía a Ye Junli fuera de control. La luz y la sombra que caían sobre su rostro eran increíblemente suaves, con unos toques poco comunes.

Yun Qian, que se estaba ahogando, pareció oírle llamar por su nombre, y la puerta de su corazón se sintió como si de repente se hubiera abierto de golpe. Sus largas pestañas temblaron, y abrió los ojos como si estuviera enamorado de algo.

Al ver que la vida de Yun Qian no estaba amenazada, la cordura de Ye Junli se restableció gradualmente y lo apartó de él, con una actitud todavía fría: "¡Te lo aconsejo, no intentes amenazarme de muerte!".

Una gota de líquido húmedo y caliente se deslizó por el rabillo del ojo de Yun Qian, mezclándose afortunadamente con las gotas de agua de su cara para que nadie notara su angustia.

Había perdido la capacidad de nadar en el agua, casi se había ahogado justo en ese momento, y nadie podía entender el pánico que sentía en el fondo de su corazón, tenía miedo a la muerte.

"¡Ran Chen, llévale de vuelta y comprueba si la Perla Llama de Fuego tiene algún efecto!". Los ojos de Ye Junli eran fríos mientras terminaba su declaración y se marchaba.

Ran Chen recibió el permiso y rápidamente se acercó a Yun Qian, su mirada suave y mezclada con angustia, preguntándole suavemente: "¿Dónde no te sientes bien?".

La boca de Yun Qian se alzó en una curva poco profunda, pero no había nada más que un poco de consuelo y una pizca de autodesprecio en esa sonrisa.

"Es bueno estar vivo, estoy bien...".

"¿No sabes cómo nadar?" Preguntó Ran Chen.

El rostro de Yun Qian contenía emociones que no podía mirar de cerca, como si una mirada más hiciera que su corazón se apretara un poco más.

"Yo no... No sé... De repente, no puedo..."

Ran Chen no hizo más preguntas, lo importante en ese momento era el cuerpo de Yun Qian.

Usó la Perla Espíritu de Agua para examinar el estado de Yun Qian, y tuvo suerte de que no hubiera nuevas heridas, excepto las heridas internas originales que aún no habían sanado.

"¿No te dije que no hicieras enfadar al Santo Soberano? ¿Por qué no obedeciste?" Las cejas de Ran Chen se hundieron ligeramente mientras alargaba la mano para pasarla por el pelo de la frente de Yun Qian.

La mirada en sus ojos mientras miraba a Yun Qian parecía llevar algún tipo de emoción nostálgica, pero apartó su mirada al segundo siguiente.

"Yo... No lo volveré a hacer..." Yun Qian estaba tan triste que no quiso explicar mucho más, él no se metió intencionadamente con Ye Junli, fue Ye Junli quien se negó a dejarle marchar.

"Puedes ayudarme a ir a un lado, tengo un poco de frío..." ¿Cómo no iba a tener frío? El estanque del vacío había estado congelado todo el año, pero hoy, por alguna razón, el límite se rompió de repente y el hielo se fundió en agua helada y salió del estanque.

La persona estaba casi ingrávida, y su cara, ya de por sí blanca, estaba aún más sin sangre en ese momento.

"Te ayudaré a volver al Palacio Ye Shang para que descanses... No temas, el Santo Soberano también teme que pierdas la vida..."

Yun Qian asintió, sonriendo como un adolescente que aún no se había involucrado en el mundo.

El Estanque del Vacío estaba muy cerca del Palacio Ye Shang, pero Ran Chen y Yun Qian tardaron mucho en llegar...

Sirvió una taza de agua para Yun Qian, mirando su ropa, que aún estaba mojado, y su corazón le dolió vagamente. Sin las instrucciones de Ye Junli, no se atrevía a cambiar a Yun Qian por ropas limpias.

Esto sólo hundiría a Yun Qian en el siguiente desastre desconocido.

Yun Qian, sin embargo, se sintió un poco incómodo al quedarse quieto.

"Adelante, ponte a trabajar... Tengo un poco de sueño... Mírame, con sueño todo el día". Yun Qian sonrió y le dijo a Ran Chen.

Ran Chen confirmó repetidamente la condición física de Yun Qian. Insistió en que no había nada incómodo en él, y Ran Chen se fue sospechosamente.

Yun Qian arrastró su cansado cuerpo por la esquina y se sentó, esta vez, no se atrevió a dormir sobre la mesa.

Su cuerpo estaba frío, sus párpados un poco pesados, y cayó en un sueño en un instante.

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